La lepra, una enfermedad que ha marcado la historia de la humanidad con estigma y sufrimiento, ha sido objeto de un descubrimiento revolucionario. Durante siglos, se creyó que los colonizadores europeos y las personas esclavizadas de África Occidental introdujeron esta enfermedad en América. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Science ha cambiado esta narrativa. Gracias al análisis de ADN antiguo, se ha demostrado que la lepra ya estaba presente en el continente americano mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón. Este hallazgo, liderado por científicos del Instituto Pasteur, el CNRS y la Universidad de Colorado, revela una historia más compleja y antigua de la enfermedad en América.
Un Mito Histórico Desmontado
Por mucho tiempo, la narrativa histórica afirmó que la lepra llegó a América con los colonizadores europeos en el siglo XV. Se pensaba que enfermedades como la lepra, junto con la sífilis, fueron parte del devastador impacto de la colonización en las poblaciones indígenas. Sin embargo, este nuevo estudio ha desmontado esa idea. Los investigadores encontraron evidencia genética de la bacteria Mycobacterium lepromatosis en restos humanos de Argentina y Canadá, datados hace más de 1,000 años, siglos antes de la llegada europea.
Este descubrimiento no solo reescribe la historia de la lepra, sino que también pone en perspectiva la complejidad de las enfermedades infecciosas en el continente americano antes del contacto con Europa. La lepra, conocida también como la enfermedad de Hansen, no fue un regalo de los colonizadores, sino una afección que ya circulaba entre las poblaciones nativas.
¿Qué es la Lepra y Cómo Afecta?
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada principalmente por dos bacterias: Mycobacterium leprae y Mycobacterium lepromatosis. Afecta principalmente la piel, los nervios periféricos y, en algunos casos, las vías respiratorias superiores. Aunque su mecanismo de transmisión no está completamente entendido, se cree que se propaga a través de un contacto prolongado y cercano, mediante gotículas expulsadas por la boca o la nariz de una persona infectada no tratada.
A pesar de los avances médicos, la lepra sigue siendo una enfermedad tropical desatendida, con aproximadamente 200,000 nuevos casos diagnosticados cada año en más de 120 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, con tratamiento adecuado, los pacientes pueden curarse y dejar de ser contagiosos, lo que ha reducido significativamente su impacto en la sociedad moderna.
El Rol del ADN Antiguo en la Investigación
El avance de la paleogenómica, la ciencia que estudia el ADN de organismos antiguos, ha sido clave para este descubrimiento. Los investigadores analizaron cerca de 800 muestras, incluyendo restos humanos precolombinos y casos clínicos recientes. En particular, hallaron Mycobacterium lepromatosis en un diente de un individuo que vivió hace 1,300 años en lo que hoy es Canadá y en restos de dos personas de la Patagonia argentina, datados hace unos 900 años.
La dificultad para estudiar la lepra radica en que sus bacterias no pueden cultivarse en laboratorio. Por ello, los científicos recurrieron a técnicas avanzadas de secuenciación genética para extraer y analizar pequeñas cantidades de ADN directamente de restos antiguos y muestras clínicas. Este proceso permitió reconstruir genomas completos de la bacteria, revelando su presencia en América mucho antes de lo que se pensaba.
La Propagación de la Lepra en América Precolombina
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es la similitud genética entre las cepas de Mycobacterium lepromatosis encontradas en Canadá y Argentina, a pesar de la enorme distancia geográfica de más de 10,000 kilómetros. Esto sugiere que la bacteria se propagó rápidamente por el continente en tan solo unos siglos, probablemente durante el Holoceno tardío, que comenzó hace unos 11,700 años.
Los investigadores plantean dos hipótesis para explicar esta rápida expansión. Una posibilidad es que la lepra se transmitiera de persona a persona, lo que implicaría una red de comunicación y contacto bien establecida entre las poblaciones precolombinas. La otra hipótesis sugiere que animales, como posibles reservorios de la bacteria, podrían haber contribuido a su dispersión. Aunque aún no se ha identificado un reservorio animal claro, esta teoría gana fuerza tras el hallazgo de Mycobacterium lepromatosis en ardillas rojas en el Reino Unido en 2016.
Una Bacteria con una Historia Milenaria
El estudio también reveló que Mycobacterium lepromatosis tiene una historia evolutiva mucho más antigua de lo que se creía. Los científicos identificaron linajes nuevos de la bacteria, incluida una rama ancestral que se separó de otras especies conocidas hace más de 9,000 años y que aún infecta a humanos en Norteamérica. Esta diversificación antigua indica que la lepra no solo estaba presente en América antes de la llegada europea, sino que evolucionó y se adaptó dentro de las poblaciones locales durante milenios.
