El colorante FD&C Rojo Nº 3, también conocido como eritrosina, ha sido un componente habitual en diversos alimentos, bebidas y medicamentos desde su aprobación en 1907. Este aditivo, elaborado a partir del petróleo, otorga un llamativo color rojo cereza brillante a productos como caramelos, pasteles, glaseados y ciertos medicamentos orales. Sin embargo, el 15 de enero de 2025, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) emitió una orden que prohíbe su uso debido a preocupaciones relacionadas con la salud pública. Esta decisión, fundamentada en la Cláusula Delaney, plantea interrogantes sobre el futuro de la industria alimentaria y farmacéutica.
Antecedentes de la prohibición
La Cláusula Delaney, parte de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos (FD&C Act) promulgada en 1960, establece que la FDA no puede autorizar ningún aditivo alimentario o colorante que se haya demostrado como cancerígeno en humanos o animales. En este contexto, el FD&C Rojo Nº 3 ha sido objeto de escrutinio desde hace décadas debido a su posible impacto en la salud.
En 2022, el Center for Science in the Public Interest y otras organizaciones presentaron datos que respaldan la revocación del uso del colorante. Estos estudios revelaron que la eritrosina causa cáncer de tiroides en ratas machos de laboratorio expuestas a altas dosis. Aunque no se han encontrado evidencias de efectos cancerígenos en humanos, la aplicación de la Cláusula Delaney hizo imperativa la prohibición.
Plazos y alcance de la medida
La prohibición del FD&C Rojo Nº 3 se implementará de manera escalonada para minimizar el impacto en las cadenas de producción. Los fabricantes tendrán hasta el 15 de enero de 2027 para reformular alimentos y bebidas que contengan este colorante. En el caso de los medicamentos orales, el plazo se extiende hasta el 18 de enero de 2028. Estos plazos reflejan un enfoque equilibrado por parte de la FDA, que busca garantizar la transición sin interrumpir el suministro de productos esenciales.
Implicaciones para la salud pública
Si bien las dosis de FD&C Rojo Nº 3 presentes en alimentos y medicamentos son mínimas, los estudios realizados en animales han generado preocupación sobre sus posibles riesgos a largo plazo. Según el doctor Elmer Huerta, asesor médico, “se ha demostrado que este colorante puede provocar cáncer en animales, lo que obliga a la FDA a prohibirlo bajo la Cláusula Delaney, incluso si no hay evidencia directa de efectos nocivos en humanos”.
A pesar de esta decisión, la comunidad científica señala que las dosis utilizadas en humanos son significativamente menores que las que causaron cáncer en estudios con ratas. Esto plantea un debate sobre la necesidad de reevaluar las regulaciones vigentes en función de los niveles de exposición real.
Repercusiones en la industria alimentaria y farmacéutica
La eliminación del FD&C Rojo Nº 3 supone un reto logístico y económico para los fabricantes. Actualmente, este colorante es uno de los nueve aditivos sintéticos aprobados por la FDA y está ampliamente distribuido en la industria. Su retirada obligará a las empresas a buscar alternativas seguras y económicas que cumplan con los mismos estándares de calidad y apariencia.
Los colorantes naturales, como los derivados de la remolacha o el carotenol, se presentan como opciones viables, pero su implementación podría incrementar los costos de producción debido a su menor estabilidad y mayor precio. Además, es probable que los cambios en las formulaciones alteren el sabor, la textura o el aspecto de los productos, lo que podría influir en la aceptación del consumidor.
En el sector farmacéutico, la reformulación de medicamentos orales también plantea retos significativos. Los colorantes desempeñan un papel crucial en la identificación de fármacos y en la aceptación del paciente, especialmente en pediatría. Por lo tanto, encontrar sustitutos que mantengan estas características será una prioridad.
La importancia de la regulación continua
La decisión de la FDA subraya la importancia de la regulación continua y la vigilancia científica en la protección de la salud pública. Aunque la evidencia no indica que el FD&C Rojo Nº 3 sea peligroso para los humanos en las dosis utilizadas, la aplicación de principios precautorios refleja un compromiso con los estándares más altos de seguridad.
En palabras del doctor Huerta, “es fundamental que las autoridades mantengan una postura proactiva frente a los posibles riesgos asociados con los aditivos alimentarios, especialmente cuando existen alternativas disponibles que podrían ser menos riesgosas”.
Reacciones de los consumidores y perspectivas futuras
La reacción de los consumidores frente a la prohibición del FD&C Rojo Nº 3 podría variar. Por un lado, existe un creciente interés por productos naturales y libres de aditivos sintéticos, lo que podría impulsar la aceptación de los cambios. Por otro lado, cualquier alteración perceptible en el sabor o la apariencia de los productos podría generar rechazo.
En el futuro, es probable que esta prohibición impulse una mayor investigación en alternativas naturales y tecnologías que permitan desarrollar colorantes sintéticos más seguros. Además, podría sentar un precedente para la revisión de otros aditivos sintéticos aprobados por la FDA, fomentando un enfoque más riguroso y basado en evidencia en la evaluación de la seguridad alimentaria.
La prohibición del FD&C Rojo Nº 3 marca un hito en la regulación de aditivos alimentarios y farmacéuticos en Estados Unidos. Si bien representa un desafío significativo para las industrias afectadas, también ofrece una oportunidad para avanzar hacia prácticas más sostenibles y seguras. A medida que los fabricantes adaptan sus productos a estas nuevas normativas, el papel de los consumidores será clave para definir el futuro del mercado. La transición hacia alternativas más seguras y naturales podría consolidar un cambio positivo en la percepción y el consumo de alimentos y medicamentos en los próximos años.