El martes por la mañana, una tripulación de cuatro astronautas privados fue lanzada al espacio desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de la cápsula Crew Dragon de SpaceX. Este ambicioso proyecto, denominado Polaris Dawn, marca un hito en la historia de la exploración espacial comercial, ya que pretende realizar la primera caminata espacial privada utilizando trajes espaciales de nueva generación y una nave espacial rediseñada.
El equipo está compuesto por Jared Isaacman, el multimillonario fundador de la empresa de pagos electrónicos Shift4; Scott Poteet, un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea de los EE.UU.; y dos empleados de SpaceX, Sarah Gillis y Anna Menon. La misión tiene una duración de cinco días y recorrerá una órbita elíptica que se acercará a la Tierra a 190 kilómetros y se alejará hasta 1,400 km, la mayor distancia que cualquier ser humano ha viajado desde la conclusión del programa Apolo en 1972.
El reto de la caminata espacial
El principal atractivo y desafío de Polaris Dawn es la caminata espacial planificada para el tercer día de la misión, cuando la cápsula se encuentre a 700 km de altitud. A diferencia de la Estación Espacial Internacional (ISS), la Crew Dragon no dispone de una esclusa de aire, por lo que toda la cabina será despresurizada para permitir que Isaacman y Gillis, ambos conectados a líneas de oxígeno, salgan al espacio exterior. Los otros dos miembros del equipo, Poteet y Menon, permanecerán dentro de la nave monitorizando la operación.
Esta caminata espacial no solo será un espectáculo visual, sino que también representa una misión experimental de alto riesgo. Bill Gerstenmaier, vicepresidente de construcción y fiabilidad de vuelo en SpaceX, reconoció que la caminata espacial es una «aventura arriesgada», aunque destacó que se han seguido los protocolos adecuados y realizado exhaustivas pruebas para garantizar la seguridad.
El costo de un sueño
Polaris Dawn es un paso decisivo en la carrera de los vuelos espaciales privados. Aunque los detalles financieros de la misión no han sido revelados, se estima que el costo asciende a cientos de millones de dólares, un gasto asumido íntegramente por Jared Isaacman. Este multimillonario no es ajeno a las misiones espaciales: ya financió y participó en el vuelo Inspiration4 en 2021, una misión de SpaceX que orbitó la Tierra durante varios días.
Esta misión es la primera de tres dentro del programa Polaris, que continuará con otra misión en la Crew Dragon y culminará con un vuelo en el Starship, el cohete gigante de SpaceX diseñado para futuras misiones a la Luna y Marte. La visión de Isaacman va más allá del turismo espacial, buscando establecer un precedente para la exploración privada del espacio profundo.
Innovación y experimentación científica
Durante la misión, los cuatro astronautas actuarán como sujetos de prueba para una serie de experimentos científicos que investigarán los efectos de la radiación cósmica y el vacío espacial en el cuerpo humano. Estas investigaciones contribuirán a las décadas de estudios realizados en la ISS y serán cruciales para las futuras misiones espaciales de larga duración.
Desde el retiro del transbordador espacial en 2011, la NASA ha dependido en gran medida de la Crew Dragon de SpaceX, que ha realizado nueve misiones tripuladas hacia y desde la ISS, siendo el único vehículo de grado tripulado en operación en los EE.UU. Además de los vuelos para la NASA, SpaceX ha realizado cuatro misiones privadas, incluida la de Inspiration4.
El riesgo detrás de la innovación
A pesar de los avances tecnológicos, las caminatas espaciales siguen siendo una de las actividades más peligrosas en el ámbito espacial. La falta de aire, las temperaturas extremas y la posibilidad de que los trajes espaciales fallen son solo algunos de los factores que convierten esta hazaña en una tarea titánica. Aunque las caminatas espaciales se han vuelto más comunes desde los primeros días del programa Gemini en la década de 1960, los problemas persisten. De hecho, alrededor de uno de cada cinco paseos espaciales presenta algún tipo de complicación, según el médico Jonathan Clark, consultor de la NASA y SpaceX.
Un ejemplo de los peligros de las caminatas espaciales ocurrió en 2013, cuando el astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), Luca Parmitano, experimentó una filtración de agua en su casco durante una caminata fuera de la ISS. El agua, proveniente del sistema de refrigeración de su traje, cubrió sus ojos, oídos y nariz, dejándolo temporalmente sin visibilidad ni comunicación. Parmitano tuvo que regresar a la ISS guiado solo por la memoria y la ayuda de su compañero de misión.
Preparación para lo desconocido
En Polaris Dawn, ninguno de los cuatro tripulantes ha realizado previamente una caminata espacial, y solo Jared Isaacman ha viajado al espacio antes. Esta falta de experiencia directa plantea un desafío adicional, aunque la misión ha contado con más de dos años de preparación, mucho más tiempo que la breve formación de seis meses que recibió la tripulación de Inspiration4.
Los trajes espaciales de SpaceX utilizados en esta misión son una versión modernizada de los trajes usados en el pasado. Aunque están diseñados para ser más ligeros y flexibles, enfrentan desafíos similares a los de las primeras misiones espaciales, como la acumulación de calor en el interior del traje y la posible formación de niebla en los visores.
Un futuro comercial
Polaris Dawn no solo es un evento histórico en la exploración espacial privada, sino también un símbolo de lo que está por venir. Las empresas privadas, encabezadas por SpaceX, están empujando los límites de lo que es posible en el espacio, abriendo la puerta a un futuro en el que los vuelos espaciales sean más accesibles, no solo para científicos y astronautas profesionales, sino para personas privadas dispuestas a pagar por la experiencia.
A medida que estas misiones continúan evolucionando, es probable que veamos una mayor participación de actores privados en el ámbito espacial, con implicaciones que van desde el turismo espacial hasta la colonización de otros planetas. Sin embargo, como lo demuestra Polaris Dawn, cada paso en esta dirección conlleva riesgos que deben ser abordados con cautela y preparación.
Polaris Dawn es más que una misión espacial; es un testimonio del ingenio humano y la determinación de superar los límites conocidos. La primera caminata espacial privada será un evento lleno de incertidumbres, pero también de promesas. Si todo sale según lo planeado, marcará un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial y consolidará aún más el papel de SpaceX como líder en esta emocionante nueva era de los vuelos espaciales comerciales.