La transformación del panorama laboral global es innegable. Impulsada por la revolución tecnológica y las tendencias emergentes en inteligencia artificial (IA), el mundo del trabajo se enfrenta a una reorganización sin precedentes. Según el Informe sobre el Futuro del Empleo 2025, publicado por el Foro Económico Mundial (WEF), se estima que hacia 2030 se generará un incremento neto de 78 millones de empleos. Esta cifra refleja un delicado equilibrio entre la creación de 170 millones de nuevos puestos y el desplazamiento de 92 millones debido a la automatización y otras fuerzas disruptivas.
Automatización e IA: Amenaza y oportunidad
La inteligencia artificial, junto con otras tecnologías emergentes, está reconfigurando industrias completas. El informe del WEF destaca que el 41% de los empleadores planea reducir su fuerza laboral en respuesta a la automatización. Sin embargo, también señala que el 77% de las empresas tiene la intención de invertir en la recalificación de sus empleados actuales, demostrando una apuesta por la adaptación en lugar del reemplazo.
Till Leopold, responsable de Trabajo del WEF, afirma que “las tendencias como la IA generativa están creando oportunidades sin precedentes, pero también graves riesgos”. Entre las principales amenazas destaca el desfase de cualificaciones, identificado por el 63% de los empleadores como un obstáculo clave para la transformación empresarial.
La IA generativa, una tecnología capaz de crear contenido original como textos e imágenes, está comenzando a impactar negativamente en empleos tradicionales. Diseñadores gráficos, secretarios legales y auxiliares administrativos figuran entre las profesiones en declive, según el informe. Por otro lado, la demanda de habilidades relacionadas con el diseño y mejora de herramientas de IA está en aumento, con el 70% de las empresas buscando contratar personal capacitado en este campo.
Sectores en crecimiento y declive
El impacto de la revolución tecnológica no se limita al sector tecnológico. Los empleos de primera línea, como agricultores, repartidores y trabajadores de la construcción, experimentarán un crecimiento significativo en términos absolutos. Simultáneamente, las profesiones relacionadas con la salud y la educación también crecerán, impulsadas por cambios demográficos y una creciente demanda de servicios.
En contraste, empleos tradicionales como cajeros y empleados de servicios postales enfrentan una disminución rápida debido a la automatización. Además, los costos de vida en aumento, las tensiones geopolíticas y los cambios en la estructura demográfica están remodelando las perspectivas laborales. Por ejemplo, el envejecimiento de la población en países desarrollados está impulsando la demanda de profesionales del cuidado de la salud.
Las habilidades del futuro
El Informe sobre el Futuro del Empleo 2025 subraya que las habilidades más demandadas para 2030 combinarán competencias tecnológicas y humanas. En el ámbito técnico, la IA, el big data y la ciberseguridad lideran la lista. Por otro lado, habilidades como el pensamiento analítico, la resiliencia y la colaboración seguirán siendo cruciales.
Se estima que el 59% de la fuerza laboral global necesitará mejorar o readaptar sus capacidades para mantenerse relevante en el mercado laboral. Esto refleja un cambio hacia una colaboración hombre-máquina, donde la tecnología actúa como un complemento en lugar de un sustituto.
Transformación demográfica y laboral
Los cambios demográficos también están jugando un papel crucial. Mientras que en los países desarrollados el envejecimiento de la población aumenta la demanda de trabajadores en el sector de la salud, en regiones con poblaciones jóvenes, como África subsahariana, se está gestando un auge en la educación y el emprendimiento. Estas diferencias regionales subrayan la necesidad de estrategias personalizadas para abordar las disparidades en las tendencias laborales globales.
Impacto económico y tensiones geopolíticas
Además de las fuerzas tecnológicas y demográficas, factores económicos y geopolíticos también están configurando el mercado laboral. La inflación y la desaceleración económica podrían desplazar 6 millones de empleos adicionales hacia 2030. Al mismo tiempo, las tensiones internacionales están afectando las cadenas de suministro y, por ende, las oportunidades de empleo en sectores como la manufactura y la logística.
Colaboración hombre-máquina: Una visión optimista
A pesar de los desafíos, el informe del WEF adopta un tono optimista sobre el futuro de las tecnologías como la IA generativa. En lugar de reemplazar a los humanos, estas herramientas tienen el potencial de “aumentar” las capacidades humanas a través de una colaboración efectiva. Este enfoque subraya la importancia continua de las habilidades centradas en el ser humano, como la empatía y la creatividad.
Saadia Zahidi, directora general del WEF, destaca que “si bien la IA está reconfigurando industrias, su impacto más significativo podría ser su capacidad para transformar cómo los humanos trabajan y crean”. En este contexto, las empresas deben enfocarse en estrategias que combinen tecnología y talento humano para garantizar un futuro laboral inclusivo y sostenible.
Adaptarse o quedar rezagado
El futuro del empleo no está grabado en piedra, sino que depende de cómo gobiernos, empresas y trabajadores respondan a los desafíos y oportunidades de la revolución tecnológica. La clave radica en la inversión en educación y capacitación, así como en la adopción de políticas que promuevan la colaboración entre humanos y máquinas.
En última instancia, la transformación laboral impulsada por la IA y otras tecnologías emergentes podría convertirse en un catalizador para una economía más inclusiva, si se maneja con cuidado. La adaptabilidad y la disposición para adquirir nuevas habilidades serán los pilares sobre los que se construirán las carreras del futuro.
Con estos cambios en el horizonte, el mensaje es claro: el futuro del empleo dependerá no solo de las máquinas, sino también de cómo los humanos respondan a esta nueva era de oportunidades y retos.