Curiosamente, las cepas modernas de Mycobacterium lepromatosis encontradas en pacientes de México y Estados Unidos son casi idénticas a las antiguas, lo que demuestra una sorprendente estabilidad genética a lo largo de los siglos. Sin embargo, también se descubrió una cepa única en una persona viva que no coincide con ninguna muestra arqueológica, sugiriendo que aún existen linajes desconocidos de la bacteria circulando en América.
Colaboración con Comunidades Indígenas
Un aspecto destacado de esta investigación es su enfoque ético. El proyecto se llevó a cabo en estrecha colaboración con comunidades indígenas de Argentina y Canadá, quienes participaron activamente en las decisiones sobre el uso de restos ancestrales y la interpretación de los resultados. Los materiales sobrantes y el ADN antiguo fueron devueltos cuando se solicitaron, y los datos generados se compartieron a través de plataformas éticas diseñadas para respetar las expectativas de estas comunidades.
Joycelynn Mitchell, de la Primera Nación Metlakatla en Canadá, fue coautora del estudio, destacando la importancia de incluir a las comunidades indígenas en investigaciones que involucren su patrimonio. Este enfoque no solo garantiza un manejo respetuoso de los restos ancestrales, sino que también enriquece la interpretación de los resultados al integrar perspectivas culturales.
La Lepra en el Reino Unido: Un Vínculo Inesperado
Un hallazgo intrigante del estudio es la conexión entre las cepas americanas de Mycobacterium lepromatosis y las encontradas en ardillas rojas en el Reino Unido en 2016. Los análisis genéticos indican que estas cepas forman parte de un linaje estadounidense que se introdujo en las Islas Británicas en el siglo XIX, posiblemente a través de ardillas americanas o personas infectadas. Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre los movimientos globales de la bacteria y sugiere que podría haber reservorios animales aún desconocidos.
Implicaciones para la Epidemiología Moderna
Este estudio no solo reescribe la historia de la lepra, sino que también tiene implicaciones para la epidemiología actual. Al comprender mejor la evolución y dispersión de Mycobacterium lepromatosis, los científicos pueden mejorar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Aunque la lepra es curable con tratamiento, sigue siendo un problema de salud pública en muchos países en desarrollo. Este descubrimiento subraya la importancia de estudiar el pasado para abordar los desafíos médicos del presente.
Nicolás Rascovan, uno de los autores principales, destaca que “este estudio ilustra cómo el ADN antiguo y moderno puede reescribir la historia de un patógeno humano y ayudarnos a comprender mejor la epidemiología de las enfermedades infecciosas contemporáneas”. Su trabajo demuestra el valor de la paleogenómica como una herramienta para desentrañar los misterios de las enfermedades.
Una Nueva Mirada al Pasado
El descubrimiento de que la lepra ya estaba presente en América antes de la llegada de los europeos nos invita a reflexionar sobre la historia de las enfermedades y su impacto en las poblaciones humanas. Durante siglos, la lepra ha sido una enfermedad estigmatizante, asociada en muchas culturas con el pecado o la impureza. Este estudio no solo corrige un error histórico, sino que también honra la resiliencia de las poblaciones indígenas que convivieron con esta enfermedad mucho antes del contacto europeo.
La investigación también destaca la importancia de la colaboración interdisciplinaria. Microbiólogos, genetistas, antropólogos, arqueólogos e historiadores trabajaron juntos para reconstruir esta historia, demostrando que la ciencia moderna puede iluminar el pasado de maneras inesperadas.
El Futuro de la Investigación sobre la Lepra
A pesar de los avances, aún quedan preguntas por responder. ¿Cómo llegó Mycobacterium lepromatosis a América? ¿Fue traída por los primeros pobladores desde Asia, o evolucionó de forma independiente en el continente? ¿Existen reservorios animales que aún no hemos identificado? Estas incógnitas abren nuevas líneas de investigación que podrían transformar aún más nuestra comprensión de la lepra.
El equipo de Rascovan y Lopopolo planea continuar explorando la diversidad genética de la bacteria y su distribución en el pasado y el presente. Con cada nuevo descubrimiento, la ciencia nos acerca a una visión más completa de la historia de las enfermedades infecciosas y su impacto en la humanidad.
Una Historia Reescrita
La lepra no llegó a América con los europeos, como se creía. Gracias al análisis de ADN antiguo, sabemos ahora que Mycobacterium lepromatosis circulaba en el continente hace más de 1,000 años, desafiando las narrativas tradicionales y revelando una historia mucho más rica y compleja. Este hallazgo, fruto de la colaboración entre científicos y comunidades indígenas, no solo reescribe la historia de la lepra, sino que también nos recuerda el poder de la ciencia para iluminar el pasado y guiar el futuro.