El 14 de octubre de 2025 marcará un punto de inflexión en la trayectoria de millones de usuarios de Microsoft, ya que la compañía dejará de ofrecer soporte para las aplicaciones de Microsoft 365 (anteriormente conocidas como Office) en dispositivos que utilicen Windows 10. Este anuncio forma parte de una estrategia amplia para acelerar la transición hacia Windows 11, el sistema operativo más reciente de Microsoft, que promete mayor seguridad, mejor rendimiento y nuevas funcionalidades. ¿Qué significa este cambio y cómo puede afectar a usuarios particulares y empresas? En este artículo, exploramos los detalles clave de esta medida y las opciones disponibles para los usuarios.
La transición hacia Windows 11
Microsoft ha dejado clara su intención de priorizar Windows 11 como la plataforma de referencia para el futuro. Yusuf Mehdi, vicepresidente ejecutivo de Microsoft, ha declarado que “2025 será el año de la actualización del PC con Windows 11”. La compañía está apostando por esta versión como un paso esencial para garantizar la compatibilidad con las últimas tecnologías y actualizaciones de software.
Aunque muchos usuarios todavía utilizan Windows 10, las cifras de adopción de Windows 11 no han alcanzado las expectativas iniciales de Microsoft. Por esta razón, la compañía ha implementado varias iniciativas para fomentar el cambio, desde notificaciones en pantalla completa que incentivan la compra de nuevos equipos hasta campañas que destacan las ventajas de actualizar el sistema operativo.
¿Qué implica el fin del soporte para Microsoft 365 en Windows 10?
El fin del soporte significa que, aunque las aplicaciones de Microsoft 365 seguirán funcionando en Windows 10 después de octubre de 2025, estas ya no recibirán actualizaciones ni parches de seguridad. Esto podría dar lugar a problemas de rendimiento, fiabilidad y, lo que es más preocupante, a vulnerabilidades de seguridad. Este escenario supone un riesgo significativo para empresas y usuarios particulares que dependen de herramientas como Word, Excel y Outlook en su rutina diaria.
La falta de soporte también podría limitar el acceso a nuevas funciones que Microsoft introduzca en sus aplicaciones de Microsoft 365, lo que podría dejar a los usuarios en desventaja frente a aquellos que ya hayan migrado a Windows 11.
El obstáculo del hardware
Uno de los mayores desafíos para la transición a Windows 11 es su estricta lista de requisitos de hardware. Para instalar este sistema operativo, los dispositivos deben contar con el Módulo de Plataforma Segura (TPM) 2.0, un componente obligatorio que no está presente en muchos equipos antiguos. Esto implica que numerosos usuarios se verán obligados a actualizar sus dispositivos si desean seguir utilizando Microsoft 365 con soporte completo.
Esta situación ha generado críticas por parte de algunos usuarios, quienes consideran que sus equipos actuales son perfectamente funcionales y no justifican el gasto de adquirir uno nuevo. Además, el costo asociado a esta transición podría ser un obstáculo significativo para hogares y pequeñas empresas con recursos limitados.
Opciones para los usuarios de Windows 10
Para aquellos que no pueden actualizar a Windows 11 debido a limitaciones de hardware, Microsoft ofrece una solución temporal a través del programa de Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU). Este programa permite a los usuarios particulares pagar una tarifa de $30 por un año adicional de soporte de seguridad, mientras que las empresas pueden optar por extensiones de hasta tres años, aunque a un costo mucho más elevado.
Sin embargo, este programa no está diseñado como una solución a largo plazo, sino como un respiro temporal para quienes necesitan más tiempo para planificar la transición. En última instancia, la migración a Windows 11 o la adquisición de nuevos equipos será inevitable para la mayoría de los usuarios.
Estrategias de Microsoft para impulsar la adopción de Windows 11
Microsoft ha implementado diversas tácticas para incentivar la transición hacia Windows 11. Además de las notificaciones a pantalla completa en Windows 10, la compañía ha enfatizado los beneficios de su última versión, como una mayor seguridad, mejor integración con herramientas en la nube y una experiencia de usuario más moderna.
No obstante, estas estrategias no han estado exentas de controversia. Algunos usuarios han expresado su descontento con las constantes recomendaciones para actualizar, argumentando que debería permitirse a los consumidores decidir cómo y cuándo realizar el cambio.
¿Cómo prepararse para la transición?
Con la fecha límite de octubre de 2025 cada vez más cerca, es esencial que los usuarios comiencen a planificar su próximo paso. Aquí hay algunas recomendaciones clave:
- Evaluar el estado del hardware actual: Comprueba si tu dispositivo cumple con los requisitos mínimos para Windows 11. Microsoft ofrece una herramienta gratuita llamada PC Health Check para realizar esta verificación.
- Considerar la actualización del equipo: Si tu dispositivo no es compatible con Windows 11, podría ser el momento de considerar la adquisición de un nuevo equipo. Investiga las promociones disponibles y elige un dispositivo que se ajuste a tus necesidades y presupuesto.
- Aprovechar el programa ESU: Si necesitas más tiempo para la transición, evalúa la opción de adquirir las Actualizaciones de Seguridad Extendidas para mantener tu sistema protegido mientras haces el cambio.
- Capacitación en nuevas funcionalidades: Familiarízate con las características de Windows 11 y las mejoras en Microsoft 365 para garantizar una transición sin problemas.
El fin del soporte para Microsoft 365 en Windows 10 representa un cambio significativo en la estrategia de Microsoft y un desafío para millones de usuarios en todo el mundo. Si bien la transición a Windows 11 ofrece numerosas ventajas en términos de seguridad y funcionalidades, también plantea retos, especialmente para aquellos con dispositivos incompatibles.
Con una planificación adecuada y el aprovechamiento de las opciones disponibles, los usuarios pueden minimizar el impacto de este cambio y prepararse para un futuro donde Windows 11 será la norma. La clave estará en mantenerse informado y tomar decisiones proactivas para adaptarse a esta nueva realidad tecnológica.