En el corazón de los Andes centrales, en el suroeste de Bolivia, se alza el volcán Uturuncu, un coloso de 6.008 metros de altura que ha captado la atención de científicos de todo el mundo. Conocido como un “volcán zombi” debido a su aparente inactividad de más de 250.000 años, este gigante andino muestra signos de vida que han desconcertado a la comunidad científica. Desde sismos y emisiones de gases hasta una peculiar deformación del terreno en forma de sombrero, Uturuncu plantea una pregunta clave: ¿está realmente muerto o podría despertar?
¿Qué es un Volcán Zombi?
Un “volcán zombi” no es un término oficial, pero los científicos lo utilizan para describir volcanes que, aunque considerados inactivos, muestran señales de actividad. Uturuncu, ubicado en la provincia de Sur Lípez, Potosí, es un ejemplo perfecto. No ha erupcionado en más de 250.000 años, pero su comportamiento reciente incluye microsismos, emisiones de gases como dióxido de carbono (CO₂) y una deformación del terreno que intriga a los expertos. Según el Programa Global de Vulcanismo, existen unos 50 volcanes zombis en el mundo, todos con más de 12.000 años de inactividad pero menos de 2,6 millones de años, lo que los distingue de los volcanes extintos.
Estos volcanes, como Uturuncu, son “bestias únicas”, según el geofísico Matthew Pritchard de la Universidad de Cornell. Sus señales de vida, como aguas termales y fumarolas, sugieren que algo se mueve bajo la superficie, pero no necesariamente que una erupción sea inminente. Esta ambigüedad ha llevado a los científicos a estudiar a fondo la estructura interna de Uturuncu para entender qué está ocurriendo.
La Anatomía Interna de Uturuncu
Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, la Universidad de Oxford y la Universidad de Cornell ha utilizado técnicas avanzadas para desentrañar los secretos de Uturuncu. Su estudio, publicado el 28 de abril de 2025 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), combina datos satelitales, análisis de actividad sísmica y modelos computacionales para mapear el sistema subterráneo del volcán.
A unos 10 a 20 kilómetros de profundidad, Uturuncu se asienta sobre el Cuerpo de Magma Altiplano-Puna, el mayor reservorio de magma activo conocido en la corteza terrestre, con una extensión de aproximadamente 200 kilómetros. Este depósito magmático, que abarca el sur de Bolivia, el norte de Chile y Argentina, es el motor detrás de la actividad de Uturuncu. Sin embargo, los investigadores descubrieron que no es el magma en ascenso lo que causa los movimientos, sino un sistema hidrotermal complejo donde fluidos calientes y gases interactúan.
La Deformación en Forma de Sombrero
Desde la década de 1990, imágenes de radar satelital y mediciones de GPS han detectado un fenómeno curioso en Uturuncu: el terreno en su cima se eleva a un ritmo de hasta 1 centímetro por año, mientras que las áreas circundantes se hunden, formando un patrón en forma de sombrero que abarca unos 150 kilómetros de ancho. Este movimiento, junto con los microsismos y las emisiones de gases, inicialmente generó temores de una posible erupción.
El estudio reciente revela que esta deformación es causada por la acumulación de gases y fluidos salobres en cámaras subterráneas poco profundas, a unos pocos kilómetros bajo el cráter. A medida que el magma del Cuerpo de Magma Altiplano-Puna calienta el líquido subterráneo, libera gases que migran hacia arriba, generando presión. Este proceso provoca pequeños terremotos, libera vapor y deforma la roca, explicando el levantamiento del terreno.
¿Por Qué Uturuncu No Erupcionará Pronto?
A pesar de su actividad, los científicos descartan una erupción inminente. El Dr. Mike Kendall, coautor del estudio y jefe del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford, explicó que no se observa un aumento rápido en la sismicidad ni una migración de esta desde grandes profundidades hacia la superficie, señales que indicarían un movimiento significativo de magma. “Parece que es solo el volcán desgasificándose, liberando tensiones y calmándose, en todo caso”, afirmó Kendall en una entrevista con CNN.
El modelado físico de las rocas también sugiere que la saturación de gas en el sistema hidrotermal es baja (menor al 30%), lo que reduce el riesgo eruptivo. Según el profesor Matthew Pritchard, esta dinámica indica que Uturuncu está en un estado de “reposo activo”, donde los procesos internos continúan pero no alcanzan el umbral para una erupción.
Un Laboratorio Natural para la Ciencia
Uturuncu no solo es un enigma geológico, sino también un laboratorio natural para estudiar los procesos de la corteza terrestre. La combinación de sismología, modelos físicos y análisis geoquímicos ha permitido a los científicos obtener imágenes de alta resolución de su “sistema de tuberías” subterráneo. Estas técnicas, como la tomografía sísmica, funcionan de manera similar a las imágenes médicas, detectando cómo las ondas sísmicas viajan a diferentes velocidades a través de materiales como rocas, magma y fluidos.
