El avance tecnológico ha traído consigo innovaciones impresionantes, pero algunas de ellas plantean serias preocupaciones sobre la privacidad y el uso indebido de la información personal. Un ejemplo reciente es el proyecto I-XRAY, desarrollado por dos estudiantes de Harvard, AnhPhu Nguyen y Caine Ardayfio, quienes han mostrado cómo las gafas inteligentes pueden ser usadas para identificar a las personas en tiempo real, violando su privacidad al extraer datos sensibles, como nombres, direcciones y números de teléfono.
¿Qué es I-XRAY y cómo funciona?
I-XRAY combina gafas inteligentes Ray-Ban Meta con tecnología de reconocimiento facial y bases de datos públicas para crear un sistema que identifica a cualquier persona con solo capturar su rostro en video. El proceso es sorprendentemente sencillo. Las gafas, que tienen la capacidad de transmitir video en tiempo real a Instagram, envían las imágenes capturadas a un programa informático que utiliza inteligencia artificial para reconocer las caras. Después, las imágenes se comparan con bases de datos públicas, como PimEyes, un motor de búsqueda de rostros que vincula las fotos subidas con otras imágenes disponibles en internet.
Este sistema, además, utiliza modelos de lenguaje grande (LLM) para buscar información adicional en las páginas web donde se encuentran las imágenes, y luego valida los datos obtenidos en plataformas como FastPeopleSearch, que contiene perfiles públicos con información como direcciones, números de teléfono y detalles familiares. Finalmente, la información es enviada a una aplicación en el teléfono del usuario que está utilizando las gafas. Todo esto sucede en cuestión de minutos, lo que convierte a I-XRAY en una herramienta muy poderosa, pero también potencialmente peligrosa.
La demostración: una invasión a la privacidad en tiempo real
En el video publicado por Nguyen y Ardayfio en su cuenta de X, anteriormente conocida como Twitter, se puede observar cómo los estudiantes usan I-XRAY para identificar a varios compañeros de clase, obteniendo sus nombres, direcciones y nombres de sus familiares en tiempo real. Más alarmante aún es el momento en que se acercan a extraños en el transporte público, fingiendo conocerlos gracias a la información obtenida a través de las gafas. Esta capacidad de “doxing” en tiempo real plantea serias preocupaciones sobre cómo este tipo de tecnología podría ser explotada.
Lo más preocupante de todo es que I-XRAY no utiliza tecnología experimental o futurista. En su mayoría, se trata de la integración de herramientas ya disponibles en el mercado, lo que pone de relieve que estas prácticas no son parte de un futuro distópico, sino que ya son una realidad.
La discreción de las gafas: una amenaza silenciosa
Uno de los aspectos más inquietantes de las gafas inteligentes es su diseño discreto. Las Ray-Ban Meta parecen un par de gafas de sol común y corriente, lo que facilita que pasen desapercibidas en entornos públicos. Aunque las gafas incluyen una luz que indica cuando se está grabando video, los estudiantes explicaron que en exteriores o lugares muy iluminados, esa luz puede ser difícil de notar, lo que hace que las personas no se den cuenta de que están siendo filmadas.
Este hecho es especialmente preocupante si se tiene en cuenta el auge de las redes sociales y la tendencia creciente de grabar y compartir contenido de forma espontánea. Mientras que los Google Glass enfrentaron rechazo público hace una década debido a la preocupación de ser grabados sin consentimiento, el contexto social ha cambiado, y la grabación constante se ha normalizado, lo que podría facilitar el uso no ético de las gafas inteligentes actuales.
Un proyecto con fines éticos
A pesar de las inquietudes que suscita el proyecto I-XRAY, los estudiantes han dejado claro que su intención no es lanzar esta tecnología al mercado ni facilitar su uso indebido. En el documento que acompaña a la demostración, Nguyen y Ardayfio explican que el objetivo del proyecto es generar conciencia sobre el hecho de que es posible extraer información personal solo con capturar el rostro de una persona en la calle. Los estudiantes argumentan que este proyecto debe servir como un llamado de atención sobre la falta de regulación en torno a este tipo de tecnología.
Las gafas inteligentes: un riesgo latente
El uso de gafas inteligentes no es un concepto nuevo. Desde la llegada de los Google Glass, los usuarios y las empresas han estado explorando las posibilidades de esta tecnología. Sin embargo, uno de los grandes fracasos de Google Glass fue la reacción negativa del público al sentirse constantemente observado, lo que dio lugar al término “glassholes” (gente que usa gafas para grabar sin consentimiento).
En la actualidad, compañías como Meta intentan evitar este mismo destino al promover directrices de uso responsable de sus dispositivos. En su política de privacidad para las gafas Ray-Ban, Meta insta a los usuarios a respetar las preferencias de las personas, indicando que se debe hacer evidente cuando se está grabando o tomando fotos mediante gestos o comandos de voz. No obstante, como se ha demostrado con I-XRAY, la realidad es que no todos los usuarios respetarán estas normas.
¿Cómo protegerse?
Dado que es casi imposible eliminar por completo nuestra huella digital, los desarrolladores de I-XRAY proporcionaron algunas recomendaciones para mitigar los riesgos. Existen bases de datos de búsqueda inversa de rostros y sitios web de búsqueda de personas que permiten optar por no participar en la exposición de información personal. Sin embargo, estos mecanismos no garantizan la eliminación total de nuestros datos en línea, sino que solo dificultan su acceso.
Este caso subraya la importancia de regular estas tecnologías y establecer límites claros para evitar que las gafas inteligentes se conviertan en una herramienta de vigilancia masiva. Aunque Meta y otras compañías intentan educar a los usuarios sobre el uso adecuado de estas herramientas, la posibilidad de abuso sigue siendo una preocupación latente.
El proyecto I-XRAY desarrollado por Nguyen y Ardayfio es un recordatorio contundente de que las tecnologías de reconocimiento facial y las gafas inteligentes están avanzando rápidamente, y ya no se trata de un escenario de ciencia ficción. La capacidad de identificar a cualquier persona en tiempo real utilizando dispositivos de consumo accesibles plantea serios desafíos para la privacidad y la seguridad personal. Este tipo de tecnología requiere no solo conciencia pública, sino también regulación y legislación adecuadas para evitar su uso indebido en el futuro.