En la historia criminal de Perú, han existido casos tan impactantes que dejaron una marca imborrable en la memoria colectiva del país. Asesinatos brutales, desapariciones inexplicables y crímenes con motivos escalofriantes han generado indignación, miedo y asombro en la opinión pública. En este artículo, exploramos cinco de los crímenes más perturbadores que sacudieron a la sociedad peruana, sus detalles más escalofriantes y el impacto que tuvieron en el sistema judicial y en la población.
1. Los crímenes de Pedro Pacheco y los asesinatos de Tacna
Uno de los crímenes más atroces en la historia reciente de Perú fue el caso de Pedro Pacheco, un asesino en serie que operó en la región de Tacna. Este hombre, con un perfil psicópata bien documentado, cometía sus crímenes con un nivel de frialdad impresionante. Pacheco secuestraba a sus víctimas, en su mayoría mujeres jóvenes, y las sometía a torturas inimaginables antes de acabar con sus vidas.
El modus operandi de Pacheco consistía en ganarse la confianza de sus víctimas antes de atraparlas en su macabra red. Cuando la policía logró capturarlo en 2015, se descubrió que guardaba un macabro diario en el que detallaba cada uno de sus crímenes con una precisión escalofriante. Se encontraron pruebas irrefutables, como objetos personales de sus víctimas en su casa y registros detallados de sus crímenes en su computadora. La opinión pública exigió la pena máxima, y su caso generó un debate nacional sobre la seguridad y la eficacia del sistema penitenciario.
2. Los crímenes contra la periodista Melissa Alfaro
El caso de Melissa Alfaro es uno de los más emblemáticos de la década de 1990. Esta joven periodista, que trabajaba para la revista «Cambio», fue asesinada el 10 de octubre de 1991 tras abrir un sobre bomba que había sido enviado a la redacción del medio donde laboraba. La investigación reveló que el atentado fue perpetrado por el Grupo Colina, un escuadrón de la muerte vinculado al gobierno de Alberto Fujimori.
El asesinato de Melissa Alfaro ocurrió en un contexto de violencia política, en el cual el Estado combatía a grupos terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA. Sin embargo, este combate se llevó a cabo con métodos extrajudiciales, entre ellos el uso del Grupo Colina para eliminar a opositores del gobierno. La muerte de Alfaro dejó en evidencia la brutalidad con la que se silenciaba a los periodistas incómodos para el régimen.
Durante años, su familia y colegas lucharon para que se hiciera justicia. En 2008, miembros del Grupo Colina fueron condenados por diversos crímenes, incluyendo el asesinato de Melissa Alfaro. Su caso sigue siendo un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en Perú.
3. Los crímenes de la «Bruja de Santa Eulalia»
Uno de los casos más escalofriantes de la década de 1980 fue el de la llamada «Bruja de Santa Eulalia», una mujer acusada de secuestrar y asesinar a varios niños en la sierra de Lima. Según las investigaciones, esta mujer practicaba rituales oscuros en los que utilizaba a sus víctimas para sacrificios humanos.
Se descubrió que los niños desaparecían en circunstancias misteriosas y que muchas de las familias recibían amenazas cuando intentaban indagar sobre el paradero de sus hijos. Cuando finalmente la policía logró allanar la vivienda de la «Bruja de Santa Eulalia», encontraron restos humanos, vestimentas infantiles y objetos rituales que indicaban la naturaleza de sus crímenes.
El caso conmocionó a la sociedad peruana y generó pánico en la región. Durante el juicio, la acusada mostró una actitud fría y desafiante, lo que solo aumentó el horror en torno a su figura. Finalmente, fue condenada a cadena perpetua, pero su historia sigue siendo parte de la cultura popular, alimentando el miedo y la superstición en muchas comunidades rurales.
4. Los crímenes contra la niña Jimena
Uno de los casos más recientes que conmocionó al país fue el secuestro y asesinato de la niña Jimena en 2018. La menor de 11 años fue raptada en San Juan de Lurigancho por César Alva Mendoza, un hombre que la engañó para que lo acompañara. Tras horas de angustiosa búsqueda, su cuerpo fue encontrado sin vida en un descampado, lo que generó una ola de indignación nacional.
El caso de Jimena expuso graves fallas en el sistema de respuesta ante desapariciones infantiles. La familia de la niña denunció que, al momento de reportar su desaparición, la policía no actuó con la rapidez necesaria. Además, el asesino tenía antecedentes de delitos sexuales y aún así se encontraba en libertad.
La indignación ciudadana llevó a exigir reformas en las leyes de protección infantil, así como una mayor vigilancia sobre los criminales reincidentes. El gobierno, presionado por la sociedad, promovió la implementación de la «Alerta Amber» en Perú para la búsqueda inmediata de menores desaparecidos. Sin embargo, muchos consideran que aún hay mucho por hacer para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir.
5. Los crímenes contra la empresaria Myriam Fefer
El homicidio de la empresaria Myriam Fefer en 2006 sacudió a la alta sociedad limeña y reveló una historia de traiciones y ambición desmedida. Fefer, una exitosa mujer de negocios, fue asesinada en su propia casa en San Isidro. Inicialmente, se creyó que se trataba de un robo, pero las investigaciones revelaron una conspiración familiar.
Su propia hija, Eva Bracamonte, junto con su pareja, Liliana Castro, fueron acusadas de planear el asesinato, contratando a un sicario colombiano para ejecutar el crimen. Durante el juicio, salieron a la luz pruebas incriminatorias, como llamadas telefónicas y transferencias de dinero. Sin embargo, la defensa argumentó que no había pruebas concluyentes y que todo era una persecución mediática.
El juicio fue uno de los más mediáticos en la historia de Perú, con giros inesperados y testimonios contradictorios. Finalmente, Eva Bracamonte fue condenada en un primer juicio, pero años después su condena fue revocada. El caso dejó muchas preguntas sin respuesta y un sabor amargo de injusticia en la sociedad.