El domingo 4 de mayo de 2025, el presidente de EE.UU., Donald Trump, lanzó una orden sorprendente desde su plataforma Truth Social: “RECONSTRUIR Y REABRIR ALCATRAZ”. El exfuerte convertido en prisión de máxima seguridad, cerrado en 1963, volvería a operar “para los delincuentes más despiadados y violentos de EE.UU.”, según Trump.
La propuesta, presentada como un emblema de “ley, orden y justicia”, ha desatado un acalorado debate sobre su factibilidad, costo y coherencia con las realidades del sistema penitenciario federal.
El mensaje de Trump y su justificación
En un post marcado como “muy secreto” y “urgente”, Trump escribió:
“Durante demasiado tiempo EE.UU. ha estado plagada de delincuentes viciosos, violentos y reincidentes… Hoy, doy instrucciones al Bureau of Prisons, al Departamento de Justicia, al FBI y a Seguridad Nacional para reabrir una ALCATRAZ sustancialmente ampliada y reconstruida.”
El presidente señaló que la antigua “Roca” serviría de símbolo de su enfoque de mano dura frente al crimen, en sintonía con sus políticas previas de transferencia de pandilleros a El Salvador y su retórica sobre “delincuentes extranjeros”.
Reacciones políticas: de Pelosi a legisladores locales
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Nancy Pelosi (ex Speaker, demócrata por California) tuiteó que la idea “no es seria” y distrae de problemas reales en la justicia penal.
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Scott Wiener (senador estatal de San Francisco) calificó la propuesta de “profundamente desquiciada” y un “ataque al Estado de derecho”.
Ambos destacaron que Alcatraz es hoy un parque nacional y punto turístico, no una instalación carcelaria.
Historia y cierre de Alcatraz
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Origen militar (1850s–1933): fuerte y prisión del ejército.
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Prisión federal (1934–1963): albergó a Al Capone, George Kelly y otros gánsteres.
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Cierre (1963): costos operativos tres veces superiores a cárceles terrestres; aislamiento logístico.
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Hoy: museo y atracción de 1.5 millones de visitantes anuales bajo la NPS.
Viabilidad y costo: lo que dicen los expertos
El profesor Gabriel Jack Chin (UC Davis Law) advierte que reabrir Alcatraz exigiría inversiones millonarias en infraestructura, transporte y seguridad. Además, el sistema federal tiene un 25% de camas vacías, por lo que no hay necesidad urgente de nuevas instalaciones.
El CBO (Congressional Budget Office) estimaría en varios miles de millones de dólares la reconstrucción y operación anual, sin contar el efecto en personal y logística.
El significado simbólico en la política criminal de Trump
La orden encaja en la narrativa de Trump de “ley y orden” y mano dura contra el crimen violento. Es coherente con:
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Transferencias de pandilleros a cárceles en El Salvador (marzo 2025).
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Propuestas de usar prisiones extranjeras para delincuentes estadounidenses.
Busca reforzar su base política que reclama dureza penal, aunque choque con realidades administrativas y legales.
Presos célebres y cultura popular
Alcatraz alojó a:
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Al Capone, el gánster emblemático.
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Robert Stroud, “Birdman of Alcatraz”, convicto convertido en ornitólogo.
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Mickey Cohen, mafioso de Los Ángeles.
Inspiró películas como Birdman of Alcatraz (1962) y La Roca (1996). Esa fama penal refuerza el impacto mediático de la reapertura.
Obstáculos legales y administrativos
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Jurisdicción: Alcatraz pertenece al Departamento del Interior y NPS. Revertirlo implicaría legislación o transferencia interagencial compleja.
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Normativa ambiental: ubicado en un área protegida de Golden Gate NRA.
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Derechos de los presos: traslada debates sobre estándares de detención y habeas corpus.
Comparativas internacionales
Algunos países usan prisiones insulares para delincuentes de alta peligrosidad (Isla de Wight, Isla del Diablo). Sin embargo, ninguno ha reconstruido una cárcel histórica por su simbolismo. La mayoría amplía espacios existentes.
Costos políticos y de imagen
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Para Trump: reafirma su postura de mano dura y “Make America Safe Again”.
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Riesgos: acusaciones de demagogia, uso político de la justicia penal y distracción de problemas estructurales (reforma penitenciaria, rehabilitación).
Conclusión
La orden de reabrir Alcatraz mezcla espectáculo político con un mensaje de firmeza contra el crimen. Sin embargo, la práctica choca con realidades de costos, jurisdicción y necesidades reales del sistema penitenciario federal, que hoy dispone de camas vacías y busca modernizar, no ampliar, su infraestructura.
Alcatraz seguirá siendo, por ahora, un ícono histórico y turístico. La propuesta de Trump funciona como gesto simbólico para su base electoral, pero su concreción enfrentará obstáculos financieros, legales y ambientales casi insalvables. Más allá del show mediático, la verdadera “roca” que debe reformarse es el sistema de justicia penal: sus políticas de prevención, rehabilitación y reducción de la reincidencia, no la reactivación de una prisión mítica y carísima.