En el mundo de los videojuegos, pocas compañías son tan conocidas por proteger su propiedad intelectual como Nintendo. En un nuevo capítulo de esta lucha, la empresa japonesa ha presentado una demanda multimillonaria contra el streamer Jesse Keighin, conocido en línea como EveryGameGuru, por presuntas infracciones a los derechos de autor. Según la denuncia, Keighin habría retransmitido en streaming juegos pirateados y aún no lanzados, además de promover el uso de emuladores para eludir las restricciones impuestas por Nintendo. La demanda solicita una compensación de hasta 7,5 millones de dólares.
Un historial de infracciones persistentes
Nintendo acusa a Keighin de haber transmitido al menos 50 sesiones de juego de títulos pirateados desde 2022. Entre estos juegos se incluyen estrenos anticipados como Mario & Luigi: Brothership, lo que, según la empresa, afectó negativamente sus campañas de marketing y arruinó la expectación generada antes del lanzamiento oficial.
Además de transmitir los juegos ilegalmente, Keighin habría utilizado múltiples plataformas, como Discord, YouTube y Twitch, para difundir el contenido. Incluso, tras recibir avisos de retirada y cartas de cese y desistimiento, el streamer creó nuevas cuentas para continuar con sus actividades. Esta conducta desafiante llevó a Nintendo a tomar medidas drásticas.
Promoción de emuladores y herramientas de piratería
La demanda también señala que Keighin dirigía a su audiencia hacia emuladores como Ryujinx y Yuzu, que permiten ejecutar juegos de Nintendo Switch sin necesidad de la consola física. Aunque estas herramientas habían sido eliminadas de plataformas como GitHub tras quejas previas de Nintendo, Keighin continuó promoviendo su uso, lo que agravó aún más la situación.
Nintendo no muestra clemencia
Nintendo ha solicitado 150.000 dólares por cada infracción documentada, lo que suma un total de 7,5 millones de dólares por más de 50 incidentes. Esta cifra refleja la postura firme de la compañía contra la piratería y el uso indebido de sus productos.
A pesar de tener relativamente pocos seguidores, la empresa considera que el impacto de las acciones de Keighin es significativo. Las filtraciones de contenido antes del lanzamiento oficial pueden afectar las ventas, disminuir el interés del público y alterar las estrategias de marketing cuidadosamente planificadas.
El acusado esquiva la demanda
En un giro adicional, Keighin ha evitado responder a las notificaciones legales enviadas por Nintendo. Según informes de Overkill, se han realizado al menos cinco intentos fallidos de entregar los documentos legales en el último mes. Ante esta situación, Nintendo ha solicitado al tribunal autorización para ampliar los métodos de notificación, permitiendo que los documentos se entreguen a familiares cercanos del acusado, como su madre, abuela o pareja.
Los documentos judiciales también incluyen capturas de pantalla en las que Keighin se burla abiertamente de los esfuerzos de Nintendo. En una de estas publicaciones, llegó a sugerir que podría declararse en bancarrota para evitar pagar los daños. Posteriormente, tras la difusión del caso en medios como 9NEWS, el streamer comenzó a borrar sus comentarios y publicaciones en redes sociales.
Consecuencias legales y lecciones para la industria
Si la moción para notificar a través de familiares es aceptada, es probable que Keighin enfrente consecuencias legales inmediatas. Nintendo ha calificado al acusado como un «infractor reincidente» y está decidida a sentar un precedente con este caso.
Este episodio sirve como recordatorio para la industria de los videojuegos sobre los riesgos y desafíos asociados con la piratería. La facilidad de acceso a herramientas como emuladores y plataformas de transmisión ha hecho que los juegos sean más vulnerables a filtraciones ilegales. Por lo tanto, las compañías están adoptando estrategias más agresivas para proteger sus productos.
El impacto en la comunidad gamer
El caso también ha generado debates dentro de la comunidad gamer. Mientras algunos apoyan la postura de Nintendo para proteger su propiedad intelectual, otros critican las tácticas legales de la compañía, argumentando que podrían sofocar la creatividad y la preservación de videojuegos antiguos mediante emulación.
Sin embargo, en este caso específico, la promoción abierta de la piratería y la falta de cooperación por parte de Keighin han dificultado cualquier defensa plausible. Incluso aquellos que normalmente abogan por la preservación de juegos mediante emuladores reconocen que las acciones del streamer fueron excesivas.
Conclusión: Un precedente importante
La demanda de Nintendo contra Jesse Keighin destaca la determinación de la compañía de proteger su propiedad intelectual a toda costa. Con una solicitud de 7,5 millones de dólares en daños y una estrategia legal firme, este caso podría establecer un precedente en la industria del entretenimiento digital.
Para los creadores de contenido y streamers, este caso es un recordatorio de los riesgos legales asociados con el uso indebido de material protegido por derechos de autor. También refuerza la importancia de respetar las leyes de propiedad intelectual, especialmente en un entorno donde las herramientas digitales facilitan la distribución y transmisión de contenido.
A medida que el caso avance, será interesante ver cómo responde el sistema judicial y si este tipo de acciones disuade futuros intentos de piratería en la industria de los videojuegos.