Cuando se habla de videojuegos, es común imaginar títulos como Fortnite o Call of Duty, donde el objetivo es superar al rival, dominar el campo de batalla y convertirse en el mejor. Sin embargo, una corriente contraria está ganando terreno entre los jugadores más jóvenes: la colaboración.
Josef Fares, el carismático director del estudio Hazelight, ha logrado posicionarse como uno de los mayores exponentes de esta tendencia. Su más reciente lanzamiento, Split Fiction, es una propuesta innovadora que ha cautivado tanto a la crítica como al público.
Split Fiction: una experiencia única de cooperación
Split Fiction no es solo un videojuego, sino una aventura narrativa diseñada para dos jugadores, quienes deben trabajar juntos para resolver acertijos y superar obstáculos. El juego gira en torno a dos escritores —Zoe, autora de fantasía, y Mio, autor de ciencia ficción— que quedan atrapados en versiones simultáneas de sus propios mundos literarios.
La propuesta fue un éxito inmediato: en solo 48 horas vendió cerca de un millón de copias y se posicionó entre los títulos más vistos en la plataforma Twitch. Su éxito recuerda al de su predecesor, It Takes Two, otro juego cooperativo de Hazelight que ha vendido más de 20 millones de unidades y ganó el premio al Juego del Año.
Contra el aislamiento: la conexión humana en el centro
¿Qué hace tan atractivos a estos juegos? Según un informe de Midia Research, los títulos cooperativos gozan de una enorme popularidad entre los jóvenes de 16 a 24 años. De una muestra de 9.000 videojugadores, el 40% indicó que la cooperación es su forma preferida de jugar.
Este fenómeno se debe, en gran parte, al deseo de evitar el aislamiento. Muchos jugadores, como Melissa y Jonn-Mark del Reino Unido, encuentran en Split Fiction una forma de compartir tiempo de calidad con seres queridos. “Mucho del tiempo que pasas cuando juegas lo haces aislado. Está bien poder estar con alguien”, señaló Melissa en una entrevista con la BBC.
Juegos relajados frente al estrés competitivo
Otro atractivo fundamental de los videojuegos colaborativos es la posibilidad de jugar sin el estrés de la competencia. Jonn-Mark explicó que los títulos en línea suelen ser demandantes. “No quiero llegar a casa cansado y tener que enfocarme al 100% solo para que me vaya bien en el juego”, comentó. “Con este juego puedo sentarme, relajarme y disfrutar”.
Este enfoque ha sido especialmente popular entre los streamers. En plataformas como TikTok y Twitch, títulos como Chained Together han generado momentos virales gracias a su componente cooperativo. La interacción entre jugadores se convierte en espectáculo, lo que potencia la visibilidad de estos juegos.
Más allá de Hazelight: una tendencia que se expande
Si bien Hazelight es pionera en esta filosofía, no es la única empresa que apuesta por la cooperación. La desarrolladora británica Supermassive Games, conocida por su éxito Until Dawn, implementó el modo cooperativo en sus juegos tras descubrir que los usuarios preferían jugar en grupo, incluso en títulos diseñados para un solo jugador.
Además, gigantes como Nintendo han cultivado experiencias multijugador sociales y amistosas con sagas como Mario Kart o Mario Party, que reúnen a amigos y familias frente a un mismo televisor.
Competencia feroz en un mercado saturado
A pesar del éxito de estos juegos, no todas las compañías están dispuestas a arriesgar. La industria de los videojuegos ha enfrentado en los últimos años despidos masivos, cierres de estudios y recortes en la inversión. Ante este panorama, muchas productoras optan por reproducir fórmulas conocidas, como los juegos de “servicio en vivo” al estilo Fortnite, que garantizan ingresos constantes a través de microtransacciones.
Sin embargo, Josef Fares se opone firmemente a este modelo. Desde sus inicios con Brothers: A Tale of Two Sons, ha defendido su visión creativa por encima de las presiones comerciales. Incluso cuando sus primeros testers dieron opiniones negativas, él mantuvo su fe en el proyecto. “Pensé: ‘Están equivocados, porque sé que es genial’”, recordó.
Una visión sin microtransacciones
Fares también ha sido claro en su rechazo a incluir microtransacciones en sus juegos, a pesar de su colaboración con EA, una de las editoras más grandes del mundo. “No espero que todos sean como yo, pero así soy yo, con mi extrema confianza”, afirmó.
Para Fares, la clave está en la pasión. “Me encanta lo que hacemos. Nos mantenemos fieles a la visión de lo que creemos. Mantén la visión, llévala a la práctica. Y creo que si realmente amas lo que haces, a la gente también le encantará”.
El futuro de los videojuegos: cooperación, narrativa y conexión
Split Fiction ha demostrado que existe un mercado sólido para videojuegos que priorizan la conexión emocional sobre la competencia. Las historias profundas, los personajes entrañables y las mecánicas de cooperación están resonando especialmente entre los jugadores jóvenes, cansados de las dinámicas tóxicas y estresantes que suelen dominar el juego en línea.
El caso de Hazelight y Josef Fares marca un camino a seguir en la industria: uno que no se basa en perseguir modas o explotar a los consumidores, sino en ofrecer experiencias significativas que puedan disfrutarse en compañía.
En un panorama donde la mayoría de los desarrolladores apuestan por la competencia feroz y las ganancias rápidas, Josef Fares y Split Fiction nos recuerdan que los videojuegos también pueden ser espacios para colaborar, conectar y contar historias inolvidables.
Mientras más jugadores buscan escapar del aislamiento digital y encontrar formas de relacionarse, los juegos cooperativos se posicionan como una respuesta poderosa y necesaria. Y si el éxito de títulos como It Takes Two y Split Fiction es un indicio, esta tendencia apenas está comenzando.