Hace aproximadamente 3.900 años, los últimos grupos de mamuts lanudos desaparecieron del planeta, marcando el fin de una era para esta icónica especie prehistórica. Sin embargo, un audaz proyecto liderado por la empresa biotecnológica Colossal Biosciences podría devolver a estos colosos a la vida antes de que termine la década, posiblemente en 2028. Este proyecto no solo ha captado la atención mundial por su ambiciosa meta, sino también por las implicaciones científicas y ecológicas que conlleva.
¿Por qué revivir al mamut lanudo?
Según Colossal Biosciences, traer de vuelta al mamut lanudo no se trata solo de un logro tecnológico, sino de un esfuerzo por restaurar ecosistemas árticos que alguna vez dependieron de su presencia. Los mamuts desempeñaban un papel clave en el mantenimiento de las tundras, ayudando a compactar la nieve y reduciendo la propagación de árboles invasores. Este comportamiento natural promovía un permafrost más estable, lo que a su vez contribuye a mitigar el cambio climático al evitar la liberación de gases de efecto invernadero atrapados en el suelo congelado.
“El pisoteo de la nieve por parte de los elefantes árticos mientras se mueven y buscan comida dará como resultado una capa de nieve más compacta”, explican los expertos de Colossal. Este efecto permitiría una mayor congelación del terreno y podría contribuir a mantener las temperaturas más bajas necesarias para preservar los ecosistemas árticos.
No obstante, no todos los científicos comparten este entusiasmo. La paleobíloga Tori Heldridge, del Museo de Historia Natural, advierte que el impacto real de reintroducir mamuts sigue siendo incierto. “Aún no está claro si la estepa del mamut desapareció como resultado de la pérdida del mamut o si el mamut desapareció debido a su hábitat”, señaló en un artículo publicado en The Guardian.
El camino hacia la des-extinción
El proyecto de Colossal Biosciences se basa en avances revolucionarios en la biotecnología y la genética. Gracias a la preservación de mamuts bajo el hielo de permafrost, los científicos han logrado recuperar muestras de tejido con ADN intacto, incluyendo pieles, colmillos y otros elementos clave. Este material genético ha permitido a los investigadores secuenciar el genoma del mamut lanudo, aunque con ciertos vacíos que deben completarse utilizando el ADN de elefantes asiáticos, los parientes vivos más cercanos de los mamuts.
Con un 99,6% de compatibilidad genética, los elefantes asiáticos se convertirán en los “madres sustitutas” de los primeros embriones de mamut. Este proceso implica la edición de genes cruciales que le otorgaban al mamut su adaptación al frío, como el pelaje grueso, los colmillos curvados y los depósitos de grasa subcutánea. Una vez completado el embrión, se implantará en un elefante asiático o africano, que llevará la gestación durante aproximadamente 22 meses.
“Tenemos el ADN, la tecnología y los principales expertos en el campo. Pronto tendremos al mamut lanudo vivo de nuevo”, declara el sitio web de Colossal Biosciences, subrayando el rigor científico que sustenta este esfuerzo.
Controversias y desafíos
Aunque el proyecto ha generado un gran entusiasmo, también ha suscitado importantes controversias. Algunos expertos, como el paleontólogo Karl Flessa de la Universidad de Arizona, cuestionan la viabilidad de la supervivencia de estos animales en un mundo donde los hábitats naturales han cambiado drásticamente debido al cambio climático y la actividad humana. Además, existe el riesgo de que las especies reintroducidas enfrenten dificultades para adaptarse a los ecosistemas actuales o que incluso compitan con especies modernas por recursos limitados.
Colossal Biosciences ha respondido a estas críticas con un plan que incluye la creación de un preservo bioseguro donde los mamuts puedan vivir y ser monitoreados de cerca. Además, la empresa cita precedentes exitosos, como la reintroducción de los lobos en el Parque Nacional de Yellowstone, para argumentar que las especies extintas pueden desempeñar un papel vital en la restauración de ecosistemas.
Una visión más amplia
El trabajo de Colossal Biosciences va más allá de la resurrección de especies extintas. La empresa ha desarrollado tecnologías innovadoras para la preservación de especies en peligro, como una vacuna contra el herpesvirus endoteliotrópico del elefante. Además, está explorando la posibilidad de “des-extinguir” otras especies icónicas, como el dodo y el tigre de Tasmania.
El impacto de estas investigaciones también se extiende a otras áreas. Colossal ha dado origen a startups especializadas en la degradación de residuos plásticos y en el desarrollo de herramientas computacionales avanzadas para la genética. Además, la empresa ha establecido la Fundación Colossal, una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación animal que ya ha recaudado $50 millones.
La posibilidad de devolver la vida al mamut lanudo representa un avance extraordinario en la ciencia moderna, con implicaciones que van desde la restauración ecológica hasta la preservación de especies actuales. Sin embargo, también plantea preguntas fundamentales sobre los límites éticos y prácticos de la biotecnología. Si el proyecto tiene éxito, podría marcar el inicio de una nueva era en la que la humanidad no solo conserve la biodiversidad, sino que también la restaure activamente. Solo el tiempo dirá si esta ambiciosa empresa logrará cumplir sus promesas y cambiar el rumbo de la historia evolutiva.