No todo lo que brilla es oro, y el ambicioso proyecto Neom, impulsado por el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, es un claro ejemplo de ello. Lo que fue presentado como la ciudad del futuro, un referente de sostenibilidad e innovación, se enfrenta hoy a numerosas críticas y desafíos que ponen en duda su viabilidad. Este plan, parte de la estrategia Saudi Vision 2030 para diversificar la economía saudita más allá del petróleo, está plagado de problemas financieros, acusaciones de violaciones a los derechos humanos y una gestión cuestionable.
Neom: una utopía futurista con un trasfondo oscuro
Neom fue anunciado con grandes expectativas. Su proyecto estrella, «The Line», promete una ciudad sin automóviles, de 170 kilómetros de largo y 200 metros de ancho, en la que se integraría tecnología de punta para una vida urbana sostenible. Sin embargo, la realidad detrás de esta iniciativa es menos glamorosa.
Para construir «The Line», más de 6,000 personas, en su mayoría de la tribu Huwaitat, fueron desalojadas forzosamente. Según el grupo de derechos humanos ALQST, esta cifra podría ser aún mayor. Testimonios revelan que las fuerzas de seguridad sauditas usaron la fuerza letal para expulsar a los residentes, incluyendo el asesinato de Abdul Rahim al-Huwaiti en 2020, un opositor que denunció los desalojos antes de ser abatido por las autoridades.
Imágenes satelitales han confirmado la demolición de aldeas enteras como Al Juraiba, incluyendo viviendas, hospitales y escuelas. Aunque el gobierno saudita ha afirmado ofrecer compensaciones a los desplazados, las cifras recibidas son inferiores a lo prometido, dejando a muchas familias en una situación precaria.
Un megaproyecto marcado por la represión y el autoritarismo
Las represalias contra quienes cuestionan el proyecto Neom no se limitan a desalojos forzados. La represión se ha extendido a activistas y críticos, con al menos 47 personas detenidas bajo cargos de terrorismo tras oponerse a la construcción de la ciudad. En Arabia Saudita, la disidencia no es tolerada, y el caso del periodista Jamal Khashoggi, asesinado en 2018, sigue siendo un recordatorio del enfoque autoritario del reino.
Un documental reciente de ITV, «Kingdom Uncovered: Inside Saudi Arabia», expone también las condiciones laborales en el megaproyecto. Jornadas extenuantes de hasta 16 horas y la falta de pago por los traslados son solo algunos de los abusos denunciados. Más de 21,000 trabajadores extranjeros han fallecido desde el inicio del proyecto, según informes periodísticos, una cifra alarmante que pone en entredicho las condiciones de trabajo dentro de Neom.
Los problemas financieros amenazan la viabilidad de Neom
A pesar de la ambición del proyecto, los desafíos financieros han golpeado duramente su avance. Inicialmente valorado en $500,000 millones, el costo total ahora se estima en $1.5 billones. El fondo soberano saudita, principal fuente de financiamiento, ha visto una reducción significativa en sus activos, obligando al gobierno a recurrir a la deuda pública para sostener el megaproyecto.
Como resultado, Neom ha tenido que reducir sus expectativas. De los 170 kilómetros de «The Line», solo 2.4 kilómetros podrían estar listos para 2030. Además, proyectos clave como una planta desalinizadora de $2,000 millones fueron cancelados debido a la falta de financiamiento.
Un informe de auditoría interna revelado por el Wall Street Journal expone que algunos ejecutivos de Neom manipularon las cifras financieras para justificar los crecientes costos. Según la investigación, consultores de McKinsey & Co. introdujeron proyecciones excesivamente optimistas para persuadir a los inversores y evitar el colapso del proyecto.
Neom: una apuesta incierta para el futuro de Arabia Saudita
El príncipe Mohammed Bin Salman ha insistido en seguir adelante con el proyecto a pesar de las advertencias técnicas y financieras. Diseños futuristas poco realistas, como un rascacielos de cristal de 30 pisos colgado boca abajo, han generado escepticismo sobre la viabilidad técnica de Neom.
Incluso los eventos inaugurales del megaproyecto han reflejado la falta de avances reales. La inauguración de Sindalah, el primer complejo completado de Neom, fue un derroche de lujo con celebridades como Will Smith y Tom Brady, pero el príncipe heredero no estuvo presente, lo que fue interpretado como una señal de desaprobación.
Actualmente, los objetivos de Neom se han reducido drásticamente. En lugar de 10 millas de «The Line» para 2030, ahora solo se prevé la construcción de medio kilómetro para 2034. Aunque las autoridades sauditas afirman que Neom es una «inversión generacional», la realidad es que el megaproyecto está lejos de convertirse en el motor económico que se prometió.
Conclusión: una ciudad futurista con un futuro incierto
Neom representa una visión audaz de modernidad y sostenibilidad, pero los conflictos financieros, las violaciones de derechos humanos y las dificultades técnicas han empañado su imagen. Lo que debía ser un referente del siglo XXI se ha convertido en un caso de estudio sobre los riesgos de los megaproyectos autoritarios.
Arabia Saudita sigue defendiendo Neom como la piedra angular de su transformación económica, pero los crecientes cuestionamientos ponen en duda si este sueño futurista logrará materializarse o si, por el contrario, quedará como un símbolo de ambiciones desmedidas y promesas incumplidas.