El Perú ha sido testigo de crímenes tan macabros que podrían haber sido extraídos directamente de un guion cinematográfico. Algunos de estos asesinatos han conmocionado al país no solo por su brutalidad, sino por los extraños detalles que los rodean, convirtiéndolos en auténticas historias de terror. En este artículo, repasamos los ocho casos más escalofriantes que han dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de los peruanos.
1. El asesinato del monstruo de Armendáriz: El caso del «descuartizador de Barranco»
Uno de los crímenes más espeluznantes de la historia peruana ocurrió en el distrito de Barranco en los años 50. Alejandro Galindo, un hombre de apariencia normal, ocultaba un lado oscuro aterrador. Se descubrió que había asesinado y desmembrado a varias mujeres, escondiendo los restos en una cueva en la bajada de Armendáriz.
Cuando las autoridades finalmente dieron con su escondite, encontraron herramientas quirúrgicas, frascos con partes humanas preservadas y notas escritas donde describía sus experimentos macabros. La policía determinó que Galindo atraía a sus víctimas con promesas de empleo antes de cometer el asesinato. Su captura fue gracias a una denuncia anónima que alertó sobre su comportamiento sospechoso. Su juicio causó gran conmoción en la sociedad limeña de la época, y terminó siendo condenado a cadena perpetua en un penal de máxima seguridad.
2. El asesinato perpetrado por Pedro Pánfilo Fajardo: El «Jack el Destripador» peruano
A finales del siglo XIX, Pedro Pánfilo Fajardo sembró el terror en Lima con una serie de asesinatos brutales. Actuando en las sombras, atacaba a mujeres en zonas poco transitadas y mutilaba sus cuerpos con una precisión aterradora. Se sospecha que pudo haber estado influenciado por los crímenes de Jack el Destripador en Inglaterra, pues su modus operandi era similar.
El caso se volvió un enigma, ya que la falta de tecnología forense en la época dificultó su captura. Aunque la policía logró identificarlo como el principal sospechoso, nunca se le pudo probar directamente su culpabilidad, dejando el caso envuelto en misterio. La prensa de la época lo describía como un asesino fantasmal, cuya identidad nunca fue plenamente confirmada, dejando su historia envuelta en mitos y leyendas urbanas.
3. El asesinato de la Residencial San Felipe: Un crimen sin resolver
En 1991, la tranquilidad de la Residencial San Felipe, en Jesús María, fue sacudida por el hallazgo del cuerpo sin vida de una joven dentro de un depósito de basura. La escena era impactante: la víctima había sido brutalmente golpeada, y su rostro estaba congelado en una mueca de horror.
Las investigaciones revelaron que la joven había sido vista por última vez en una discoteca cercana. A pesar de los esfuerzos policiales y los múltiples interrogatorios a conocidos de la víctima, nunca se pudo dar con el responsable del asesinato. La falta de pruebas concluyentes y la ausencia de testigos confiables hicieron que este crimen quedara impune. Hasta la fecha, sigue siendo uno de los casos sin resolver más escalofriantes de la capital peruana, y ha sido objeto de múltiples documentales y reportajes de investigación.
4. El asesinato cometido por el caníbal de los Andes: El horror en Huancavelica
En 2015, Huancavelica fue testigo de un crimen escalofriante. José Manuel Bernal, un pastor de ovejas, fue arrestado tras confesar que había asesinado a su vecino en un ataque de ira y, lo más espeluznante, se había alimentado de su carne.
Las autoridades encontraron restos humanos en su despensa, así como utensilios de cocina con rastros de sangre. Durante su interrogatorio, Bernal explicó con frialdad cómo cocinó partes del cuerpo y las consumió en varias comidas. Su caso conmocionó a la región y lo catalogaron como uno de los crímenes más impactantes del país. Se descubrió que el hombre tenía antecedentes de violencia y problemas psiquiátricos no tratados, lo que generó un debate sobre la necesidad de mejorar los servicios de salud mental en comunidades rurales.
5. El asesinato de la «niña del pozo»: Un crimen que paralizó a Lima
En 1984, la ciudad de Lima quedó horrorizada tras el hallazgo del cadáver de una niña en un pozo abandonado en San Juan de Lurigancho. La menor, de apenas 9 años, había desaparecido días antes.
El hecho más inquietante del caso fue la declaración de un testigo, quien aseguró haber visto una figura oscura rondando la zona en las noches previas. A pesar de una intensa investigación policial, el asesino nunca fue identificado. La tragedia provocó marchas y protestas exigiendo mayor seguridad para los niños en la capital, así como la implementación de programas de protección infantil.
6. El asesinato cometido por el «psicópata de Santa Anita»: Un depredador en serie
En 2006, la policía descubrió que Luis Quispe Habich había estado secuestrando y asesinando personas en Santa Anita. Su casa fue hallada con evidencias perturbadoras: cámaras de tortura y varios objetos personales de sus víctimas.
El psicópata confesó que disfrutaba del «control absoluto» sobre sus víctimas antes de cometer el asesinato. Su frialdad al relatar los hechos lo convirtió en uno de los criminales más perturbadores de la historia peruana. Fue sentenciado a cadena perpetua, y su caso sigue siendo un referente en estudios de criminología en el país.
7. El asesinato del «asesino de la maleta»: Un crimen escalofriante en Miraflores
En 2019, un transeúnte encontró una maleta abandonada en Miraflores, dentro de la cual yacía el cuerpo de una mujer desmembrada. Las imágenes de las cámaras de seguridad fueron clave para identificar al responsable: un ciudadano extranjero que intentó huir tras cometer el asesinato.
Las investigaciones revelaron que el crimen había sido meticulosamente planificado y que el criminal había utilizado técnicas avanzadas para desmembrar el cuerpo sin dejar rastros evidentes. Este asesinato generó un debate sobre el crimen organizado en el país y la regulación de inmigrantes con antecedentes penales.
8. El asesinato en Los Olivos: El caso de la «niñera sin alma»
En 2020, un crimen atroz fue captado por cámaras de seguridad: una niñera asesinó brutalmente a la menor que tenía bajo su cuidado en Los Olivos. El video mostraba cómo la agresora actuaba con total frialdad mientras la niña intentaba defenderse.
El impacto del caso fue tal que generó indignación a nivel nacional, llevando a un debate sobre la regulación y verificación de antecedentes en el servicio de cuidado infantil. La niñera fue arrestada y condenada a prisión de por vida, convirtiéndose en un caso emblemático de la importancia del control de antecedentes en el sector.