SpaceX, la compañía aeroespacial dirigida por Elon Musk, canceló en el último momento el esperado octavo vuelo de prueba de su gigantesco cohete Starship, considerado el más grande y poderoso del mundo. La decisión ocurrió tras detectar un problema técnico durante la cuenta regresiva, generando incertidumbre sobre la próxima fecha del lanzamiento.
El Starship, con 123 metros de altura, estaba programado para despegar sin tripulación a las 18:45 horas locales (23:45 GMT) desde la base Starbase, ubicada en Boca Chica, Texas. Sin embargo, durante la transmisión oficial del lanzamiento, los sistemas informáticos identificaron anomalías en el cohete propulsor Super Heavy, obligando a los ingenieros a suspender la operación.
Kate Tice, representante de SpaceX, mencionó durante la transmisión: «Nos hubiera gustado despegar hoy, pero los equipos están haciendo lo correcto». Posteriormente, la compañía confirmó en un breve mensaje publicado en X que «el equipo de Starship se retira del intento de vuelo de prueba de hoy y está determinando la próxima mejor oportunidad disponible para volar».
Aunque inicialmente se sugirió que un nuevo intento podría ocurrir en menos de 24 horas, hasta ahora SpaceX no ha anunciado oficialmente una fecha concreta.
Importancia estratégica del Starship
El cohete Starship es esencial para la visión de Musk de llevar humanos a Marte, además de desempeñar un papel clave en el programa Artemis de la NASA, cuyo objetivo es devolver astronautas a la Luna. La misión prevista, con una duración aproximada de una hora, busca probar técnicas avanzadas como la recuperación controlada del propulsor Super Heavy, utilizando los «brazos» o pinzas gigantes ubicadas en la torre de lanzamiento. Esta compleja maniobra ha sido realizada con éxito solo en dos ocasiones anteriores.
Asimismo, la etapa superior del cohete, conocida como Starship, estaba diseñada para amerizar de manera controlada en el océano Índico, cerca de la costa oeste de Australia. Aunque esta etapa del cohete aún no es recuperable, SpaceX planea lograr su reutilización en futuras misiones.
Antecedentes y desafíos técnicos
La cancelación de este octavo vuelo ocurre apenas seis semanas después de un incidente explosivo registrado durante el séptimo vuelo de prueba, realizado el 16 de enero. En aquella ocasión, la nave explotó en el aire, dispersando escombros sobre las Islas Turcas y Caicos y provocando críticas y preocupaciones ambientales.
Tras ese incidente, la Administración Federal de Aviación (FAA), responsable de supervisar los lanzamientos de cohetes comerciales en Estados Unidos, suspendió temporalmente las actividades de SpaceX. Aunque la investigación sobre las causas exactas de la explosión del Vuelo 7 sigue en curso, la FAA otorgó recientemente luz verde para este nuevo intento, considerando que la empresa cumplía todos los requisitos técnicos y de seguridad para continuar con las pruebas suborbitales.
La explosión del Vuelo 7 probablemente fue causada por una fuga de oxígeno líquido superenfriado (LOX) en la parte trasera del cohete, que llevó a un incendio y eventual explosión. En respuesta, SpaceX implementó varias mejoras significativas en el diseño del Starship, incluyendo nuevas ventilaciones y sistemas para prevenir incendios, además de ajustes técnicos en la alimentación de combustible y en los niveles de empuje durante el vuelo.
Despliegue de satélites Starlink
Una innovación importante en este octavo vuelo de prueba era el despliegue experimental de satélites Starlink, parte del proyecto de internet satelital global de SpaceX. Aunque estos satélites no estaban destinados a alcanzar la órbita en esta misión, se pretendía evaluar su liberación en condiciones espaciales reales, brindando información clave para futuros lanzamientos comerciales.
Problemas ambientales y cooperación internacional
El incidente previo en enero generó preocupación entre los residentes de las Islas Turcas y Caicos, quienes reportaron la aparición de escombros en playas y caminos. Este hecho llevó a funcionarios locales a colaborar con SpaceX para desarrollar un plan de recuperación de residuos espaciales. El plan fue aprobado por las autoridades locales el 13 de febrero, aunque detalles específicos sobre quién financiará estas operaciones no han sido revelados.
Próximos pasos para SpaceX y el Starship
El futuro inmediato del Starship sigue siendo incierto. La cancelación de esta prueba vuelve a poner en evidencia los enormes desafíos técnicos que enfrenta SpaceX en su camino hacia la colonización de Marte y la exploración espacial profunda.
Sin embargo, el compromiso de la compañía permanece firme. Musk y su equipo continúan trabajando para superar estos obstáculos técnicos, conscientes de que cada vuelo, incluso fallido, proporciona valiosos aprendizajes para las misiones futuras. Además, SpaceX necesita demostrar que el Starship es seguro para vuelos tripulados y avanzar en el desarrollo de un sistema innovador para reabastecer combustible en órbita, condición fundamental para viajes interplanetarios más prolongados.
El mundo continuará atento a las noticias de SpaceX, esperando el próximo intento del Starship, cuyo éxito o fracaso será crucial en la nueva carrera espacial del siglo XXI.