En el vasto lienzo del cosmos, un fenómeno de magnitudes titánicas revela los secretos de las «tierras raras«, elementos esenciales para nuestra tecnología terrestre.
Las «tierras raras» son elementos químicos cruciales en la construcción del entramado tecnológico que define nuestra civilización moderna. Sin embargo, durante mucho tiempo su origen cósmico había sido un enigma. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y de la Universidad de Málaga (UMA) ha logrado arrojar luz sobre este misterio, gracias al colosal evento estelar asociado al GRB 230307A.
El estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature, confirma la conexión entre las kilonovas y la producción de elementos pesados en el universo, desentrañando así el enigma detrás de las «tierras raras».
Las kilonovas, eventos astronómicos explosivos y energéticos, resultan de la fusión de dos estrellas de neutrones o de una estrella de neutrones con un agujero negro o una estrella enana blanca. En el caso del GRB 230307A, las dos estrellas de neutrones fusionadas se separaron durante miles de años antes de finalmente unirse y explotar en una colosal kilonova.
Este raro fenómeno estelar desencadenó la síntesis de elementos más pesados que el hierro, incluidos los lantánidos, conocidos como «tierras raras». Gracias a observaciones realizadas con telescopios sensibles como el Telescopio Espacial Hubble y el Telescopio Espacial James Webb, los científicos pudieron seguir la evolución de la kilonova hasta dos meses después de la explosión, revelando la producción de estos valiosos elementos.
El análisis detallado de las observaciones confirmó la presencia de lantánidos en el material expulsado tras la fusión estelar. Estos elementos, fundamentales en numerosas aplicaciones tecnológicas, se formaron a través del rápido proceso de captura de neutrones, conocido como proceso r.
La importancia de este descubrimiento trasciende las fronteras, con la colaboración internacional liderada por investigadores como Yuhan Yang y Eleonora Troja de la Universidad de Roma Tor Vergata. El estudio, que contó con datos ópticos del telescopio SOAR en Chile, confirma el papel fundamental de las kilonovas en la creación de elementos pesados en el universo.
En resumen, este avance científico revela el origen cósmico de las «tierras raras» y subraya su importancia en la tecnología moderna. Desde el corazón de las estrellas hasta los laboratorios terrestres, estas valiosas piezas del rompecabezas cósmico continúan inspirando la exploración científica y tecnológica de nuestro mundo y más allá.