Antes de que Edwin Hubble revolucionara la cosmología con su descubrimiento en 1929 de que las galaxias se alejan unas de otras, el universo se consideraba eterno y estático. Incluso Albert Einstein sostenía esta visión. Pero ese hallazgo cambió todo: si las galaxias se alejan, el universo se expande, y si se expande, tuvo un origen: el Big Bang.
Décadas más tarde, el telescopio espacial que lleva su nombre demostraría algo aún más sorprendente: esa expansión se acelera. Así nació el concepto de energía oscura, una fuerza invisible que impulsa el crecimiento del cosmos y que aún desafía toda explicación.
El lanzamiento del Hubble: una nueva era
El 24 de abril de 1990, la NASA lanzó al espacio el telescopio Hubble a bordo del transbordador Discovery. Ubicado a 515 km de la Tierra, el observatorio prometía imágenes sin distorsión atmosférica y datos sin precedentes. Pero el comienzo no fue fácil. Un defecto en su espejo primario provocó imágenes borrosas y puso en jaque toda la misión. En 1993, astronautas lograron reparar el telescopio en una misión histórica. A partir de entonces, todo cambió.
Dimensiones colosales para un ojo privilegiado
Con 13.2 metros de largo y un peso de más de 12 000 kilos, el Hubble es comparable a un autobús escolar. Sus paneles solares alimentan seis baterías que lo mantienen operativo incluso en las zonas de sombra. Su espejo de 2.4 metros capta luz de objetos 10 000 millones de veces más tenues que los visibles a simple vista.
Este telescopio reflector tipo Cassegrain capta luz en el espectro visible, ultravioleta e infrarrojo, permitiendo observar detalles inalcanzables para los telescopios terrestres.
Descubrimientos que cambiaron la ciencia
Desde su puesta en órbita, el Hubble ha realizado más de 1,6 millones de observaciones y generado más de 22 000 artículos científicos. Entre sus mayores contribuciones están:
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La aceleración del universo: Sus mediciones confirmaron que el universo no solo se expande, sino que lo hace más rápido con el tiempo. Esta evidencia fue clave para que en 2011 se otorgara el Nobel de Física al descubrimiento de la energía oscura.
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Evidencia de agujeros negros: En 1992, detectó signos del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia M87, cuya primera imagen directa llegaría en 2019 gracias al Telescopio del Horizonte de Sucesos.
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Miles de exoplanetas: En 1990 no se conocía ningún planeta fuera del sistema solar. Hoy, gracias al Hubble y misiones complementarias, se han confirmado miles.
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La edad del universo: Sus observaciones permitieron precisar la edad del cosmos en unos 13.8 mil millones de años.
Las imágenes que nos acercaron al infinito
El Hubble no solo cambió la ciencia, también conmovió al mundo con algunas de las imágenes más impresionantes del universo:
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Los Pilares de la Creación (1995): Esta imagen de la nebulosa del Águila reveló columnas de gas interestelar a 6 500 años luz, y se convirtió en un ícono cultural.
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Campo profundo del Hubble (HDF-N): En 1995, el telescopio apuntó durante 10 días a una zona aparentemente vacía del cielo. El resultado: más de 3 000 galaxias cuando el universo tenía solo 800 millones de años.
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Cúmulo Abell 2218: Un ejemplo de lente gravitacional, donde la gravedad curva la luz de galaxias lejanas.
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Erupción de Eta Carinae: Una estrella que explotó hace 150 años, generando ondas masivas de gas.
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Colisión de galaxias Antena: Una danza galáctica iniciada hace 200 millones de años, captada en plena fusión.
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La nebulosa del Cangrejo: Restos de una supernova documentados en impresionantes detalles.
El cronista del tiempo cósmico
La longevidad del Hubble ha permitido estudiar los mismos objetos en distintos momentos. Así, ha registrado tormentas en Saturno, cambios estacionales en Marte, choques de asteroides y evolución de supernovas.
Este seguimiento temporal convierte al Hubble en una especie de cronista del cosmos, capaz de revelar no solo la estructura del universo, sino su historia dinámica.
Una herramienta científica y emocional
El impacto del Hubble trasciende lo técnico. Sus imágenes despertaron el interés popular por la astronomía y acercaron el cosmos a millones de personas. Sus colores, formas y magnitud conectan la ciencia con la emoción humana. Como afirma la NASA, el Hubble muestra un universo “impresionante, misterioso y hermoso, y al mismo tiempo, caótico, abrumador y premonitorio”.
El futuro del Hubble y su legado
Aunque su vida útil original era de 15 años, el Hubble sigue activo tras cinco misiones de mantenimiento. La NASA estima que podría seguir funcionando hasta 2036. Para entonces, un dispositivo instalado en 2009 permitirá su captura y reingreso seguro a la atmósfera terrestre, donde se desintegrará.
Pero su legado continuará. El Telescopio Espacial James Webb, lanzado en 2021, ya trabaja en conjunto con el Hubble. Mientras este observa en el espectro visible y UV, el Webb explora el infrarrojo profundo, permitiendo estudios complementarios sobre la formación estelar y los primeros instantes del universo.
Además, la NASA ya planifica el Observatorio de Mundos Habitables, sucesor conceptual del Hubble, con tecnología capaz de detectar signos de vida en planetas rocosos cercanos.
Un ojo que transformó nuestra mirada al cielo
El Hubble no es solo una herramienta científica. Es un símbolo del ingenio humano y de nuestra insaciable curiosidad por el cosmos. Cambió nuestra comprensión del universo y abrió caminos a nuevas preguntas.
A sus 35 años, el telescopio sigue siendo un faro de descubrimiento. Su legado es incalculable. Y mientras permanezca en órbita, seguirá desentrañando los secretos del espacio, imagen tras imagen, revelando la majestuosidad del universo y el lugar que ocupamos en él.