¿Es posible que exista una fuerza física real que nos atraiga hacia otra persona? ¿Puede la gravedad, esa omnipresente pero invisible fuerza del Universo, explicar —aunque sea en parte— por qué nos sentimos cerca de alguien?
Aunque estas preguntas suenen como algo salido de una canción romántica, tienen una respuesta muy real y sorprendentemente precisa dentro del campo de la física. De hecho, si alguna vez te preguntaste si literalmente estás atrayendo a otra persona, la ciencia tiene una respuesta: sí. Y se puede calcular.
En este artículo te explicamos cómo funciona la atracción gravitatoria entre personas, por qué puedes pesar diferente dependiendo del lugar donde estés, y qué secretos sigue guardando la gravedad, una de las fuerzas más misteriosas del Universo. Además, te mostraremos algunas curiosidades que te harán ver la física con otros ojos.
¿Qué es la gravedad y por qué es tan importante?
La gravedad es una de las cuatro fuerzas fundamentales del Universo, junto con el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil. Es la responsable de que la Tierra mantenga su atmósfera, de que los planetas giren alrededor del Sol, y de que tú estés sentado leyendo este artículo en lugar de flotando en el aire.
Fue Isaac Newton quien, en el siglo XVII, formuló la Ley de la Gravitación Universal, al darse cuenta de que la misma fuerza que hacía caer una manzana al suelo era la que mantenía a la Luna orbitando la Tierra. Según Newton:
“Cualquier par de objetos con masa en el Universo se atraen con una fuerza que es proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellos.”
Esta ley puede expresarse con la siguiente fórmula:
F = G × (m₁ × m₂) / r²
Donde:
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F es la fuerza gravitatoria
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G es la constante de gravitación universal (6.674 × 10⁻¹¹ N·m²/kg²)
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m₁ y m₂ son las masas de los dos objetos
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r es la distancia entre los centros de masa de ambos
¿Qué tan fuerte es la atracción entre dos personas?
Usando la fórmula de Newton, podemos calcular la atracción entre, por ejemplo, dos personas de 70 y 60 kilos, sentadas a 0.5 metros de distancia.
F = (6.674 × 10⁻¹¹) × (70 × 60) / (0.5)²
F ≈ 1.12 × 10⁻⁶ Newtons
Esa fuerza es diminuta. Para ponerlo en perspectiva, un mosquito genera una fuerza mucho mayor al posarse sobre tu piel. Así que, aunque literalmente tú y otra persona se atraen gravitacionalmente, esa atracción es tan débil que no la notarías jamás sin instrumentos altamente sensibles.
¿Significa eso que la atracción entre personas no es real? Al contrario. Significa que la física puede explicar incluso los aspectos más aparentemente poéticos de nuestra vida.
¿Por qué pesas diferente en distintos lugares del mundo?
Otra curiosidad fascinante sobre la gravedad es que no es uniforme en toda la Tierra. La fuerza gravitatoria depende, entre otras cosas, de la forma del planeta, la altitud y la composición del subsuelo.
Por ejemplo:
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En el Ecuador, donde la Tierra es más ancha debido a su rotación, estarás ligeramente más lejos del centro del planeta, lo que reduce un poco la gravedad.
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En los polos, estarás más cerca del núcleo, por lo que pesarás un poco más.
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En lugares con formaciones geológicas específicas, como ciertas montañas o valles profundos, también hay pequeñas variaciones gravitacionales.
La diferencia no es enorme —puede ser de hasta 0.5 kg— pero es suficiente para que existan balanzas calibradas geográficamente en estudios científicos y competiciones internacionales.
¿Cómo influye la gravedad en nuestro cuerpo y salud?
La gravedad no solo nos mantiene “pegados” al suelo. También es esencial para el funcionamiento de nuestros cuerpos. Nuestros huesos, músculos y órganos están diseñados para operar bajo una fuerza gravitatoria constante. Por eso, cuando los astronautas pasan tiempo en microgravedad, experimentan efectos negativos como:
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Pérdida de masa ósea y muscular
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Desorientación espacial
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Problemas cardiovasculares
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Redistribución de fluidos corporales
Curiosamente, la gravedad también afecta nuestra percepción del tiempo. Según la teoría de la relatividad general de Einstein, el tiempo pasa más lento en lugares donde la gravedad es más intensa. Este fenómeno, llamado dilatación gravitacional del tiempo, ha sido comprobado con relojes atómicos colocados a diferentes alturas.
