El reciente bloqueo de la plataforma X en Brasil ha provocado una ola de desconcierto y división en el país, afectando no solo a sus usuarios, sino también a la política y la libertad de expresión. La medida, ordenada por el juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, tras la negativa de Elon Musk a nombrar un representante legal en Brasil, ha generado un intenso debate sobre la legitimidad de la prohibición y las consecuencias de la misma.
La batalla legal y política
El bloqueo de X, anteriormente conocida como Twitter, se produjo el sábado por la mañana, haciendo que la plataforma fuera inaccesible tanto en la web como a través de aplicaciones móviles. Esta acción marca un nuevo capítulo en la prolongada disputa entre Musk y de Moraes, una disputa que gira en torno a cuestiones de libertad de expresión, cuentas de extrema derecha y la difusión de desinformación. La decisión de de Moraes se basó en acusaciones de que X estaba involucrada en la obstrucción, organización criminal e incitación, apoyando a una red de personas conocidas como «milicias digitales» que supuestamente difunden noticias falsas y amenazas contra los jueces del Tribunal Supremo.
Brasil, uno de los mayores mercados de X con millones de usuarios, ha visto cómo esta red social se ha convertido en un foro clave para el debate político, influyendo en periodistas, políticos y formadores de opinión. Aunque X no es tan popular en Brasil como otras plataformas como Facebook, Instagram, YouTube o TikTok, sigue siendo un espacio importante para la interacción política y la difusión de memes, algunos de los cuales se originan en esta plataforma antes de expandirse a otras redes.
Reacciones de los usuarios y migración a otras plataformas
El bloqueo ha dejado a muchos brasileños sintiéndose desconectados del mundo. Chico Barney, un escritor de entretenimiento y usuario habitual de X, expresó su desconcierto al respecto en Threads, una aplicación desarrollada por Instagram como alternativa a X. «Tengo la sensación de que no tengo idea de lo que está pasando en el mundo en este momento. Es extraño», comentó Barney, reflejando el sentimiento de muchos otros usuarios que han tenido dificultades para adaptarse a otras redes sociales.
Algunos usuarios brasileños han comenzado a migrar a plataformas alternativas como Bluesky, que ha visto un incremento significativo de nuevos registros desde que se implementó el bloqueo. Según la compañía, en los últimos días, unos 200,000 nuevos usuarios de Brasil se han unido a la plataforma, y el número sigue creciendo. En Threads, la acogida de los nuevos usuarios brasileños ha sido cálida, con mensajes como «Hola, literalmente todos en Brasil» y «Aquí somos mucho más amables que en Twitter».
Esta no es la primera vez que los brasileños se enfrentan a una migración masiva entre plataformas. En el pasado, fueron grandes usuarios de Orkut, y cuando esta plataforma cerró, se adaptaron rápidamente a otras redes sociales.
Las consecuencias para la cultura y la política brasileña
El bloqueo de X no solo ha afectado a los usuarios comunes, sino también a figuras públicas y a la cultura en general. Famosos como Cardi B se mostraron preocupados por la ausencia de sus fanáticos brasileños en la plataforma. «¡Espera, muchas de mis páginas de fans son brasileñas! ¡Regresen, esperen!» exclamó la artista en X antes de que la plataforma se volviera inaccesible. Del mismo modo, una página de fans de Timothée Chalamet, administrada por brasileños, anunció que dejaría de actualizarse temporalmente debido al bloqueo.
La cultura del meme, tan arraigada en Brasil, también se ha visto afectada. La semana pasada, los brasileños colaboraron en la creación de una historia absurda para una telenovela ficticia en X, completa con una canción tema creada con herramientas de inteligencia artificial. Este tipo de interacciones, que reflejan el ingenio y el humor del pueblo brasileño, ahora se ven amenazadas por el bloqueo de la plataforma.
La reacción política y el debate sobre la libertad de expresión
El bloqueo de X ha sido fuertemente criticado por figuras políticas, especialmente por aquellos alineados con el expresidente Jair Bolsonaro. Nikolas Ferreira, un congresista de derecha y uno de los aliados más cercanos de Bolsonaro, criticó la medida y advirtió sobre las consecuencias de convertir a Brasil en «otra dictadura comunista». Ferreira, quien fue el legislador federal más votado en las elecciones de 2022, ha sido un crítico vocal de las decisiones de de Moraes, quien ordenó el bloqueo de sus cuentas en redes sociales después del asalto al Congreso, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo por parte de simpatizantes de Bolsonaro en enero de 2023.
Por otro lado, el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva respaldó la decisión de de Moraes, argumentando que cualquier persona que tenga inversiones en Brasil está sujeta a la Constitución y las leyes brasileñas. «No es porque el tipo tenga mucho dinero que pueda faltar al respeto», dijo Lula en una entrevista.
El futuro incierto de la libertad de expresión en Brasil
La decisión de bloquear X en Brasil ha generado un debate más amplio sobre la libertad de expresión y la confianza de las empresas internacionales en operar en el país. La Orden de Abogados de Brasil ha solicitado que el Tribunal Supremo revise las multas impuestas a los ciudadanos que utilicen redes privadas virtuales (VPN) para acceder a X, argumentando que las sanciones no deben imponerse sin un proceso adecuado.
Este episodio también ha colocado a Brasil en un grupo reducido de países que han tomado medidas similares contra X, la mayoría de ellos regímenes autoritarios. La situación ha generado preocupación entre los defensores de la libertad de expresión, quienes temen que Brasil esté siguiendo un camino peligroso hacia la censura y el control gubernamental sobre la información.
El bloqueo de X en Brasil ha dejado al país dividido y desconectado, con profundas implicaciones para la política, la cultura y la libertad de expresión. A medida que el debate continúa, queda por ver cómo evolucionará esta situación y qué impacto tendrá en la sociedad brasileña en su conjunto.