Durante décadas, los científicos han especulado sobre la posibilidad de que Marte, el enigmático planeta rojo, alguna vez albergara vida. Gracias a los recientes descubrimientos realizados por el rover Curiosity de la NASA, esa hipótesis cobra nueva fuerza. Un estudio publicado en la revista Science y liderado por investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) ha revelado la presencia significativa de carbonatos en muestras recogidas por el rover, lo que sugiere un ciclo del carbono activo en el pasado y refuerza la teoría de que Marte fue habitable.
El papel del rover Curiosity en el descubrimiento
Desde su llegada al planeta rojo en 2012, el rover Curiosity ha sido una de las herramientas más valiosas en la exploración marciana. En 2022 y 2023, Curiosity perforó cuatro muestras de roca en diferentes unidades estratigráficas del monte Sharp, ubicado en el centro del cráter Gale. Este cráter es particularmente interesante para los científicos, ya que se cree que fue el lecho de un antiguo lago.
Utilizando el difractómetro de rayos X instalado a bordo del rover, los científicos analizaron la mineralogía de estas muestras. El hallazgo más sorprendente fue la identificación de siderita (carbonato de hierro) en concentraciones que variaban del 5 % al 10 % en peso, dentro de capas que también contenían altos niveles de sulfato de magnesio.
Carbonatos: las huellas de una atmósfera antigua
La importancia del descubrimiento radica en que los carbonatos no solo son indicadores de procesos geoquímicos específicos, sino que también representan una evidencia tangible de un ciclo del carbono antiguo en Marte. Según el investigador principal Ben Tutolo, «el planeta era habitable y los modelos de habitabilidad son correctos».
Los carbonatos se forman en presencia de agua líquida y una atmósfera rica en dióxido de carbono (CO2). Esto implica que, en algún momento de su historia, Marte tuvo una atmósfera lo suficientemente densa como para permitir la existencia de agua en estado líquido en su superficie. Con el tiempo, a medida que la atmósfera se fue diluyendo, el CO2 se transformó en roca, quedando atrapado en la forma de carbonatos.
Un ciclo del carbono marciano: similitudes con la Tierra
En la Tierra, el ciclo del carbono es fundamental para la regulación del clima y la habitabilidad del planeta. La existencia de un mecanismo similar en Marte sugiere que no solo hubo condiciones adecuadas para el agua, sino también potencialmente para formas simples de vida. Aunque hasta ahora las mediciones orbitales no habían detectado estos compuestos en las zonas estudiadas, el análisis directo del terreno por parte de Curiosity cambió ese paradigma.
Este descubrimiento tiene implicaciones profundas, ya que respalda modelos atmosféricos que predicen la formación de carbonatos sedimentarios bajo una atmósfera antigua rica en CO2. El hallazgo de estas formaciones geológicas refuerza la idea de que Marte no solo fue húmedo, sino también geoquímicamente activo.
El cráter Gale: un laboratorio natural de la historia marciana
El cráter Gale, con sus capas de sedimentos perfectamente conservadas, ofrece una ventana sin precedentes al pasado marciano. Este sitio ha sido considerado estratégico desde el inicio de la misión Curiosity. Su geología revela miles de millones de años de historia ambiental, incluyendo la presencia pasada de ríos, lagos y actividad hidrotermal.
El descubrimiento de carbonatos en el monte Sharp permite a los científicos reconstruir mejor la evolución atmosférica y climática de Marte. Adicionalmente, permite afinar las estrategias de búsqueda de vida pasada, al indicar qué regiones del planeta podrían conservar rastros biológicos.
La importancia del hallazgo en la exploración futura
Este tipo de descubrimientos no solo aporta conocimiento sobre el pasado de Marte, sino que también orienta futuras misiones de exploración. La búsqueda de biofirmas (indicadores de vida pasada) se beneficia enormemente de la identificación de lugares con condiciones ambientales propicias en el pasado.
Con misiones como Mars Sample Return programadas para la próxima década, los científicos podrán traer muestras marcianas a la Tierra para analizarlas con una precisión sin precedentes. Esto podría, finalmente, responder a la pregunta de si Marte alguna vez estuvo vivo.
¿Estuvo Marte vivo?
Aunque aún no hay pruebas concluyentes de vida en Marte, los hallazgos recientes del rover Curiosity representan un avance crucial. La detección de siderita en el cráter Gale, combinada con modelos que predicen un pasado húmedo y atmosféricamente denso, conforman una imagen cada vez más convincente de un Marte primitivo habitable.
La investigación liderada por la Universidad de Calgary subraya la importancia de estudiar la geología y mineralogía marciana para comprender su historia climática. A medida que se recopilan más datos, se refuerza la idea de que Marte no solo fue un planeta similar a la Tierra, sino que podría haber albergado las condiciones necesarias para la vida tal como la conocemos.