La República Democrática del Congo (RDC) ha iniciado una ofensiva legal contra Apple Inc. en Francia y Bélgica, acusando a la gigante tecnológica de utilizar minerales extraídos ilegalmente de zonas de conflicto. Estas acciones representan un esfuerzo por parte del gobierno congoleño para responsabilizar a las corporaciones internacionales por su presunta implicación en la explotación de recursos naturales que perpetúan la violencia en el este del país.
Contexto de la demanda
La región oriental de la RDC es rica en minerales esenciales para la industria tecnológica, como el estaño, el tantalio y el tungsteno (“minerales 3T”), que se utilizan en la fabricación de dispositivos como iPhones y computadoras. Sin embargo, esta riqueza también ha sido una fuente de conflicto durante décadas, ya que grupos armados y milicias han controlado minas, utilizando los ingresos para financiar sus actividades.
Las demandas presentadas en París y Bélgica, según el bufete de abogados Amsterdam & Partners LLP, acusan a Apple de encubrimiento de crímenes de guerra, lavado de minerales contaminados y prácticas comerciales engañosas. El gobierno congoleño sostiene que la empresa ha integrado en su cadena de suministro minerales extraídos ilegalmente, lo que agrava los conflictos en la región.
Alegaciones contra Apple
Las denuncias alegan que Apple utiliza minerales que han sido “blanqueados” a través de cadenas de suministro internacionales. Este proceso supuestamente permite que minerales de zonas de conflicto se mezclen con otros de origen certificado, evitando así el escrutinio. Además, las autoridades congoleñas critican el esquema de certificación ITSCI, que Apple emplea para verificar la procedencia de los minerales. Este sistema, según los abogados del Congo, carece de efectividad y ha sido cuestionado incluso por la Iniciativa de Minerales Responsables (RMI), de la que Apple es miembro.
Otro punto clave es la acusación de prácticas comerciales engañosas. Las demandas argumentan que Apple asegura a los consumidores que sus productos son fabricados con minerales de fuentes responsables, mientras que en realidad su cadena de suministro está “contaminada” con minerales de sangre.
Respuesta de Apple
En respuesta a estas acusaciones, Apple ha defendido su compromiso con el abastecimiento responsable. En su informe de 2023 a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos, la empresa afirmó que no compra minerales primarios directamente y que todos sus proveedores deben someterse a auditorías independientes para garantizar el cumplimiento de altos estándares.
Apple también declaró que en 2023 eliminó 14 fundiciones y refinerías que no cumplían con sus requisitos. Además, la empresa ha incrementado el uso de materiales reciclados en sus productos, incluyendo un 99% de tungsteno reciclado y cobalto 100% reciclado en baterías diseñadas para el iPhone 16.
“Estamos profundamente comprometidos con el abastecimiento responsable y exigimos a nuestros proveedores los más altos estándares de la industria”, señaló Apple. La compañía también indicó que debido al aumento de la violencia en la región a principios de 2024, instruyó a sus proveedores a suspender el abastecimiento de minerales provenientes de la RDC y Ruanda, al considerar que las auditorías independientes ya no podían garantizar la debida diligencia requerida.
La compleja situación en el Congo
El este del Congo ha sido una zona de conflictos armados desde hace casi tres décadas. Estas disputas han involucrado a fuerzas armadas nacionales, milicias locales y grupos insurgentes, que luchan por el control de los recursos minerales. Además, el gobierno congoleño acusa a Ruanda de facilitar el contrabando de minerales y oro a través de su territorio, una alegación que el gobierno ruandés niega vehementemente.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, la RDC y Ruanda produjeron más del 60% del tantalio utilizado en dispositivos electrónicos portátiles en 2023. Este dato subraya la importancia de estos recursos para la industria tecnológica global, pero también pone de manifiesto los riesgos asociados con su explotación no regulada.
Impacto y objetivos de las demandas
Estas denuncias marcan el primer intento del Congo por llevar ante la justicia a corporaciones internacionales en un esfuerzo por frenar la explotación ilegal de sus recursos naturales. Además de buscar justicia, el gobierno también espera generar conciencia sobre la conexión entre los productos electrónicos de consumo y los conflictos armados en su país.
“El equipo jurídico internacional del Congo tiene la tarea de perseguir a personas y empresas involucradas en la extracción, suministro y comercialización de recursos naturales que han impulsado un ciclo de violencia y conflicto”, explicó el bufete Amsterdam & Partners LLP. Además, el gobierno congoleño considera que los sistemas judiciales de Francia y Bélgica, con su enfoque en la responsabilidad corporativa, son adecuados para llevar a cabo estas acciones legales.
La responsabilidad de las empresas tecnológicas
El caso contra Apple plantea una pregunta más amplia sobre la responsabilidad de las empresas tecnológicas en la gestión de sus cadenas de suministro. Aunque muchas empresas han implementado políticas de abastecimiento responsable, los sistemas de certificación y auditoría actuales a menudo son insuficientes para garantizar que los minerales de conflicto no ingresen a sus productos.
La creciente presión de los consumidores y las organizaciones de derechos humanos podría obligar a las empresas a adoptar medidas más estrictas para monitorear sus cadenas de suministro. Sin embargo, también es necesario un enfoque coordinado entre gobiernos, organizaciones internacionales y el sector privado para abordar las raíces de los conflictos en la RDC.
Reflexiones finales
Las demandas presentadas por la RDC contra Apple representan un paso significativo en la lucha por la justicia económica y social en una región devastada por la violencia. Este caso podría sentar un precedente importante, no solo para la industria tecnológica, sino también para otras industrias que dependen de recursos extraídos en zonas de conflicto.
Mientras tanto, el mundo seguirá observando cómo se desarrollan estas acciones legales y si logran impulsar cambios reales en las prácticas de las grandes corporaciones.