Durante más de una década, los astrónomos han quedado desconcertados por un fenómeno cósmico: pulsos de radio que emergen del corazón de la Vía Láctea, palpitando cada dos horas como un latido estelar. Este enigma, detectado en la constelación de la Osa Mayor, ha sido finalmente resuelto. Un equipo internacional de científicos ha identificado su origen en un sistema binario compuesto por una enana blanca y una enana roja, cuyas interacciones magnéticas generan estas señales únicas. Este descubrimiento, publicado en Nature Astronomy en 2025, no solo redefine nuestra comprensión de los transitorios de radio de largo periodo (LPT), sino que abre nuevas puertas para explorar la dinámica estelar en el cosmos.
Un Latido Cósmico en la Vía Láctea
Desde hace diez años, los científicos han observado pulsos de radio que duran entre 30 y 90 segundos, un fenómeno que se repite cada 125,5 minutos. Estas señales, provenientes de la Vía Láctea, contrastan con los estallidos de radio rápidos (FRBs), que son más brillantes y duran milisegundos, originándose fuera de nuestra galaxia. Los pulsos detectados, sin embargo, son más largos y menos luminosos, lo que los convierte en un misterio astrofísico.
La constelación de la Osa Mayor, hogar de estas señales, se convirtió en el foco de atención de los astrónomos. A diferencia de los púlsares, que emiten breves ráfagas de radio debido a su rápida rotación, estos pulsos sugerían un origen diferente. La pregunta era: ¿qué fenómeno podía producir emisiones tan prolongadas y rítmicas en nuestra galaxia?
ILTJ1101: Un Sistema Binario Revelador
El sistema estelar ILTJ1101, ubicado a 1.600 años luz de la Tierra, es el protagonista de este descubrimiento. Compuesto por una enana blanca —el núcleo denso de una estrella muerta— y una enana roja —la estrella más común en el universo—, este par orbita tan cerca que completa una vuelta cada 125,5 minutos. Esta proximidad permite que sus campos magnéticos interactúen, generando los pulsos de radio detectados.
Hasta ahora, los transitorios de radio de largo periodo (LPT) se asociaban exclusivamente con estrellas de neutrones, restos de explosiones estelares masivas. Sin embargo, el estudio liderado por la Dra. Iris de Ruiter, becaria postdoctoral en la Universidad de Sydney, demuestra que los sistemas binarios también pueden producir estas señales. Este hallazgo desafía las teorías previas y amplía nuestra comprensión de los fenómenos astrofísicos.
La Danza Magnética de las Estrellas
La clave de los pulsos de ILTJ1101 radica en la interacción magnética entre la enana blanca y la enana roja. Los astrónomos plantean dos hipótesis: o la enana blanca posee un campo magnético potente que libera pulsos de manera regular, o los campos magnéticos de ambas estrellas se entrelazan durante su órbita, desencadenando las emisiones. Esta interacción es tan intensa que produce un fenómeno comparable a las auroras terrestres, pero a una escala cósmica mucho mayor.
Charles Kilpatrick, coautor del estudio, explicó que los datos espectroscópicos revelaron un movimiento rápido de la enana roja, consistente con la atracción gravitacional de una enana blanca. Este vaivén, sincronizado con los pulsos de radio, confirmó que las dos estrellas están atrapadas en una órbita extremadamente cerrada.
Un Método Innovador para Resolver el Enigma
El descubrimiento fue posible gracias a un método pionero desarrollado por Iris de Ruiter durante su doctorado en la Universidad de Ámsterdam. Utilizando el telescopio de baja frecuencia LOFAR, una red de radiotelescopios en Europa, de Ruiter analizó datos históricos y detectó un pulso en observaciones de 2015. Al examinar la misma región del cielo, encontró seis pulsos adicionales, todos originados en ILTJ1101.
LOFAR, el radiotelescopio más grande que opera en frecuencias bajas, permitió identificar señales que habían pasado desapercibidas. Las observaciones de seguimiento, realizadas con el Telescopio de Múltiples Espejos en Arizona y el Telescopio Hobby-Eberly en Texas, confirmaron que no se trataba de una sola estrella, sino de un sistema binario en acción.
Transitorios de Radio: Un Nuevo Campo de Estudio
Los transitorios de radio de largo periodo (LPT) son un fenómeno relativamente nuevo en la astronomía. A diferencia de los púlsares, que emiten ráfagas milisegundarias, o los FRBs, que son extragalácticos, los LPT pueden durar desde segundos hasta casi una hora. Este descubrimiento marca un hito al identificar un sistema binario como fuente de estas señales, rompiendo con la idea de que solo las estrellas de neutrones podían generarlas.
