WASHINGTON, Oct 12 (Reuters) — La Administración Federal de Aviación (FAA) otorgó el sábado una licencia esperada para el quinto lanzamiento de prueba de Starship de SpaceX, programado para el domingo. El lanzamiento, que se llevará a cabo desde la base de operaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas, marca un avance importante en los esfuerzos de la empresa para reutilizar de manera rápida y rentable sistemas de lanzamiento de cohetes.
Un lanzamiento ambicioso para SpaceX
Starship, un sistema completo y reutilizable compuesto por el cohete Super Heavy y la nave Starship, fue diseñado con el objetivo de transportar carga y tripulación hacia la órbita terrestre, la Luna y otros destinos en el espacio profundo. El ensayo de mañana está programado para intentar algo inusual: el cohete Super Heavy, de 71 metros de altura, tratará de regresar a la estructura de aterrizaje para ser capturado en el aire por un par de brazos mecánicos, conocidos coloquialmente como “chopsticks”. Mientras tanto, la nave Starship se dirigirá al Océano Índico para una maniobra de aterrizaje controlado, alrededor de una hora después del despegue.
Este vuelo de prueba, si es exitoso, establecería un precedente clave para el programa de SpaceX: demostrar que es posible recuperar y reutilizar rápidamente las partes del sistema Starship/Super Heavy. La rápida reutilización de cohetes es crucial para los objetivos a largo plazo de SpaceX, que incluyen reducir significativamente los costos de lanzamientos espaciales y facilitar la exploración espacial tripulada, incluido el ambicioso proyecto de llevar astronautas a Marte.
La disputa pública entre SpaceX y la FAA
El camino hacia este lanzamiento no ha sido fácil. La relación entre SpaceX y la FAA ha sido tensa y, en varias ocasiones, conflictiva. Elon Musk, CEO de SpaceX, ha expresado abiertamente su frustración con la agencia reguladora. Según Musk, la FAA ha impuesto restricciones y multas que han ralentizado el progreso de sus proyectos. De hecho, Musk ha llegado a pedir la renuncia de Mike Whitaker, administrador de la FAA, e incluso ha amenazado con emprender acciones legales contra la agencia por supuesta «extralimitación regulatoria».
En una declaración reciente, Musk criticó una multa de $633,000 impuesta a SpaceX debido a problemas en lanzamientos anteriores del Falcon 9, el cohete insignia de la compañía. Según Musk, esta multa es una represalia injusta y políticamente motivada, una acusación que ha generado polémica en los círculos regulatorios y empresariales.
Obstáculos y desafíos previos a la aprobación
La FAA tenía inicialmente previsto tomar una decisión sobre la licencia de Starship en noviembre, pero sorprendió al adelantar la aprobación al 12 de octubre. La demora original se debió a que, según la FAA, SpaceX no había cumplido con ciertos requisitos, incluyendo la presentación de un informe actualizado sobre el «boom sónico» generado por el lanzamiento. También existía la controversia sobre el sistema de diluvio de agua utilizado en las instalaciones de Texas, que según la FAA no contaba con los permisos estatales y federales necesarios para operar en el despegue.
SpaceX, en respuesta, afirmó que estos reclamos eran infundados y que el agua utilizada en el sistema era potable y no violaba ninguna normativa ambiental. La compañía argumentó que cada muestra de agua utilizada mostraba niveles de contaminantes por debajo de los estándares permitidos. Finalmente, el gobierno de Texas y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) validaron el cumplimiento de SpaceX con la Ley de Agua Limpia.
La misión y el futuro de Starship
Cada hito en el lanzamiento de Starship se enmarca dentro de una misión mayor: el desarrollo de una tecnología de reutilización completa que permita el rápido reabastecimiento y el uso repetido de cohetes. Con esto, SpaceX busca revolucionar los costos de la exploración espacial y alcanzar el objetivo final de llevar humanos a Marte. La nave Starship está destinada a convertirse en el vehículo de aterrizaje para los astronautas de la NASA en futuras misiones lunares, específicamente en la misión Artemis III, prevista para 2026.
Además, SpaceX espera que Starship desempeñe un papel fundamental en misiones aún más ambiciosas, como la colonización de Marte. Para lograr estos objetivos, es crucial que los ensayos actuales sean exitosos y que SpaceX consiga implementar una cadena de lanzamiento constante y segura.
Los desafíos regulatorios y legales
A pesar de los avances, la relación de SpaceX con los reguladores federales sigue siendo un desafío. A principios de año, la FAA impuso una suspensión temporal sobre los vuelos de prueba de Starship debido a un incidente de seguridad pública en 2020, cuando SpaceX lanzó el prototipo Starship SN8 sin la aprobación adecuada. La FAA expresó su preocupación por la falta de cumplimiento en materia de seguridad, lo cual Musk consideró una medida excesiva, aunque luego suavizó su tono, reconociendo que en la mayoría de los casos la agencia no causa retrasos significativos.
Recientemente, la FAA confirmó que SpaceX está en cumplimiento con las normas de calidad de agua luego de recibir la confirmación de las autoridades de Texas y de la EPA en agosto y septiembre. Como resultado, SpaceX podrá avanzar en futuros lanzamientos sin enfrentar más retrasos por este motivo.
El día del lanzamiento: lo que está en juego
El próximo lanzamiento de Starship está previsto para el domingo en un margen de 30 minutos a partir de las 7 a.m. (hora central). En esta ocasión, el objetivo es realizar una serie de maniobras que podrían allanar el camino para el futuro de los vuelos espaciales reutilizables. Si Starship y el Super Heavy logran cumplir con sus objetivos de aterrizaje controlado, SpaceX podría estar un paso más cerca de su meta de reutilización completa, una tecnología que permitirá una reducción en los costos de los viajes espaciales sin precedentes.
La expectativa en la comunidad espacial y entre los seguidores de SpaceX es alta, y se espera que esta prueba marque un hito significativo para la empresa de Musk. Además, el éxito del lanzamiento podría fortalecer la posición de SpaceX frente a la FAA, demostrando que sus innovaciones son seguras y confiables, y que la compañía puede operar dentro de los márgenes regulatorios establecidos, a pesar de las diferencias de opinión.
La aprobación de la FAA para el quinto lanzamiento de Starship refleja tanto los logros como las fricciones entre SpaceX y los reguladores federales. A medida que SpaceX se esfuerza por reducir los costos de los viajes espaciales y expandir el alcance de la humanidad en el espacio, las tensiones regulatorias y legales seguirán presentes. La empresa de Elon Musk continúa desafiando los límites de la tecnología espacial y de la regulación, con la vista puesta en la Luna, Marte y más allá.
El éxito de la misión Starship 5 no solo es un paso hacia la reutilización completa de los cohetes, sino también un recordatorio de las complejidades inherentes a los logros de vanguardia.