Introducción
Corea del Sur está de luto. El mundo del entretenimiento aún no asimila la noticia que golpeó fuerte a miles de fans y colegas del medio artístico: el actor y modelo Kim Jong-suk falleció el pasado 4 de junio, con apenas 29 años. Un nombre que parecía tenerlo todo por delante, un rostro que se había vuelto familiar en campañas de moda, redes sociales y programas de televisión. Su muerte, repentina y aún rodeada de misterio, ha dejado a todos preguntándose cómo algo así pudo ocurrir.
Una carrera prometedora que crecía sin freno
Para quienes no lo conocían del todo, Kim Jong-suk no era solo una cara bonita. Comenzó en 2014 en el modelaje, trabajando inicialmente para catálogos en línea. Pero rápidamente su estilo, su mirada intensa y su versatilidad frente a la cámara lo convirtieron en un rostro habitual de grandes marcas.
DASHU, Tiffany & Co., Burberry, y muchas firmas más lo ficharon para campañas que se viralizaron en redes. Pero su salto real al estrellato vino en 2022, cuando participó en el reality show de citas «Skip Dating», transmitido por el canal tvN. Allí, compartiendo pantalla con personalidades como Yoo Jae Suk, Jeon So Min y Nuksal, demostró que su carisma iba más allá de una foto bien tomada.

Su personalidad magnética y su forma directa de hablar conectaron con miles de espectadores, y muy especialmente con el público joven. En poco tiempo, acumuló más de 26 millones de seguidores en TikTok, y su presencia en Instagram también era arrasadora. Muchos lo veían como el próximo gran ídolo de la ola Hallyu, esa marea cultural que Corea del Sur ha exportado al mundo con tanto éxito.
La noticia que nadie quería leer
Pero todo cambió el 4 de junio. Ese día, Kim Jong-suk fue hallado sin vida. La noticia fue dada a conocer por su familia dos días después, el 6 de junio, justo cuando se celebraba su funeral en el Maru Park Funeral Home, en la ciudad de Hanam. El desconcierto fue inmediato. La tristeza, abrumadora. Y, como suele pasar en estos casos, los rumores no tardaron en aparecer.
Las redes sociales explotaron con mensajes de condolencias, pero también con especulaciones. ¿Qué pasó realmente? ¿Estaba deprimido? ¿Fue un accidente? ¿Había algún problema de salud del que nadie sabía?
El pedido desesperado de su familia
En medio del caos emocional, la hermana mayor de Kim publicó un sentido mensaje en redes sociales. “Estamos organizando su funeral, con el corazón destrozado, pero me duele ver tantas mentiras circulando en internet”, escribió. Aclaró que aún no se ha confirmado oficialmente la causa de su muerte y pidió a los medios y al público que no se sumen a la ola de especulación.
También mencionó algo clave: Kim estaba emocionalmente agotado. En sus palabras: “Parece que ese día simplemente soltó todo”. No dio más detalles, pero bastó para encender las alarmas. ¿Estaba enfrentando una depresión silenciosa? ¿La presión del éxito lo estaba aplastando?
Corea del Sur, fama y salud mental: una combinación compleja
Este no es un caso aislado. Corea del Sur ha vivido en los últimos años varias tragedias similares. Famosos como Jonghyun (SHINee), Sulli (f(x)) o Goo Hara (KARA) también fallecieron en circunstancias trágicas, muchas veces asociadas al estrés, la depresión o el acoso en redes sociales. La industria del entretenimiento coreana, si bien admirada globalmente, es famosa por su ritmo agotador y sus estándares exigentes.
A esto se suma la cultura del perfeccionismo, la presión social y la falta de espacios seguros para hablar abiertamente de salud mental. Aunque ha habido avances, muchos artistas siguen sintiendo que no pueden permitirse «caer», que tienen que mostrarse siempre impecables.
Un funeral íntimo, lejos de los flashes
La despedida de Kim fue íntima y privada, tal como lo pidió su familia. El funeral se celebró el 6 de junio en Hanam, con solo familiares cercanos, amigos íntimos y algunas figuras del medio que habían trabajado con él. Tras la ceremonia, sus restos fueron trasladados al Parque Conmemorativo de Yanggu, donde ahora descansa en paz.
No hubo grandes homenajes públicos ni cámaras. Solo silencio, respeto y mucho dolor. Un silencio que contrasta con el ruido digital que aún persiste en redes.

Legado digital y emocional
En pleno 2025, donde las redes sociales son una extensión de nuestra identidad, la muerte de un influencer o celebridad virtual tiene un impacto distinto. Los perfiles de Kim, especialmente su cuenta de TikTok, se llenaron de mensajes de amor, despedidas, homenajes de fanáticos y hasta compilaciones de sus mejores momentos en «Skip Dating».
Muchos comentaban que sus videos les alegraban los días, que su sonrisa era un refugio y que parecía “demasiado vivo para morir tan pronto”. Esa contradicción entre la vitalidad que mostraba públicamente y el aparente cansancio emocional que sentía internamente es lo que más duele y desconcierta.
¿Qué sigue ahora?
La familia de Kim Jong-suk ha dejado claro que no permitirá que se difundan noticias falsas o teorías conspirativas. Están considerando acciones legales contra quienes sigan compartiendo información maliciosa. También han prometido, cuando estén listos, aclarar lo ocurrido con documentos oficiales y testimonios que respeten la memoria de Jong-suk.
Mientras tanto, sus fans solo pueden esperar, recordar y homenajearlo con respeto. Porque más allá de la fama o las campañas de moda, era un ser humano joven, sensible y lleno de sueños.
Una pérdida que invita a reflexionar
La partida de Kim Jong-suk no solo deja un vacío en el entretenimiento surcoreano, sino que vuelve a poner el foco en un tema urgente: la salud mental en el mundo del espectáculo. El talento, la fama y los millones de seguidores no protegen contra la ansiedad, el agotamiento ni el dolor emocional.
Ojalá esta tragedia impulse conversaciones más profundas, más reales. Que se abran espacios de escucha, apoyo y contención para todos esos jóvenes que, como Kim, lo dan todo frente a las cámaras… pero a veces se quedan sin fuerzas cuando se apagan las luces.