Natasha Hurley-Walker, astrónoma de la Universidad Curtin, destacó la importancia de los LPT: “Han estimulado algunos de los descubrimientos más emocionantes en astrofísica, desde los púlsares hasta los FRBs, y ahora los LPT, que apenas comenzamos a explorar”. Aunque no participó en el estudio, subrayó que estas señales estaban “escondidas a plena vista” en datos históricos.
Observaciones Futuras: Desentrañando el Pasado Estelar
El equipo de investigación planea continuar estudiando ILTJ1101, enfocándose en la luz ultravioleta emitida por el sistema. Este análisis podría revelar la temperatura de la enana blanca y ofrecer pistas sobre la historia de interacción entre las dos estrellas. Además, observaciones en rayos X y radio durante un evento de pulso podrían aclarar si los pulsos son causados por el campo magnético de la enana blanca o por la interacción de ambos campos.
Curiosamente, los pulsos de ILTJ1101 han cesado temporalmente, pero de Ruiter cree que podrían reactivarse. Este comportamiento intermitente añade otra capa de misterio al fenómeno, motivando a los científicos a seguir monitoreando el sistema.
Un Rompecabezas Cósmico en Evolución
Resolver el enigma de ILTJ1101 requirió la colaboración de expertos en diversas disciplinas astronómicas. “Fue especialmente gratificante añadir nuevas piezas al rompecabezas”, afirmó de Ruiter. La combinación de datos de LOFAR, telescopios ópticos y técnicas espectroscópicas permitió desentrañar la dinámica de este sistema binario.
Kaustubh Rajwade, coautor del estudio, señaló que los archivos de LOFAR podrían contener más LPT esperando ser descubiertos. “Cada hallazgo nos enseña algo nuevo sobre los objetos astrofísicos extremos”, afirmó, destacando el potencial de esta investigación para transformar nuestra comprensión del universo.
Comparación con Otros Fenómenos de Radio
Los pulsos de ILTJ1101 difieren significativamente de los estallidos de radio rápidos (FRBs). Mientras que los FRBs son eventos brillantes y efímeros, los LPT son menos energéticos y más prolongados. Los científicos aún no saben si existe un vínculo entre estos fenómenos o si representan poblaciones distintas. Sin embargo, el descubrimiento de ILTJ1101 sugiere que los sistemas binarios podrían ser una fuente más común de señales de radio de lo que se pensaba.
Otro sistema, AR Scorpii, muestra similitudes con ILTJ1101, ya que también involucra una enana blanca y una enana roja que producen variaciones en el brillo. Sin embargo, los pulsos de ILTJ1101 son más lentos y brillantes, lo que indica que podrían existir múltiples mecanismos para generar LPT.
Implicaciones para la Astrofísica
Este descubrimiento tiene implicaciones profundas para la astrofísica. Al demostrar que las enanas blancas en sistemas binarios pueden producir pulsos de radio, los científicos ahora deben reconsiderar los modelos de emisión de radio en el universo. Además, el estudio de ILTJ1101 podría ayudar a entender la evolución estelar y las interacciones magnéticas en sistemas binarios cercanos.
El hallazgo también resalta el valor de los datos históricos. Como señaló Hurley-Walker, las señales de LPT estaban presentes en observaciones de hace décadas, pero solo las nuevas técnicas de análisis permitieron detectarlas. Esto sugiere que los archivos de radiotelescopios podrían ser una mina de oro para futuros descubrimientos.
El Futuro de la Radioastronomía
La radioastronomía está en auge, impulsada por instrumentos como LOFAR y MeerKAT, que ofrecen una sensibilidad sin precedentes. Estos telescopios permiten a los científicos explorar fenómenos que antes eran indetectables, desde pulsos de radio hasta posibles tecnofirmas, señales que podrían indicar vida inteligente. Aunque el Instituto SETI lleva décadas buscando estas señales, el descubrimiento de LPT refuerza la importancia de escanear el cielo con tecnología avanzada.
En los próximos años, los astrónomos esperan encontrar más sistemas como ILTJ1101. Cada nuevo LPT descubierto podría proporcionar pistas sobre la física de las estrellas y los procesos que generan emisiones de radio. Este campo emergente promete revolucionar nuestra visión del cosmos.
Un Universo Lleno de Misterios
El descubrimiento de los pulsos de ILTJ1101 es un recordatorio de que el universo aún guarda secretos. Lo que comenzó como un enigma cósmico —un latido rítmico en la Vía Láctea— se ha transformado en una ventana hacia la dinámica estelar. La danza magnética de una enana blanca y una enana roja no solo explica estas señales, sino que invita a los científicos a seguir explorando el cielo en busca de nuevos fenómenos.
A medida que los radiotelescopios se vuelven más potentes y las técnicas de análisis más sofisticadas, es probable que descubramos más “latidos” cósmicos. Por ahora, ILTJ1101 nos enseña que incluso las estrellas más comunes pueden sorprendernos, desafiando nuestras expectativas y enriqueciendo nuestra comprensión del universo.