El sábado 28 de septiembre, la National Aeronautics and Space Administration (NASA) lanzará la misión Crew-9 en colaboración con SpaceX, marcando un hito crucial para el retorno de los astronautas Sunita Williams y Barry Wilmore. Ambos astronautas, quienes llegaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) el 6 de junio a bordo de la nave Starliner de Boeing, han estado atrapados en el espacio debido a fallas técnicas en la nave. Esta misión no solo es un ejemplo de la cooperación internacional en la exploración espacial, sino también un recordatorio de los desafíos técnicos que surgen al depender de diferentes sistemas y empresas privadas.
El inicio de la misión Crew-9
La misión Crew-9 está programada para despegar desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, Florida, a la 1:17 p.m. EDT (10:47 p.m. hora en India) el sábado. La nave espacial Crew Dragon de SpaceX, bautizada como «Freedom», llevará a dos tripulantes: el comandante de la NASA Nick Hague y el cosmonauta ruso Aleksandr Gorbunov, de la agencia espacial Roscosmos. Esta misión forma parte del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, que tiene como objetivo permitir a empresas privadas como SpaceX y Boeing realizar misiones tripuladas de manera rutinaria a la EEI.
Aunque generalmente las cápsulas Crew Dragon transportan a cuatro astronautas, en esta ocasión dos de los asientos permanecerán vacíos. Estos asientos están reservados para Barry Wilmore y Sunita Williams, quienes regresarán a la Tierra en 2025 a bordo de la Crew Dragon después de un período extendido en la EEI.
Un largo retraso para el regreso de los astronautas del Starliner
Originalmente, Wilmore y Williams debían regresar a la Tierra después de una breve estancia de una semana en la EEI a bordo del Starliner de Boeing. Sin embargo, la misión se vio afectada por varios problemas técnicos, incluidos múltiples escapes de helio y fallos en los propulsores durante el proceso de acoplamiento con la estación. Después de meses de análisis y pruebas, NASA decidió que traer a los astronautas de vuelta en el Starliner presentaba un riesgo demasiado alto. El 6 de septiembre, la nave Starliner regresó a la Tierra sin tripulación, aterrizando en Nuevo México bajo paracaídas.
Este contratiempo ha puesto de relieve la dependencia de la NASA en SpaceX para las misiones tripuladas. Boeing y SpaceX recibieron contratos en 2014 bajo el Programa de Tripulación Comercial, pero Boeing ha tenido dificultades para llevar el desarrollo del Starliner a la fase final. Por el contrario, SpaceX ha realizado ocho misiones exitosas desde 2020. Esto ha generado presión sobre Boeing para resolver los problemas técnicos y garantizar la fiabilidad de su nave.
Reajustes de tripulación en la misión Crew-9
Para hacer espacio en la Crew Dragon para Wilmore y Williams, la NASA tomó la difícil decisión de retirar a dos miembros de la tripulación originalmente asignados a la misión Crew-9. Las astronautas de la NASA Stephanie Wilson y Zena Cardman cedieron sus lugares para que sus colegas pudieran regresar a la Tierra. Zena Cardman, quien había sido designada como comandante de la misión, expresó su desilusión, pero también su orgullo por ser parte de algo más grande. “Entregar el timón a Nick Hague es a la vez desgarrador y un honor”, comentó Cardman en una publicación en la red social X (antes Twitter).
Este cambio de último minuto también refleja la naturaleza colaborativa y de toma de decisiones rápida que caracteriza a las misiones espaciales. A pesar de las decepciones, los astronautas siguen comprometidos con el éxito de la misión y la seguridad de todos los involucrados.
El viaje a la EEI
El cohete Falcon 9 de SpaceX, que transportará la cápsula Crew Dragon, es un sistema impresionante que pesa más de 544.300 kilogramos. Cuando despegue, encenderá sus nueve motores para impulsar la nave a una velocidad de 27.360 kilómetros por hora, 22 veces la velocidad del sonido. Después de aproximadamente dos minutos y medio, la primera etapa del Falcon 9 se separará y regresará a la Tierra para aterrizar en una plataforma en Florida, un proceso que permite a SpaceX reacondicionar y reutilizar el cohete en futuras misiones.
Una vez en órbita, la cápsula Crew Dragon se separará de la segunda etapa del cohete y comenzará a maniobrar hacia la EEI utilizando sus propios propulsores. El acoplamiento está programado para el domingo 29 de septiembre a las 5:30 p.m. EDT (3 a.m. IST del lunes 30). Este proceso es crucial para garantizar que los astronautas puedan transferirse de manera segura y comenzar su misión científica de cinco meses en el laboratorio orbital.
Plan de contingencia y el futuro de la misión
En caso de que ocurra una emergencia antes de la llegada de la Crew-9, ya existe un plan de contingencia. Wilmore y Williams utilizarían la cápsula Crew-8, actualmente acoplada a la EEI, para evacuar la estación. Aunque la Crew-8 ya tiene cuatro astronautas asignados, Wilmore y Williams se acomodarían temporalmente en el área de carga de la cápsula en caso de una evacuación urgente. Sin embargo, una vez que la Crew-9 se acople a la EEI, el plan de emergencia cambiará, y Wilmore y Williams podrán utilizar la nueva nave espacial para su regreso.
Este tipo de planificación es esencial en el entorno extremadamente controlado del espacio, donde la seguridad de los astronautas depende de decisiones rápidas y precisas.
La vida en la Estación Espacial Internacional
A pesar de los desafíos técnicos y el retraso en su regreso, Wilmore y Williams se han adaptado bien a la vida en la EEI. Desde su llegada, ambos han asumido roles de tiempo completo como miembros de la tripulación. Williams, quien también es comandante en el laboratorio orbital, ha expresado su satisfacción por estar en el espacio, a pesar de echar de menos a su familia y a su perro. Para ella, el espacio es su «lugar feliz», donde puede realizar su trabajo desde perspectivas únicas, literalmente.
Por su parte, Wilmore ha mantenido una actitud optimista sobre la situación. Durante una rueda de prensa el 13 de septiembre, dijo que no tenía sentido preocuparse por el retraso en su regreso. “No me voy a preocupar por ello… mi transición fue rápida”.
El futuro de Boeing y SpaceX
La misión Crew-9 marca otro paso adelante en la relación entre NASA y SpaceX, y destaca las dificultades que enfrenta Boeing para recuperar la confianza en su nave Starliner. Si bien no está claro cuándo el Starliner volverá a volar con una tripulación, la NASA sigue confiando en SpaceX para las misiones regulares de rotación de tripulación.
Este evento también subraya la importancia de la competencia en la industria espacial privada, donde tanto Boeing como SpaceX buscan consolidar su posición como proveedores confiables de transporte espacial.
El lanzamiento de la Crew-9 es un recordatorio de que, aunque los desafíos técnicos son inevitables, la resiliencia y la cooperación internacional son clave para el éxito continuo de la exploración espacial.