Un estudio reciente sugiere que Mercurio podría albergar una extensa capa de diamantes bajo su superficie. Sin embargo, no se espera un esfuerzo de excavación extenso en el corto plazo.
Un Estudio Revelador
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, propone que esta capa de gemas podría encontrarse a cientos de millas bajo la superficie del planeta y podría ser responsable del campo magnético de Mercurio. Los investigadores observaron que los datos de la misión Messenger de la NASA identificaron parches de grafito en la superficie del planeta, lo que podría ser un indicio de la presencia de diamantes en su interior.
Conociendo a Mercurio
Mercurio, el planeta más interno del sistema solar, sigue siendo un misterio en muchos aspectos. Ninguna nave espacial ha aterrizado en su superficie. La NASA estima que el planeta es solo un poco más grande que la Luna de la Tierra. A pesar de su proximidad al Sol, Mercurio experimenta temperaturas extremas. Durante el día, las temperaturas pueden alcanzar hasta 800 °F (427 °C), mientras que por la noche pueden descender hasta -300 °F (-184 °C).
Condiciones Extremas para la Formación de Diamantes
Investigaciones anteriores sugerían que las temperaturas y presiones internas de Mercurio eran insuficientes para permitir la cristalización del carbono en diamantes. Sin embargo, los autores del estudio actual creen lo contrario. Reevaluaron la especiación del carbono en el interior de Mercurio a la luz de experimentos de alta presión y temperatura, modelos termodinámicos y los modelos geofísicos más recientes de la estructura interna del planeta. Según los autores del estudio, «Aunque un fundido sin azufre habría estado en el campo de estabilidad del grafito, la disolución de azufre en el fundido bajo las condiciones únicas reducidas deprimió el liquidus rico en azufre a temperaturas que abarcan la transición grafito-diamante».
El Papel Crucial de los Diamantes
Los diamantes podrían desempeñar un papel crucial en la transferencia de calor y las interacciones químicas del planeta, contribuyendo así a su campo magnético. Sin estudios de superficie, es probable que los científicos nunca sepan con certeza lo que está ocurriendo internamente en este pequeño planeta.
La Misión Messenger
La última misión completada a Mercurio, la misión Messenger de la NASA, orbitó el planeta entre marzo de 2011 y abril de 2015. También conocida como la misión de Superficie, Entorno Espacial, Geoquímica y Rango de Mercurio, recopiló datos sobre la geología, la química y el campo magnético del planeta antes de que la nave se quedara sin combustible y se estrellara contra la superficie.
La Misión BepiColombo
La misión BepiColombo, un esfuerzo internacional liderado por la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, se espera que entre en la órbita del planeta en diciembre de 2025. La misión, compuesta por dos naves espaciales, estudiará el interior, la superficie y el campo magnético de Mercurio, pero no intentará aterrizar.
Simulaciones en el Laboratorio
Un equipo de investigadores recreó el ambiente extremo de Mercurio en un experimento utilizando una prensa de yunque, que normalmente se usa para estudiar cómo se comportan los materiales bajo presión extrema y también para la producción de diamantes sintéticos. «Es una prensa enorme, que nos permite someter pequeñas muestras a la misma alta presión y alta temperatura que esperaríamos encontrar en el manto de Mercurio, en la frontera entre el manto y el núcleo», dijo Bernard Charlier, jefe del departamento de geología de la Universidad de Lieja en Bélgica y coautor del estudio.
El equipo insertó una mezcla sintética de elementos, incluyendo silicio, titanio, magnesio y aluminio, dentro de una cápsula de grafito, imitando la composición teorizada del interior de Mercurio en sus primeros días. Luego, sometieron la cápsula a presiones casi 70,000 veces mayores que las encontradas en la superficie de la Tierra y temperaturas de hasta 2,000 grados Celsius (3,630 grados Fahrenheit), replicando las condiciones probablemente encontradas cerca del núcleo de Mercurio hace miles de millones de años. Después de que la muestra se derritió, los científicos observaron los cambios en la química y los minerales bajo un microscopio electrónico y notaron que el grafito se había convertido en cristales de diamante.
Perspectivas Futuras
Este mecanismo no solo puede proporcionar más información sobre los secretos ocultos bajo la superficie de Mercurio, sino también sobre la evolución planetaria y la estructura interna de exoplanetas con características similares. Los científicos creen que este proceso de formación de diamantes podría estar ocurriendo en algunos de los exoplanetas que estamos descubriendo en nuestra galaxia si su química también es baja en oxígeno como la de Mercurio.
El investigador Felipe González, físico teórico del departamento de ciencias de la Tierra y planetarias de la Universidad de California, Berkeley, dijo que el estudio representa un paso importante en nuestra comprensión de los interiores planetarios y cómo se forman y evolucionan. También cree que los estudios interdisciplinarios como este son clave para abordar los complejos problemas que enfrentamos en la ciencia hoy en día.
El descubrimiento de una posible capa de diamantes en Mercurio abre nuevas vías para la investigación y el entendimiento de nuestro sistema solar. Aunque las misiones futuras, como BepiColombo, podrán proporcionar más datos, aún queda mucho por aprender sobre este misterioso planeta. La posibilidad de diamantes bajo la superficie de Mercurio no solo desafía nuestras suposiciones previas, sino que también ilumina nuevas preguntas sobre la formación y evolución de los planetas en condiciones extremas. Con cada nuevo hallazgo, nos acercamos un paso más a desentrañar los misterios del universo.