El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció el lunes una propuesta que busca prohibir la venta e importación de vehículos inteligentes que utilicen tecnología específica de China o Rusia, debido a riesgos de seguridad nacional. Esta medida, que forma parte de una investigación del gobierno iniciada en febrero, tiene como objetivo evitar posibles ataques cibernéticos y la recopilación de datos personales de los conductores.
Riesgos de sabotaje y espionaje
La Secretaria de Comercio, Gina Raimondo, explicó que la investigación reveló una serie de riesgos relacionados con el uso de software y hardware de origen chino y ruso en vehículos operando en Estados Unidos. Entre las preocupaciones más graves se encuentra la posibilidad de que, en situaciones extremas, un adversario extranjero pudiera tomar control remoto de múltiples vehículos al mismo tiempo, provocando accidentes o bloqueando carreteras. Raimondo añadió que también existe el riesgo de que se recopilen datos sensibles sobre los conductores, como la dirección de su domicilio, los lugares que frecuentan, y las escuelas de sus hijos.
Alcance de la prohibición
La prohibición propuesta no afectaría a los vehículos que ya están circulando en el país, pero sí se aplicaría a los vehículos nuevos a partir del año modelo 2027 para el software, y 2030 para el hardware. Esto da a las automotrices un margen de tiempo para realizar los cambios necesarios en su cadena de suministro.
El objetivo principal de la normativa es proteger a los consumidores estadounidenses de posibles amenazas cibernéticas, considerando que los vehículos modernos dependen cada vez más de tecnologías conectadas. Estas tecnologías incluyen Bluetooth, Wi-Fi y comunicaciones celulares, que permiten que los vehículos interactúen con el entorno externo. Además, la propuesta prohíbe el uso de componentes fabricados en Rusia o China que faciliten la operación de vehículos autónomos sin conductor.
Un contexto de tensiones entre Estados Unidos y China
Esta medida se enmarca en la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, por asegurar el control sobre las cadenas de suministro de tecnologías clave, como los semiconductores y el software de inteligencia artificial. China ha invertido fuertemente en el mercado de vehículos conectados y ha ganado terreno rápidamente en Europa, lo que ha generado preocupación entre las autoridades estadounidenses.
En Europa, los vehículos eléctricos de origen chino han aumentado su cuota de mercado, alcanzando el 7.6% en 2023, más del doble en comparación con 2020. Este crecimiento ha generado inquietudes sobre los posibles riesgos de seguridad asociados con el uso de software y hardware chinos en los vehículos, y se ha convertido en un ejemplo de advertencia para Estados Unidos. Según un funcionario de alto rango de la administración estadounidense, el hecho de que los datos de los vehículos terminen en China es una clara amenaza a la seguridad nacional.
Consecuencias para la industria automotriz
Aunque el uso de software chino y ruso en vehículos en Estados Unidos es actualmente mínimo, el panorama es más complejo en el caso del hardware. Existen más componentes chinos en los vehículos estadounidenses que software, y reemplazar estos componentes podría ser un desafío significativo para la industria automotriz. Cambiar el hardware requeriría modificaciones en los procesos de ingeniería y en las líneas de ensamblaje, lo que explica por qué las restricciones en hardware tomarían efecto más tarde que las de software.
John Bozzella, CEO de la Alianza para la Innovación Automotriz, advirtió que las nuevas regulaciones podrían obligar a algunos fabricantes de automóviles a buscar rápidamente nuevos proveedores de componentes, lo que sería un desafío dada la complejidad de la cadena de suministro global. Sin embargo, Bozzella afirmó que las automotrices comparten el objetivo del gobierno de proteger la seguridad nacional.
Críticas y respuesta de China
El gobierno chino ha negado rotundamente las acusaciones estadounidenses sobre la supuesta infiltración de hackers chinos en infraestructuras críticas de Estados Unidos. En respuesta a las nuevas regulaciones propuestas, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, declaró que su país se opone a la ampliación del concepto de seguridad nacional por parte de Estados Unidos y a las acciones discriminatorias contra las empresas y productos chinos. Lin instó a Estados Unidos a respetar los principios del mercado y proporcionar un entorno empresarial justo y no discriminatorio para las empresas chinas.
Apoyo a los trabajadores automotrices estadounidenses
El mismo día en que se anunció la prohibición propuesta, la Casa Blanca lanzó una serie de iniciativas para apoyar a los trabajadores automotrices, en particular en el estado clave de Michigan. Entre estas iniciativas se encuentran $1,000 millones en financiamiento para proveedores automotrices pequeños y medianos, así como programas de capacitación para trabajadores que se enfocan en empleos dentro de la cadena de suministro automotriz, incluida la instalación de estaciones de carga para vehículos eléctricos.
Estas medidas reflejan el compromiso de la administración Biden con los trabajadores sindicalizados del sector automotriz, un grupo crucial de votantes en estados del Medio Oeste como Michigan. El presidente Biden se convirtió en el primer presidente en visitar una línea de piquete durante una huelga de la UAW (United Auto Workers), y ha hecho del apoyo a los sindicatos una parte clave de su mensaje político.
La vicepresidenta Kamala Harris también ha jugado un papel destacado en el apoyo a los trabajadores automotrices, con múltiples visitas a Michigan para promover las nuevas iniciativas. Según un comunicado de la Casa Blanca, Harris destacó la importancia de invertir en las comunidades con experiencia histórica en manufactura, como Detroit, para impulsar la clase media y el crecimiento económico.
La propuesta de prohibición de vehículos inteligentes con tecnología china y rusa refleja la creciente preocupación de Estados Unidos por la seguridad cibernética y el control de datos en un mundo cada vez más digitalizado. Si bien los desafíos logísticos para la industria automotriz son considerables, el gobierno estadounidense considera que las amenazas a la seguridad nacional justifican esta acción preventiva. A medida que la tecnología en los vehículos continúa avanzando, la protección de los datos y la seguridad de los conductores serán temas clave en las futuras políticas regulatorias de Estados Unidos.