El profesor Haijiang Zhang, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, destacó la importancia de la colaboración multidisciplinaria: “Comprender la anatomía del sistema volcánico Uturuncu solo fue posible gracias a la experiencia del equipo”. Este enfoque no solo ha aclarado las causas de la actividad de Uturuncu, sino que también ofrece un modelo para estudiar otros volcanes zombis en el mundo.
Implicaciones Más Allá del Riesgo Volcánico
Los hallazgos sobre Uturuncu tienen implicaciones que van más allá de la evaluación de riesgos. Los sistemas hidrotermales como el que opera bajo este volcán pueden ser fuentes valiosas de energía geotérmica. Además, la actividad volcánica podría estar asociada con depósitos de minerales esenciales para la tecnología, como el cobre, el níquel, el platino y el litio. Juan Carlos Zuleta, en una publicación en X, señaló que Uturuncu podría contener grandes cantidades de litio, un recurso clave para la industria tecnológica.
El Dr. Kendall también subrayó el potencial económico: “Observar las ‘tuberías internas’ de un volcán podría revelar objetivos para aprovechar la energía geotérmica y acceder a metales esenciales”. Este aspecto es particularmente relevante para Bolivia, un país con vastos recursos minerales que podrían beneficiarse de estas investigaciones.
Uturuncu y el Turismo de Altura
Uturuncu no solo atrae a científicos, sino también a aventureros. Situado cerca de lagunas como la Colorada y la Verde, en el municipio de San Pablo de Lípez, el volcán es uno de los picos de 6.000 metros más accesibles del mundo, con un camino que llega a solo 800 metros de la cima. Además, cerca de su cumbre se encuentra una mina de azufre inactiva, que en su momento fue una de las más altas del planeta. Estas características convierten a Uturuncu en un destino atractivo para el turismo de altura, aunque la región está escasamente poblada.
Lecciones para Otros Volcanes Zombis
El estudio de Uturuncu tiene implicaciones globales. Según el profesor Pritchard, los métodos utilizados podrían aplicarse a más de 1.400 volcanes potencialmente activos y a decenas de volcanes zombis que muestran signos de vida. Ejemplos como el Monte St. Helens en Estados Unidos, que despertó tras miles de años de inactividad, recuerdan que los volcanes zombis no deben subestimarse.
La capacidad de distinguir entre volcanes que están en un “declive largo y lento” y aquellos que podrían reactivarse es crucial para la gestión de riesgos. Los avances en la vigilancia volcánica, como los aplicados en Uturuncu, podrían salvar vidas al permitir una detección temprana de actividad eruptiva.
El Futuro de Uturuncu
Por ahora, Uturuncu sigue siendo un gigante dormido, “respirando” a través de sus fumarolas y microsismos sin mostrar signos de un despertar violento. Sin embargo, los científicos advierten que otros volcanes vecinos en el Altiplano boliviano podrían ser más activos. La vigilancia continua es esencial, ya que los volcanes zombis, aunque raros, pueden sorprender con erupciones inesperadas.
La historia de Uturuncu es un recordatorio de que la Tierra es un planeta dinámico, lleno de procesos que aún no comprendemos completamente. Como señaló Pritchard, “aunque no nos preocupe realmente que este volcán en particular entre en erupción en los próximos años, podemos observar en tiempo real los procesos que están ocurriendo”. Este enfoque no solo disipa temores, sino que abre nuevas puertas para la ciencia y el desarrollo sostenible.
Un Volcán que Sigue Intrigando
El volcán Uturuncu, con su apodo de “zombi” y su comportamiento enigmático, ha dejado de ser una amenaza inminente para convertirse en un caso de estudio fascinante. Gracias a la colaboración internacional y el uso de tecnologías avanzadas, los científicos han descifrado su anatomía interna, revelando que su actividad se debe a fluidos y gases, no a magma en ascenso. Este descubrimiento no solo tranquiliza a las comunidades cercanas, sino que también ofrece herramientas para estudiar otros volcanes zombis en el mundo.
Uturuncu es más que un volcán; es un recordatorio de la complejidad de nuestro planeta y de la importancia de la ciencia para entenderlo. Mientras este coloso andino sigue “respirando” en su letargo geológico, sus secretos nos ayudan a prepararnos para los desafíos del futuro, desde la gestión de riesgos hasta el aprovechamiento de recursos naturales. La próxima vez que mires hacia las cumbres de los Andes, recuerda que, incluso en su silencio, Uturuncu tiene mucho que contar.