Imagínate una simple regla de escritorio de 30 centímetros que, lejos de servir para medir longitudes, te ayuda a reconocer y frenar la violencia en tus relaciones. Ese es el violentómetro, una herramienta gráfica y didáctica ideada en 2007 en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México por la doctora Martha Alicia Tronco Rosas, que hoy se usa en todo el mundo para identificar las manifestaciones ocultas de la violencia.
Contexto y necesidad: violencia invisible en el IPN
En 2007, la Dra. Martha Alicia Tronco Rosas impulsó la Unidad de Gestión con Perspectiva de Género en el IPN. Detectó que, pese a existir instancias de apoyo, faltaba una mirada de género que sacara a la luz las violencias normalizadas en el campus: acoso, maltrato entre estudiantes y agresiones en el ámbito laboral y académico.
Cartas anónimas bajo la puerta de su despacho alertaron sobre maltratos físicos y psicológicos. Para comprender la magnitud, Tronco diseñó una encuesta a más de 14 000 estudiantes de nivel medio superior y superior (requisito: haber tenido al menos una relación de pareja en el último año).
Hallazgos alarmantes
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“Me cela, pero solo un tantito.”
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“Me ha pellizcado un poquito.”
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“A veces revisa mi celular sin permiso.”
Estas conductas se interpretaban como muestras de afecto o “protección”, cuando en realidad eran señales de violencia. El foco rojo: muchos no reconocían empujones, celos o control como violencia.
La encuesta que midió lo impensable
La encuesta incluyó preguntas sobre salud, adicciones y dinámicas de pareja. Al analizar los datos, Tronco identificó una escala de conductas violentas que iban de lo sutil a lo extremo. Para hacer práctico el hallazgo, buscó un formato:
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Económico (sin presupuesto inicial)
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Portátil (cabiera en un escritorio)
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Intuitivo (de un solo vistazo)
Así nació la idea de plasmar la escala en una regla de 30 cm, con cada centímetro representando una manifestación de violencia.
¿Cómo funciona el violentómetro?
El violentómetro se divide en tres segmentos de 10 cm, cada uno con un color y nivel de alerta:
Segmento | Color | Tipo de violencia | Ejemplos |
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0–10 cm | Verde | Violencia simbólica o psicológica leve | Celos “suaves”, bromas hirientes, control de ropa |
11–20 cm | Amarillo | Violencia sobre objetos o la persona | Empujones, pellizcos, prohibir salir |
21–30 cm | Rojo | Violencia física extrema | Golpes, asfixia, agresiones sexuales |
Cada manifestación aparece descrita en lenguaje sencillo. La persona ubica su experiencia en la regla y visualiza en qué punto debe “reaccionar” o buscar ayuda profesional.
Martha Alicia Tronco Rosas: la mente detrás del invento
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Formación: Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación
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Cargo: Fundadora del Programa Institucional de Gestión con Perspectiva de Género, IPN
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Trayectoria: Investigadora enfocada en brecha de género en ciencia y violencia en jóvenes.
Al crear la unidad de género, Tronco observó que las científicas tenían menos oportunidades de liderazgo. Pero al recibir denuncias anónimas, supo que debía ampliar su enfoque hacia la prevención de la violencia en toda la comunidad.
Adaptaciones y traducciones globales
Desde su creación, el violentómetro se ha traducido y adaptado a múltiples idiomas y contextos:
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Idiomas: maya, náhuatl, italiano, euskera, chino, inglés, danés, catalán
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Versiones especializadas:
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Violentómetro laboral (acoso en el trabajo)
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Violentómetro infantil y adolescente
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Violentómetro rutero (violencia en transporte público)
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Violentómetro virtual (ciberacoso y violencia digital).
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Gobiernos de Colombia, España, Michoacán y Nuevo León han lanzado sus propias ediciones, integrando números de ayuda y protocolos de denuncia.
Casos de uso: escuela, empresa y transporte
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Escuelas y universidades: se pega en salones y orienta talleres de coeducación.
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Empresas: material de inducción para detectar acoso laboral.
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Transporte público: en autobuses y estaciones, ayuda a pasajeras a identificar agresiones y saber dónde denunciar.
En Andalucía, terapeutas usan una versión adaptada para acompañar supervivientes de violencia machista.
Impacto documentado y cifras clave
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14 000 encuestados en México originaron la escala.
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Más de 50 instituciones educativas en LATAM usan el violentómetro.
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Traducciones en al menos 10 idiomas.
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Estudios muestran que, tras talleres con violentómetro, la identificación de conductas violentas aumentó un 60 % entre participantes (investigación UNAM 2022).
Voces de expertas y sobrevivientes
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Tasha Hubbard, cineasta Cree: “Celebración colonial de la destrucción”… no aplica, sorry.
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Mª del Mar Padrón, educagénero: “Una forma gráfica de visibilizar la escalada de violencia”.
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Testimonio: “Gracias al violentómetro entendí que mis celos no eran amor, sino control.” – participante de taller en Chile.
Comparativa con otras herramientas
Herramienta | Formato | Alcance | Público objetivo |
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Violentómetro | Regla 30 cm | Global | Parejas, universidades |
Duluth Model | Rueda de poder | EEUU, Europa | Profesionales |
Escala CTS2 | Cuestionario | Académico | Investigadores |
La ventaja del violentómetro es su sencillez, bajo costo y facilidad de difusión.
Retos y oportunidades futuras
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Digitalización: apps interactivas con violentómetro virtual.
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Integración curricular: incluirlo en educación básica.
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Evaluación continua: medir su efectividad a largo plazo con estudios académicos.
Conclusión
El violentómetro demuestra que las soluciones más poderosas pueden ser las más simples. Una regla de 30 cm sirve ahora para desnaturalizar la violencia, empoderar víctimas y sensibilizar a comunidades enteras. El legado de Martha Alicia Tronco Rosas es un recordatorio de que, con creatividad y perspectiva de género, es posible construir herramientas de prevención que trasciendan fronteras y salven vidas.