La tuberculosis (TB), una enfermedad milenaria causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, se ha convertido nuevamente en la principal causa de muerte por un patógeno infeccioso en 2023, superando al COVID‑19 tras tres años de predominio de la pandemia. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2023 fallecieron 1,25 millones de personas a causa de la tuberculosis, incluidas 161 000 personas con infección por VIH. Esta cifra representa un retroceso preocupante en la lucha global, donde la TB sigue siendo la enfermedad más mortífera para los grupos vulnerables y una de las principales amenazas por resistencia a los antimicrobianos.
Estadísticas globales y brecha de financiación
A pesar de ser curable y prevenible, la TB continúa propagándose con fuerza. En 2023 se diagnosticaron 8,2 millones de casos nuevos, la cifra más alta registrada desde que la OMS inició el monitoreo en 1995. Sin embargo, la inversión mundial fue solo de 5 700 millones de USD, lejos de los 22 000 millones necesarios para alcanzar los objetivos de reducción de incidencia y mortalidad establecidos en la Estrategia “Fin a la TB” para 2030. Esta infrafinanciación crónica socava los avances logrados en diagnóstico, tratamiento y prevención.
Congelación de fondos de USAID: un golpe al control de la TB
En los últimos meses, las agencias de cooperación internacionales han aplicado “órdenes de cese” que paralizan proyectos vitales. USAID, principal financiador bilateral en países de alta carga de TB, emitió un congelamiento de contratos que ha dejado sin salario a trabajadores y ha obligado al cierre de servicios de diagnóstico y tratamiento en varias naciones. Los medicamentos ya adquiridos no se distribuyen y los pacientes se quedan sin acceso a terapias esenciales.
Consecuencias inmediatas: cierres de centros y desabastecimiento
Informes de 30 países con alta carga de TB señalan que clínicas cerraron sus puertas y laboratorios suspendieron pruebas de diagnóstico rápido, dejándose de procesar cientos de muestras diarias. En Etiopía, por ejemplo, el 40 % de las unidades de diagnóstico financiadas por USAID detuvieron sus operaciones, provocando retrasos de semanas en la confirmación de casos y aumentando el riesgo de transmisión comunitaria sin control.
Proyecciones catastróficas de mortalidad
Expertos estiman que si persiste la congelación de fondos, el número de muertes anuales por TB podría casi duplicarse, pasando de 1,25 millones a 2 millones en los próximos dos años. Estas proyecciones no solo reflejan más muertes directas, sino también un aumento de casos de TB resistente a múltiples fármacos, que requieren tratamientos más largos, costosos y con mayores efectos secundarios.
El peso de la TB en los países de alta carga
Los países con mayor incidencia—India, Indonesia, China, Filipinas, Pakistán, Nigeria, Bangladés y la República Democrática del Congo—concentraron casi el 70 % de los casos nuevos en 2023. En India, donde cada año se diagnostican más de 2 millones de casos, el impacto de la paralización de fondos de USAID y otros donantes amenaza con revertir años de programa de detección activa y tratamiento supervisado.
Resistencia antimicrobiana: la amenaza dentro de la amenaza
La TB multirresistente (MDR-TB) y extremadamente resistente (XDR-TB) representan un desafío creciente. En 2023, más de 450 000 personas desarrollaron TB resistente a la rifampicina, el antibiótico de primera línea, y de ellas casi el 60 % requirió regímenes de segunda línea, más costosos y con menores tasas de éxito. La interrupción de los suministros de fármacos por la congelación presupuestaria podría acelerar la aparición de nuevas cepas resistentes.
Llamados de la OMS y la OPS: urgencia y solidaridad
La OMS ha advertido que “los recortes en salud amenazan el progreso en la lucha contra la TB” y ha instado a los Estados miembros a restaurar y aumentar sus inversiones para alcanzar las metas de la Estrategia de Fin a la TB para 2030. La OPS, por su parte, destaca que en América Latina la TB sigue creciendo en varios países y reclama planes nacionales reforzados y financiamiento sostenible.
Movilización de la sociedad civil: el ejemplo TBFighters
Movimientos de la sociedad civil, como TBFighters liderado por el autor John Green, han llevado a centenares de activistas al Capitolio de EE. UU. para presionar al Congreso y reclamar fondos adicionales a USAID y CDC. Su mensaje es claro: la erradicación de la TB es posible con voluntad política y financiación adecuada.
Impacto local: la situación en España y Europa
En Europa, aunque la incidencia es menor, se observa un repunte de casos en países como España, donde Cataluña, Galicia y País Vasco reportan aumentos significativos en 2024. Expertos de la Sociedad Española de Epidemiología y la Fundación Unidad de Investigación en TB piden replantear estrategias de detección precoz, asegurar tratamientos completos y reforzar la vigilancia epidemiológica.
Innovaciones en diagnóstico y tratamiento
A pesar del panorama sombrío, surgen avances prometedores. Nuevas pruebas moleculares de diagnóstico rápido reducen el tiempo de espera de semanas a horas, y fármacos de última generación como bedaquilina y delamanid muestran eficacia contra cepas resistentes. Sin embargo, estos avances requieren fondos para su implementación masiva y capacitación de profesionales de salud.
El rol clave de la financiación sostenible
Para evitar retrocesos, los expertos subrayan la necesidad de:
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Asegurar presupuestos nacionales en los países de alta carga que cubran al menos el 75 % de los gastos en TB.
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Reactivar y ampliar fondos multilaterales como el Global Fund to Fight AIDS, TB and Malaria.
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Promover alianzas público-privadas para reducir costos de fármacos y acelerar la entrega de insumos.
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Fortalecer los sistemas de salud con infraestructura, recursos humanos y sistemas de información robustos.
Perspectivas y metas para 2030
Llegar a 2030 con la meta de reducir en un 90 % las muertes por TB y en un 80 % la incidencia respecto a 2015 exige un “plan Marshall” de salud global que combine ciencia, política y solidaridad. Sin una respuesta coordinada, la TB seguirá cobrando vidas en silencio, exacerbada por la pobreza, la desnutrición y ahora, la falta de financiación.
Conclusión: una carrera contra el tiempo y la tuberculosis
La tuberculosis, enfermedad curable y prevenible, no debería matar a 3 400 personas cada día. La congelación de fondos por parte de donantes clave amenaza con desmantelar los progresos alcanzados y condenar a millones a la muerte o a padecer formas resistentes. Restaurar la financiación, reforzar estrategias y movilizar a gobiernos y sociedad civil es la única vía para que la TB deje de ser la principal causa infecciosa de muerte en el mundo.