La Tableta de Yavne, una de las piezas arqueológicas más antiguas y singulares que contiene los Diez Mandamientos, está generando un enorme interés internacional al ser subastada esta semana por Sotheby’s. Este artefacto de 155 libras, tallado entre los años 300 y 800 d.C., no solo representa un vínculo tangible con las bases de la civilización occidental, sino también una fascinante historia que mezcla descubrimiento, olvido y redención arqueológica.
Un hallazgo fortuito que se volvió escalón
La Tableta de Yavne fue descubierta por primera vez en 1913, durante unas excavaciones ferroviarias realizadas en el entonces territorio del Imperio Otomano, en lo que hoy es Israel. Trabajadores que colocaban vías de tren entre Israel y Egipto desenterraron la tableta, pero su importancia histórica no fue reconocida en ese momento. Uno de los obreros se llevó la pieza a su hogar y la utilizó como adoquín en el patio interior de su vivienda, donde permaneció olvidada durante tres décadas.
Fue en 1943 cuando Jacob Kaplan, un arqueólogo municipal de Tel Aviv, descubrió la pieza y reconoció su relevancia. Kaplan compró la tableta al hijo del trabajador que la había utilizado como escalón y comenzó su estudio. Desde entonces, la Tableta de Yavne ha cambiado de manos varias veces hasta llegar finalmente a Nueva York, donde ahora será subastada.
Características únicas de la Tableta de Yavne
La tableta mide aproximadamente dos pies de altura (60 centímetros) y está tallada en mármol. Inscrita en escritura paleohebrea, pertenece a la época romano-bizantina tardía. Su texto conserva los Diez Mandamientos, aunque presenta una curiosidad notable: carece del tercer mandamiento tradicional que prohíbe tomar el nombre del Señor en vano. En su lugar, incluye una instrucción para adorar en el Monte Gerizim, un lugar sagrado para los samaritanos, situado cerca de la actual ciudad de Nablus, en Palestina.
Esta variación refuerza la idea de que la tableta pudo estar destinada a una comunidad samaritana, un grupo religioso que comparte raíces comunes con el judaísmo pero que posee tradiciones y textos propios. Según Richard Austin, director global de Libros y Manuscritos de Sotheby’s, “esta notable tablilla no es solo un artefacto histórico de inmensa importancia, sino un vínculo tangible con las creencias que ayudaron a formar la civilización occidental”.
El desgaste del tiempo: una historia inscrita en sus huellas
La Tableta de Yavne no solo destaca por su antigüedad y contenido, sino también por las marcas visibles de su uso cotidiano. Las inscripciones muestran signos de desgaste, un testimonio de las décadas en que fue utilizada como escalón en una vivienda. Este deterioro, lejos de restarle valor, aporta una capa adicional de significado al artefacto, pues evidencia cómo las reliquias históricas pueden pasar desapercibidas en el curso de la vida diaria.
La subasta: un evento histórico
Sotheby’s anunció el mes pasado que subastaría la Tableta de Yavne, calificándola como el artefacto más antiguo conocido que contiene los Diez Mandamientos. La subasta, que se realizará el miércoles 18 de diciembre, comenzará con un precio base de un millón de dólares. Sin embargo, los expertos esperan que la pieza alcance un precio mucho más alto, posiblemente llegando a los dos millones de dólares.
Esta venta representa una oportunidad única para coleccionistas e instituciones, ya que la Tableta de Yavne no solo es un objeto de interés arqueológico, sino también una pieza que encarna valores culturales, religiosos y legales que han influido profundamente en la historia humana.
Un texto de relevancia universal
El texto de la tableta refleja los principios fundamentales del Decálogo, un conjunto de leyes que han servido como base para las tradiciones judeocristianas y que han influido en conceptos modernos de la ley y la ética. Según Sotheby’s, “La Tableta de Yavne no es simplemente la tabla de piedra inscrita más antigua y completa que contiene los Diez Mandamientos, sino que el texto que conserva representa el espíritu, la precisión y la concisión del Decálogo en lo que se cree que es su formulación más temprana y original”.
La influencia del Decálogo trasciende las religiones judeocristianas. Estos principios han inspirado códigos legales formales, leyes naturales y pactos sociales que han moldeado la conducta personal y la estructura de las sociedades en todo el mundo. La inclusión de una referencia específica al Monte Gerizim también resalta la diversidad de interpretaciones y adaptaciones de estos preceptos a lo largo del tiempo.
La importancia del Monte Gerizim
La mención del Monte Gerizim en lugar del tercer mandamiento tradicional es un detalle significativo que arroja luz sobre las creencias de los samaritanos, quienes consideran este lugar como el sitio elegido por Dios para la adoración. Este monte, mencionado varias veces en la Biblia, está ubicado en Cisjordania y sigue siendo un lugar sagrado para la pequeña comunidad samaritana que aún existe hoy en día.
Una reliquia que conecta pasado y presente
La historia de la Tableta de Yavne es un recordatorio de cómo el patrimonio cultural puede sobrevivir a través de los siglos, incluso cuando su significado no es inmediatamente reconocido. Desde su descubrimiento accidental hasta su redescubrimiento por arqueólogos y su eventual llegada al mercado de subastas, esta pieza ha pasado de ser un objeto funcional a un símbolo de la rica herencia cultural y religiosa de la humanidad.
Conclusión: una pieza para la posteridad
La subasta de la Tableta de Yavne no solo marca un hito en el mundo de las antigüedades, sino que también pone de manifiesto la importancia de preservar y valorar nuestro legado histórico. Este artefacto, que conecta directamente con los fundamentos de la civilización occidental, representa una oportunidad para reflexionar sobre cómo las ideas y creencias de nuestras culturas ancestrales siguen resonando en el mundo moderno.
Con un precio inicial de un millón de dólares, esta reliquia espera encontrar un nuevo propietario que valore no solo su antigüedad, sino también su significado histórico y cultural. La Tableta de Yavne es mucho más que un artefacto arqueológico: es un testimonio de cómo las ideas fundamentales de justicia, ética y espiritualidad han perdurado a través del tiempo, dejando una huella indeleble en la humanidad.