En plena era digital, un joven de 15 años fallecido en 2006 se convirtió en un fenómeno de fe y tecnología. Carlo Acutis (1991–2006), apodado el “influencer de Dios”, combinó su talento informático con una profunda devoción eucarística; creó sitios web para documentar milagros en todo el mundo y llevó el evangelio a las generaciones digitales. El pasado lunes, la muerte del papa Francisco obligó a posponer la ceremonia de canonización —programada para el 27 de abril de 2025— hasta que un nuevo pontífice asuma el trono de San Pedro. Sin embargo, para miles de jóvenes ya es un santo vivo en sus corazones.
Los inicios de un creyente precoz
Primera comunión y “autopista al cielo”
Nacido en Londres el 3 de mayo de 1991 y criado en Milán, Carlo recibió la primera comunión a los 7 años. Poco después declaró:
“Estar unido a Jesús: ese es mi plan de vida”.
Desde entonces asistía a misa casi a diario en la parroquia frente a su escuela, creyendo que ese ritual era su “autopista al cielo”. Su devoción infantil inspiró a sus padres a retomar la práctica religiosa y hasta su niñera hindú abrazó el catolicismo gracias a su testimonio.
Adolescente entre videojuegos y oración
Como muchos de su generación, Carlo disfrutaba de videojuegos, fútbol y programación. Sin embargo, nunca diluía su fe: defendía a compañeros marginados, ayudaba en comedores sociales y dedicaba horas a catequesis. Su madre recuerda que prefería donar sus ahorros a los pobres antes que comprarse caprichos.
El “santo millennial” y su sello digital
Experto en informática al servicio de la Iglesia
A los 14 años, el párroco de Santa Maria Segreta (Milán) le pidió a Carlo diseñar la página web de la parroquia. Poco después creó un portal para su escuela y, sobre todo, lanzó en 2004 “La lista de los milagros”, un sitio interactivo que documenta hechos extraordinarios en torno a la Eucaristía.
“Influencer de Dios”
Su habilidad con Java y C++ y su pasión por el Evangelio le valieron el apodo de “influencer de Dios”. El uso creativo de redes y páginas web para difundir la presencia real de Cristo en la hostia consagrada fue destacado por el papa Francisco en 2019:
“El mundo digital puede aislar, pero Carlo lo usó para comunicar valores y belleza”.
La exposición de milagros eucarísticos
Un proyecto itinerante
Entre 2005 y 2006 Carlo preparó una exhibición sobre milagros eucarísticos, inaugurada en Roma y luego recorrida miles de parroquias en todo el mundo.
Impacto global
La muestra –con fotografías, documentos y relatos– sensibilizó a creyentes y curiosos, reforzando la devoción eucarística. Traducida a más de 10 idiomas, la exposición sigue activa en iglesias, colegios y espacios culturales.
El joven frente a la enfermedad
Diagnóstico y actitud
En 2006, Carlo fue diagnosticado con leucemia fulminante. Ante la noticia, declaró:
“Estoy contento de morir porque viví sin malgastar ni un minuto en lo que no agrada a Dios” .
Su entereza ante el sufrimiento conmovió al cardenal Angelo Comastri, quien escribió: “Su alegría es testimonio de que la muerte no asusta cuando se vive en amistad con Cristo”.
Muerte y primer milagro
Falleció el 12 de octubre de 2006 en Monza, Italia. En 2013 la sanación inexplicable de un niño brasileño con padecimiento pancreático fue atribuida a su intercesión, impulso clave para su beatificación en 2020.
El proceso de canonización
Beatificación en Assisi
El 10 de octubre de 2020, Carlo fue beatificado por el cardenal Agostino Vallini, en nombre del papa Francisco, en la Basílica de San Francisco de Asís, ante miles de fieles.
Segundo milagro y bula papal
En mayo de 2024, la curación de una estudiante costarricense con traumatismo craneal fue reconocida como milagro número dos. En julio de 2024, el papa Francisco autorizó la canonización, prevista para el 27 de abril de 2025 durante el Jubileo de los Adolescentes.
La canonización pospuesta
Fallecimiento del papa Francisco
El 21 de abril de 2025, a los 88 años, murió el papa Francisco tras un derrame cerebral. Dado que solo un pontífice puede canonizar, el Vaticano anunció la suspensión del rito de Acutis hasta la elección de su sucesor.
Reacción de la Iglesia
El arzobispo de Milán, Mario Delpini, restó dramatismo:
“Acutis ya es santo para el pueblo; solo falta la declaración oficial”.
La juventud en Roma: del luto al testimonio
Miles de adolescentes y jóvenes, atraídos por la figura de Carlo, habían llegado a Roma para el Jubileo. Muchos expresaron su pesar por la postergación, pero celebran su legado:
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“Me identifico con él: amaba el deporte y los videojuegos, pero antepuso la fe” dijo Ángelo, estudiante de bachillerato.
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Daniele, de 19 años, celebró la concurrencia masiva de jóvenes a la Plaza de San Pedro, atribuyéndolo al atractivo de Carlo como modelo contemporáneo.
El legado de Carlo Acutis
Patronazgo y veneración
Carlo es considerado patrón de los jóvenes, programadores e “influencers” cristianos. Su cuerpo incorrupto yace en Santa María la Mayor de Asís, donde peregrinan fieles de todo el mundo.
Cultura digital y evangelización
Su ejemplo anima a la Iglesia a incorporar tecnologías emergentes para la catequesis y el acompañamiento espiritual de la generación Z y los millennial.
Exhibiciones y redes
La exposición de milagros continúa itinerando y sus portales web siguen activos, gestionados por la Asociación Carlo Acutis, involucrando comunidades educativas y parroquias.
Análisis: ¿por qué moviliza tanto a los jóvenes?
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Identificación generacional: vivió con redes, videojuegos y programación, como ellos.
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Autenticidad: coherencia entre fe y acciones solidarias.
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Digitalidad sagrada: demostró que la fe no es ajena al mundo digital, sino que puede florecer en él.
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Testimonio de sufrimiento: su serenidad ante la muerte inspira resiliencia.
Este cóctel de elementos convierte a Carlo en un puente entre la tradición católica y la cultura contemporánea.
Mirada hacia el futuro
Queda por delante:
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Nueva fecha de canonización elegida por el sucesor de Francisco.
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Extensión del culto a más diócesis y a países no tradicionales.
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Proyectos educativos inspirados en su método: combinar informática y fe.
La historia de Carlo Acutis apenas comienza a desplegarse: su causa muestra cómo la santidad puede irradiar en tiempos hiperconectados, ofreciendo un modelo de evangelización para la era digital.