La industria de las criptomonedas ha encontrado en el presidente electo Donald Trump un aliado inesperado para una propuesta audaz: la creación de una reserva nacional de Bitcoin. Este proyecto, que hace apenas un año parecía impensable, ha ganado tracción en los últimos meses gracias a una combinación de presión sectorial, debates políticos y un cambio de postura del propio Trump hacia las criptomonedas.
De escéptico a defensor de las criptomonedas
La transformación de Trump respecto al Bitcoin es notable. En 2021, lo calificó como una “estafa”, pero en su campaña presidencial del verano pasado propuso la creación de una “reserva de Bitcoin” federal, describiéndola como un activo nacional permanente en beneficio de los estadounidenses. Este giro refleja no solo un cambio personal, sino también una comprensión estratégica de las oportunidades que ofrecen las criptomonedas para fortalecer la posición económica de Estados Unidos.
Los detalles de la propuesta
El plan consta de dos posibles escenarios:
- Mantener los $19 mil millones en Bitcoin incautados en casos criminales. Actualmente, estos activos suelen ser vendidos por el gobierno.
- Adquirir decenas de miles de millones en Bitcoin para crear una reserva estratégica, similar a las reservas federales de oro y petróleo. Este enfoque más ambicioso requeriría la aprobación del Congreso y un gasto significativo.
Argumentos a favor y en contra
Los defensores del proyecto argumentan que una reserva de Bitcoin podría:
- Reducir la deuda nacional, que asciende a $36 billones, gracias a la apreciación del valor del activo.
- Asegurar el dominio económico de Estados Unidos en un futuro donde las criptomonedas podrían desempeñar un papel central.
- Impulsar la innovación tecnológica y consolidar a Estados Unidos como líder en criptomonedas y blockchain.
Sin embargo, los críticos, como el economista Eswar Prasad de la Universidad de Cornell, consideran que el plan es oportunista y beneficia principalmente a los actuales poseedores de Bitcoin. Además, el precio de la criptomoneda, que recientemente alcanzó los $100,000, podría aumentar aún más, generando riesgos especulativos.
Presión sectorial y apoyo político
El sector de las criptomonedas ha intensificado su cabildeo para concretar este plan. En semanas recientes, ejecutivos de la industria se han reunido con David Sacks, designado por Trump para supervisar políticas relacionadas con criptomonedas e inteligencia artificial. Asimismo, la senadora republicana de Wyoming, Cynthia Lummis, una destacada promotora del Bitcoin, ha propuesto un plan a cinco años para que el gobierno compre un millón de Bitcoin.
Un cambio en la narrativa política
La consideración de una reserva de Bitcoin marca un cambio radical en la relación del gobierno de Estados Unidos con las criptomonedas. Durante años, las autoridades federales adoptaron una postura reguladora e incluso represiva hacia el sector. Ahora, se plantea convertir a Estados Unidos en uno de los mayores poseedores institucionales de Bitcoin a nivel mundial.
Este giro también tiene implicaciones en el plano estatal. Varios estados, incluidos Texas, Ohio y New Hampshire, han presentado proyectos de ley para crear reservas estatales de criptomonedas, inspirados en modelos propuestos por organizaciones como el Satoshi Action Fund.
Retos y perspectivas
El establecimiento de una reserva nacional de Bitcoin enfrenta varios desafíos:
- Volatilidad del Bitcoin: A pesar de su reciente apreciación, el historial de oscilaciones de precio genera incertidumbre sobre su idoneidad como activo estratégico.
- Impacto fiscal: La adquisición masiva de Bitcoin requeriría recursos significativos, lo que podría generar críticas sobre el uso de fondos públicos.
- Aprobación legislativa: La versión más ambiciosa del plan dependerá del respaldo del Congreso, donde no todos los legisladores comparten el entusiasmo por las criptomonedas.
El legado de Trump como “criptopresidente”
La adopción de una reserva de Bitcoin podría consolidar a Trump como un líder visionario en tecnología financiera. Brad Garlinghouse, director ejecutivo de Ripple, afirmó que Trump busca ser recordado como el “criptopresidente”, destacando su compromiso con la innovación tecnológica.
La propuesta de una reserva nacional de Bitcoin representa un momento decisivo para las criptomonedas en Estados Unidos. Si bien enfrenta críticas y desafíos significativos, también ofrece una oportunidad única para posicionar a Estados Unidos como líder en la economía del futuro. Con Trump al frente, la visión de una reserva digital podría convertirse en realidad, transformando las finanzas públicas y dejando un impacto duradero en el panorama económico global.