La gravedad: la fuerza más conocida… y la más misteriosa
Aunque convivimos con la gravedad todo el tiempo, sigue siendo una de las grandes incógnitas de la física moderna. La física cuántica, por ejemplo, no logra explicar cómo encaja la gravedad dentro de su marco teórico, a diferencia de las otras tres fuerzas fundamentales.
“La gravedad es probablemente la fuerza más intuitiva, pero también la más difícil de entender desde un punto de vista fundamental”, explica Claudia de Rham, física teórica del Imperial College London.
Se han propuesto teorías como la gravedad cuántica y los gravitones (partículas hipotéticas portadoras de la fuerza gravitacional), pero hasta ahora no hay una teoría unificada aceptada por la comunidad científica.
¿Qué pasaría si no existiera la gravedad?
Sin gravedad, la vida en la Tierra sería completamente diferente… o, más precisamente, imposible. La atmósfera escaparía al espacio, no habría mares ni ríos ni montañas, y tú no podrías mantenerte de pie.
A escala cósmica, sin gravedad no habría estrellas, planetas, galaxias ni agujeros negros. El Universo sería un caos de partículas dispersas sin posibilidad de estructuración.
¿Se puede «sentir» la gravedad de una persona?
La respuesta es que no en el sentido tradicional, pero sí desde una perspectiva romántica y poética, que la física puede apoyar con cifras. La gravedad actúa entre todas las masas del Universo, lo cual incluye a las personas.
Y aunque esta fuerza es diminuta, sirve para recordarnos que estamos conectados con todo y con todos. Literalmente.
¿Se puede usar la gravedad para detectar emociones?
No directamente. Pero, en un giro interesante, la tecnología moderna puede usar cambios sutiles en el cuerpo, como la respiración, el ritmo cardíaco o el movimiento, para inferir estados emocionales. Aunque no es gravedad pura, muchas de estas mediciones usan principios de la física para funcionar.
¿Cómo se relaciona esto con la teoría del amor?
Muchos poetas y filósofos han comparado el amor con una fuerza gravitacional. Y aunque la física no puede explicar el deseo, sí puede ofrecernos una bella metáfora: al igual que la gravedad, el amor nos atrae, nos ancla, y a veces, nos hace orbitar alrededor del otro.
Curiosidades sorprendentes sobre la gravedad
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Un agujero negro tiene una gravedad tan intensa que ni la luz puede escapar.
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En la Luna pesas solo el 16.5% de lo que pesas en la Tierra.
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Las mareas oceánicas son producto de la gravedad de la Luna y el Sol sobre la Tierra.
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Existe un “mapa de la gravedad” del planeta, creado por satélites que detectan pequeñas diferencias.
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Hay lugares en Canadá donde la gravedad es más débil debido al derretimiento de glaciares.
La gravedad en el arte, la literatura y el cine
La gravedad ha sido inspiración en películas como Gravity (2013), que retrata los peligros de su ausencia en el espacio, o en novelas como La gravedad del amor, que usan el concepto para explorar emociones humanas.
Incluso en la danza, la gravedad define estilos como el ballet clásico (que la desafía) o la danza contemporánea (que la abraza).
Conclusión: La gravedad entre tú y otra persona es real… aunque no la sientas
La física puede ofrecernos fórmulas, leyes y teorías, pero también nos regala metáforas y conexiones inesperadas con nuestra vida diaria. Saber que tú y otra persona están literalmente atrayéndose, aunque de forma casi imperceptible, es un dato tan científico como poético.
Y aunque la gravedad no explique todo lo que sentimos, sí nos recuerda que vivimos en un universo conectado, donde incluso los cuerpos más pequeños ejercen influencia unos sobre otros.