Corea del Norte, uno de los países más herméticos y enigmáticos del mundo, reabrió sus fronteras a los turistas extranjeros en 2024 después de casi 5 años de cierre debido a la pandemia de COVID-19. Este evento marcó un hito significativo, ya que el régimen de Kim Jong-un había mantenido un aislamiento casi total, incluso más estricto que el de otros países. Los primeros turistas en ingresar al país recibieron instrucciones claras: «No insulten a los líderes. No juzguen». Estas palabras resumen la experiencia única y controlada que ofrece Corea del Norte a quienes se atreven a visitarla.
En este artículo, exploraremos en detalle lo que vieron estos primeros turistas, cómo es viajar al país más aislado del mundo, y qué revela esta reapertura sobre el régimen norcoreano. Desde las estrictas reglas de comportamiento hasta los lugares icónicos que pudieron visitar, este relato ofrece una mirada fascinante a un destino que pocos tienen la oportunidad de conocer.
Corea del Norte: Un país envuelto en misterio
Corea del Norte, oficialmente conocida como la República Popular Democrática de Corea (RPDC), es un país que ha capturado la imaginación del mundo por su aislamiento, su propaganda política y su estricto control sobre la información. Gobernado por la dinastía Kim desde 1948, el país ha sido un enigma para los extranjeros, con acceso limitado a su territorio y una narrativa cuidadosamente elaborada para los visitantes.
Durante la pandemia, Corea del Norte cerró sus fronteras de manera más estricta que casi cualquier otro país, implementando medidas extremas para evitar la entrada del virus. Este cierre prolongado generó especulaciones sobre la situación interna del país, incluyendo posibles crisis económicas y de salud. Sin embargo, en 2024, el régimen anunció la reapertura controlada al turismo, una decisión que muchos interpretaron como un intento de generar ingresos y mejorar su imagen internacional.
Las reglas de oro para los turistas
Los primeros turistas en ingresar a Corea del Norte fueron recibidos con una serie de reglas estrictas que debían seguir al pie de la letra. Estas reglas, que incluyen «no insultar a los líderes» y «no juzgar», son una muestra del control que el régimen ejerce sobre la narrativa que los visitantes llevan consigo al salir del país.
- Respeto absoluto a los líderes: Los turistas deben mostrar reverencia hacia Kim Il-sung, Kim Jong-il y Kim Jong-un. Cualquier comentario negativo o gesto de falta de respeto puede resultar en la expulsión inmediata del país.
- Prohibición de fotografías no autorizadas: Solo se permite tomar fotos en lugares específicos y bajo supervisión. Capturar imágenes de militares, instalaciones gubernamentales o personas sin consentimiento está estrictamente prohibido.
- Itinerarios controlados: Los turistas no pueden moverse libremente. Deben seguir un itinerario preaprobado que incluye visitas a monumentos, museos y lugares históricos seleccionados.
- Vigilancia constante: Los guías norcoreanos acompañan a los turistas en todo momento, asegurándose de que cumplan con las reglas y no se desvíen del guion establecido.
Lo que vieron los primeros turistas
A pesar de las restricciones, los primeros turistas en ingresar a Corea del Norte describieron una experiencia fascinante y surrealista. Estos son algunos de los lugares y momentos más destacados de su visita:
1. Pyongyang: La capital del espectáculo
Pyongyang, la capital norcoreana, es el escaparate del régimen. Los turistas visitaron lugares icónicos como la Plaza Kim Il-sung, el Arco del Triunfo y la Torre Juche, todos símbolos del poder y la ideología del país. La ciudad, con sus amplias avenidas y edificios monumentales, fue descrita como «limpia y ordenada, pero con una sensación de artificialidad».
2. El Palacio del Sol de Kumsusan
Este mausoleo, donde reposan los cuerpos embalsamados de Kim Il-sung y Kim Jong-il, es uno de los lugares más sagrados para los norcoreanos. Los turistas debieron seguir un estricto protocolo, incluyendo vestimenta formal y reverencias profundas ante los sarcófagos.
3. La Zona Desmilitarizada (DMZ)
La visita a la DMZ, la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, fue uno de los momentos más impactantes. Los turistas pudieron ver de cerca la tensión entre los dos países, con soldados norcoreanos vigilando cada movimiento.
4. Actuaciones y propaganda
Los turistas asistieron a espectáculos masivos, como el Festival Arirang, un evento de gimnasia y arte que celebra la historia y los logros del país. Estos espectáculos, aunque impresionantes, son una herramienta de propaganda que glorifica al régimen.
La vida detrás de la fachada
Aunque los turistas solo vieron una versión cuidadosamente coreografiada de Corea del Norte, algunos detalles sugieren que la realidad del país es más compleja. Por ejemplo, notaron la presencia de mercados informales donde los ciudadanos intercambian bienes, una señal de que la economía estatal no satisface todas las necesidades. Además, la falta de electricidad en algunas áreas y la pobreza visible en las zonas rurales contrastan con la imagen de prosperidad que el régimen intenta proyectar.
¿Por qué reabrir ahora?
La decisión de Corea del Norte de reabrir sus fronteras al turismo tiene varias posibles explicaciones:
- Necesidad económica: El país enfrenta sanciones internacionales y una economía debilitada. El turismo, aunque limitado, es una fuente de ingresos extranjeros.
- Propaganda internacional: Permitir que los turistas vean una versión idealizada del país puede ayudar a mejorar su imagen global.
- Control de la narrativa: Al controlar lo que los turistas ven y experimentan, el régimen puede asegurarse de que solo se lleven una impresión positiva del país.
Reflexiones de los turistas
Los primeros turistas en visitar Corea del Norte después de la reapertura describieron una experiencia que osciló entre la fascinación y la incomodidad. Algunos se sintieron impresionados por la disciplina y el orden, mientras que otros notaron la falta de libertad y la opresión subyacente.
Un turista anónimo comentó:
«Es como estar en una película surrealista. Todo es perfecto en la superficie, pero sabes que hay algo más detrás de esa fachada. Es una experiencia que te deja con más preguntas que respuestas.»
Conclusión: Un vistazo a un mundo oculto
La reapertura de Corea del Norte al turismo ofrece una rara oportunidad de vislumbrar uno de los países más cerrados del mundo. Sin embargo, lo que los turistas ven es una narrativa cuidadosamente elaborada, diseñada para proyectar una imagen de poder y unidad. Detrás de esa fachada, hay un país que lucha con desafíos económicos, políticos y sociales.
Como dijo un experto en Corea del Norte:
«Visitar Corea del Norte es como mirar a través de un espejo distorsionado. Ves lo que el régimen quiere que veas, pero la verdadera historia está en lo que no te muestran.»
Este viaje no solo es una aventura para los turistas, sino también un recordatorio de las complejidades y contradicciones de un país que sigue siendo uno de los mayores enigmas del mundo.