Científicos han propuesto una solución única para proteger la biodiversidad de la Tierra frente a las crecientes amenazas del cambio climático, la destrucción de hábitats y otras presiones antropogénicas: un biorepositorio lunar. Esta iniciativa busca preservar algunas de las especies más vitales y en peligro de extinción en un «banco del fin del mundo» que se establecería en la Luna, asegurando su supervivencia ante posibles catástrofes terrestres.
El Banco del Fin del Mundo en la Luna
El biorepositorio lunar propuesto estaría situado en el polo sur de la Luna, en una instalación subterránea donde las temperaturas son inferiores a los -196 grados Celsius. Esta ubicación es esencial para la criopreservación a largo plazo sin la necesidad de intervención humana.
La idea se inspiró en el Banco Mundial de Semillas de Svalbard en Noruega, que utiliza una técnica similar para garantizar la supervivencia de cultivos alimentarios esenciales. Sin embargo, Svalbard ha enfrentado varios problemas, como inundaciones debido a aumentos en la temperatura global. Esto no afectaría al biorepositorio lunar, ya que estaría protegido de cualquier tipo de cambio climático, conflictos geopolíticos y otros desastres terrestres.
Tecnologías de Criopreservación
Las tecnologías de criopreservación congelan células durante cientos de años, manteniéndolas vivas. Esta práctica probada ha preservado diversos materiales biológicos, incluidas células de ADN e incluso organismos completos. Inicialmente, se protegerían los animales más en riesgo, con planes de expandir la protección a otras especies y plantas.
El Dr. John Bischof, profesor en la Universidad de Minnesota y coautor del estudio, mencionó que almacenar muestras en la Luna aseguraría su protección contra desastres naturales, cambio climático, superpoblación, agotamiento de recursos, guerras y amenazas socioeconómicas. «Este biorepositorio ofrece un enfoque paralelo para conservar la preciosa biodiversidad de la Tierra», agregó.
Apoyo a la Exploración Espacial y la Transformación Futura
Los investigadores creen que este paso no solo protegería la biodiversidad, sino que también apoyaría la exploración espacial futura y posibles esfuerzos de transformación. Estas muestras serían esenciales para la producción de alimentos, filtración, descomposición microbiana e ingeniería de ecosistemas en el espacio.
El siguiente gran paso es desarrollar empaques para las muestras criopreservadas que puedan resistir las condiciones espaciales, organizar la logística y transportar estas muestras a la Luna. Esta iniciativa ha atraído la atención de varias comunidades científicas, marcando un paso crucial para asegurar la preservación de la biodiversidad para las futuras generaciones.
Plan de Resguardo Lunar sin Necesidad de Electricidad o Nitrógeno Líquido
Investigadores de la Universidad de Minnesota, en colaboración con científicos de todo el país, han propuesto un plan para salvaguardar la biodiversidad en peligro de extinción de la Tierra mediante el almacenamiento en la Luna a temperaturas extremadamente bajas. Publicado en BioScience, el estudio liderado por el Smithsonian Institution describe una hoja de ruta para la creación de un biorepositorio lunar.
Las condiciones de los cráteres permanentemente sombreados de la Luna son ideales para almacenar material biológico en estado criopreservado, ya que las temperaturas naturalmente frías son lo suficientemente bajas como para que no se necesite electricidad ni nitrógeno líquido. La propuesta se inspira en el Banco Mundial de Semillas de Svalbard en Noruega, que funciona como un respaldo para la biodiversidad de cultivos del mundo.
El éxito de un biorepositorio lunar requiere una planificación colaborativa para establecer una entidad pública con procedimientos operativos aceptables y supervisión continua, según la profesora Susan M. Wolf de la Universidad de Minnesota. Los investigadores instan a la inclusión de financiadores públicos y privados, socios científicos, países y representantes públicos en un enfoque de gobernanza cooperativa similar al utilizado en Svalbard.
Primeros Pasos y Desafíos
El equipo ha demostrado la criopreservación exitosa de muestras de piel de un pez de arrecife llamado gobio estrellado, que se almacenarán en el Smithsonian. Los próximos pasos incluyen pruebas de exposición a la radiación para diseñar empaques que puedan entregar muestras de manera segura a la Luna. Para especies que no tienen piel, como invertebrados, se pueden utilizar larvas y otros materiales reproductivos.
Mary Hagedorn, investigadora en el Smithsonian National Zoo and Conservation Biology Institute y autora principal del estudio, afirmó que el biorepositorio no está pensado para anticipar un fracaso total en la Tierra, sino para compensar desastres naturales y posiblemente para complementar los viajes espaciales. «La vida es preciosa y, hasta donde sabemos, rara en el universo. Este biorepositorio proporciona otro enfoque paralelo para conservar la preciosa biodiversidad de la Tierra», dijo Hagedorn.
El biorepositorio lunar es una propuesta audaz y visionaria que busca proteger la biodiversidad de la Tierra frente a amenazas sin precedentes. Con el apoyo de la comunidad científica internacional, este proyecto podría marcar un hito en la conservación de especies y el futuro de la exploración espacial. La colaboración y el compromiso continuo serán esenciales para convertir esta visión en una realidad y asegurar un legado de biodiversidad para las generaciones venideras.