La pubertad es un hito universal: marca el paso de la infancia a la adolescencia, con transformaciones físicas, emocionales y sociales profundas. Pero hoy, en la era de las redes sociales, esos cambios ocurren más temprano y se viven bajo la lupa de pantallas que amplifican inseguridades y comparaciones. La Dra. Cara Natterson, pediatra reconocida y coautora de la plataforma LessAwkward.com, ofrece cinco consejos para padres y cuidadores que enfrentan la pubertad temprana en sus hijos.
Entender que la pubertad comienza antes… y dura más
El inicio adelantado
Estudios muestran que la pubertad hoy arranca alrededor de los 8–9 años en niñas y 9–10 en niños, es decir 2–3 años antes que hace generaciones . Un estudio de 17.000 niñas de 1997 ubicó el desarrollo mamario promedio a los 9,96 años en niñas blancas y 8,87 en niñas negras; investigaciones de 2010 confirmaron y extendieron estos hallazgos .
“La pubertad… está comenzando antes, y lo sabemos desde hace mucho tiempo” .
Para los padres, reconocer que antes de 7 años en niñas y 8 en niños es motivo de consulta, y que hasta los 12 puede no verse nada, ayuda a evitar alarmas innecesarias.
Un proceso más prolongado
Contrario a la idea de 2–4 años de duración, la pubertad ahora se extiende casi una década. Ese ritmo más lento implica un período prolongado de vulnerabilidad emocional y física, que exige acompañamiento constante .
Hablar con transparencia: desmontar mitos y clarificar lo biológico
Separar pubertad y adrenarquia
La adrenarquia —producción temprana de DHEA y DHEAS— provoca vello y olor corporal antes o sin pubertad real. Confundirlo con cambios hormonales sexuales genera ansiedad .
Explícale a tu hijo que:
-
Adrenarquia ≠ capacidad reproductiva.
-
Pubertad implica desarrollo de caracteres sexuales secundarios y maduración interna.
Consulta médica oportuna
Si notas cambios antes de los 7–8 años, o crecimiento detenido a los 12, lleva al niño al pediatra. Un examen físico y, si hace falta, estudios hormonales, aclaran dudas y descartan patologías.
“Cualquier adulto que crea que su hijo está entrando en la pubertad… consulte con un profesional de la salud” .
Gestionar el sueño y el uso de pantallas
Impacto de la tecnología en el descanso
La luz azul y las notificaciones retrasan el sueño, alteran ciclos profundos y elevan cortisol, afectando crecimiento, metabolismo y salud mental .
Recomendaciones prácticas:
-
Prohibir dispositivos una hora antes de dormir.
-
Mantener cargadores fuera del cuarto.
-
Usar “modo nocturno” en pantallas.
Balance digital
Las redes ofrecen conexión, pero también comparaciones dañinas. Fomenta:
-
Contenidos educativos y creativos.
-
Tiempo familiar sin pantallas (comidas, juegos).
-
Diálogo abierto sobre lo que ven en redes: filtros, bulos y presión social.
Apoyar las emociones: normalizar la montaña rusa hormonal
Validar sentimientos
Los cambios hormonales disparan altibajos de ánimo. En lugar de minimizar (“es solo una rabieta”), reconoce:
“Entiendo que te sientas nervioso por estos cambios en tu cuerpo” .
Herramientas de autorregulación
-
Técnicas de respiración y mindfulness adaptadas a niños.
-
Diario de emociones: escribir ayuda a procesar.
-
Actividad física regular para liberar endorfinas.
Fomentar la autoestima y el autoconcepto corporal
Educación sobre el cuerpo
Usa recursos como “The Care and Keeping of You” para niñas y “Guy Stuff” para niños, adaptados a la era digital con material interactivo en LessAwkward.com .
Mensajes positivos en redes
Incentiva seguir cuentas que celebren la diversidad corporal y proyectos de jóvenes que promuevan la aceptación.
Conclusión: un viaje familiar, no individual
La pubertad temprana en la era digital plantea desafíos únicos: inicios antes, proceso más largo y pantallas omnipresentes. Con comprensión de la biología, límites saludables de tecnología, acompañamiento emocional y refuerzo de la autoestima, padres e hijos pueden transitar juntos esta aventura. Los cinco consejos de la Dra. Natterson ofrecen un mapa para reducir el misterio y la vergüenza, convirtiendo la pubertad en una oportunidad de crecimiento compartido.