El 28 de abril de 1945, mientras el régimen fascista se desmoronaba, Benito Mussolini y su última amante, Clara “Claretta” Petacci, fueron fusilados sumariamente en Dongo, junto al lago de Como. Ochenta años después, los diarios revelados de Claretta se han convertido en una fuente esencial para entender al dictador italiano en su faceta más personal y contradictoria. Este artículo explora la biografía de Petacci, la relación con “il Duce”, el contexto político de sus últimos días, el fusilamiento y el hallazgo de sus cuadernos íntimos que ofrecen una visión sin precedentes de Mussolini.
De joven admiradora a amante principal
Un encuentro fortuito en Ostia
En 1932, en la playa de Ostia, a las afueras de Roma, el ya consolidado líder fascista de 49 años paseaba cuando una joven de 20 años, de familia burguesa romana, reparó en él con devoción. Aquella joven era Clara Petacci, hija de un médico del Papa Pío XI y de una madre profundamente católica.
Orígenes y aspiraciones de Petacci
Claretta creció en una casa modesta de Roma donde su padre dirigía una clínica de élite y su madre rezaba el rosario constantemente. Desde adolescente sintió una fascinación casi religiosa por Mussolini, y no escondió su deseo de estar cerca del poder.
El trasfondo familiar
A diferencia de muchas de las amantes de Mussolini, los Petacci vieron ventajas en la relación: su familia esperaba escalar socialmente y ganó influencia dentro del círculo fascista, alentando el vínculo extramatrimonial.
“La favorita” en el Palazzo Venezia
Concubina de lujo
Tras un interludio entre 1934 y 1936 —cuando Claretta se casó y separó de un teniente aéreo—, volvió a Mussolini como su principal confidente. Fue la única amante que dispuso de habitación propia, guardaespaldas y chófer en el Palazzo Venezia, sede del gobierno fascista.
Inteligencia y cultura
Aunque sólo tenía veinte y pocos años al iniciar el romance, Petacci poseía una curiosidad intelectual que impresionó a Mussolini. Ella registró minuciosamente sus conversaciones y visitas en diarios personales, que hoy son testimonio de las preocupaciones y vulnerabilidades del dictador.
El contraste con Rachele Guidi
Mientras Mussolini llevaba una familia oficial con Rachele Guidi (cinco hijos), Claretta representaba el lujo y la clandestinidad. Ese dualismo refleja cómo il Duce alternaba su rol de padre de nación con el de amante apasionado.
Los últimos días: huida, captura y fusilamiento
Colapso del Eje y fuga a Suiza
En abril de 1945, con el avance aliado y la insurrección partisana, Mussolini y Claretta huyeron hacia Suiza en un viaje frustrado. Fueron reconocidos y detenidos por partisanos cerca de Dongo .
Ejecución sumaria
El 28 de abril, tras un consejo de guerra improvisado, ambos fueron fusilados junto a otros jerarcas fascistas. Sus cuerpos fueron trasladados a Milán y colgados boca abajo en la plaza de Loreto, en un símbolo de venganza popular .
Claretta en la memoria colectiva
La figura de Petacci pasó de amante infame a mártir romántico. Su muerte a los 32 años encapsula la tragedia de quienes dedicaron su vida al régimen y cayeron con él.
El hallazgo de los diarios: una ventana íntima
Publicación en 2009
En diciembre de 2009 se publicó Mussolini segreto: diari 1932–1938, editado por Mauro Suttora, que contienen extractos de los cuadernos de Petacci. El volumen causó revuelo por su crudeza y detalles íntimos.
Revelaciones sobre Mussolini
Los diarios muestran a un Mussolini:
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Vulnerable: dudas sobre su virilidad y temor al abandono.
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Político: comentarios despreciativos sobre aliados y enemigos, incluido Hitler, a quien hallaba “muy amable” pese a su odio antisemita.
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Íntimo: respuestas emocionales y celos ante otras amantes.
Interpretaciones encontradas
Alessandra Mussolini, nieta de il Duce, negó la veracidad de las anotaciones, tildando a Claretta de “acosadora” y cuestionando cada línea. Sin embargo, los historiadores las valoran como fuente primaria esencial.
Contexto histórico y político
El régimen fascista en declive
Para 1943–45, Italia era un escenario de caos: el rey depuso a Mussolini, los nazis lo rescataron y establecieron la República de Salò con él al frente. Claretta lo acompañó en este experimento tardío, registrando crisis de liderazgo y desmoralización.
La red de espionaje y resistencia
Los diarios aluden a informes de partisanos y delaciones, reflejando el clima de desconfianza y traición que rodeó a los fascistas en sus últimos meses.
El legado de Clara Petacci y sus diarios
Humanizar al tirano
Las anotaciones de Claretta desmitifican a Mussolini: no sólo un orador carismático, sino un hombre con inseguridades y obsesiones personales.
Debate historiográfico
Para Bosworth, los textos de Petacci son un “nuevo y magnífico recurso” que ilumina la dinámica de poder y afecto en el núcleo del fascismo. Críticos advierten sobre sesgos de una amante enamorada.
Impacto cultural
Películas, obras de teatro y documentales han recurrido a Claretta y sus escritos para explorar la otra cara de il Duce, lejos de la propaganda oficial.
¿Qué nos enseñan los diarios hoy?
Riesgos del culto al líder
El sometimiento personal de Claretta ejemplifica cómo el culto a la personalidad puede arrastrar vidas.
Género y poder
La relación revela la posición ambigua de las mujeres en el fascismo: objetos de deseo, pero también agentes con voz —en sus diarios— para narrar la historia.
Memoria histórica
A 80 años de su muerte, rescatar estos diarios es un ejercicio de memoria que nos recuerda la fragilidad de las libertades bajo los regímenes totalitarios.
Conclusión
Clara Petacci pasó de ser “la amante de Mussolini” a cronista íntima de un dictador. Su fusilamiento conjunto simboliza el fin de una era y sus diarios ofrecen un retrato sin concesiones de Benito Mussolini: un hombre de poder y de pasiones, de grandeza política y flaquezas personales. Ochenta años después, Claretta sigue hablando por él, recordándonos que detrás de cada tirano hay vínculos humanos que también merecen ser estudiados para comprender el alcance real del poder.