La guerra comercial entre Estados Unidos y China sigue generando repercusiones significativas en la industria tecnológica. En esta ocasión, Acer, uno de los gigantes de la computación, ha confirmado un aumento del 10% en sus precios dentro del mercado estadounidense. Esta decisión se debe a los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump a los productos manufacturados en China, lo que afecta directamente a los consumidores y a la estructura de costos de la empresa taiwanesa.
Un ajuste inevitable para el mercado estadounidense
Jason Chen, CEO y presidente de Acer, anunció en una entrevista con The Telegraph que el incremento en los precios se aplicará «por defecto» a partir de marzo, afectando especialmente a las laptops producidas en China. En los modelos de gama alta, que actualmente alcanzan precios de hasta $3,700, esto podría significar un sobrecosto de varios cientos de dólares para los consumidores.
Este aumento llega en un momento crucial para la industria tecnológica, ya que aproximadamente el 80% de las laptops importadas a Estados Unidos provienen de China. Acer, que ocupa la quinta posición en ventas de computadoras en el país, solo superada por HP, Dell, Lenovo y Apple, enfrenta un desafío significativo para mantener su competitividad en el mercado.
Alternativas a la dependencia de China
Ante la presión generada por los aranceles, Acer está explorando alternativas para diversificar su cadena de suministro. Chen reveló que la empresa está evaluando la posibilidad de trasladar parte de su producción fuera de China, incluyendo a Estados Unidos. Esta estrategia no es nueva para la compañía, ya que durante el primer mandato de Trump, cuando se impusieron aranceles del 25%, Acer movió el ensamblaje de computadoras de escritorio a otras regiones.
Sin embargo, trasladar la producción a Estados Unidos podría implicar costos de manufactura significativamente más altos que los de China, lo que podría traducirse en un aumento aún mayor en los precios para los consumidores.
Impacto económico de los aranceles en EE.UU.
Según la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA), los aranceles podrían costar a los consumidores estadounidenses hasta $143 mil millones y generar una caída considerable en las ventas del sector. A pesar de que el arancel del 10% es menor que las amenazas iniciales de la administración Trump, el impacto en la industria sigue siendo considerable.
Durante su campaña electoral, Trump aseguró que los aranceles no afectarían los precios para los consumidores. No obstante, en recientes declaraciones, admitió que los precios «podrían subir algo a corto plazo», aunque insistió en que a largo plazo se vería un beneficio en la creación de empleos. Sin embargo, la producción local de computadoras conlleva costos más altos, lo que podría anular cualquier ventaja competitiva derivada de la reducción de dependencia de China.
Posibles estrategias de mercado
El aumento de precios de Acer podría generar un efecto en cadena dentro del sector. Chen advirtió que algunas empresas podrían aprovechar la situación para incrementar sus precios más allá del 10% derivado de los aranceles. Esto podría provocar una reestructuración de estrategias de precios en toda la industria, afectando la accesibilidad de productos tecnológicos para los consumidores estadounidenses.
Aunque la decisión de Acer de aumentar los precios ya fue tomada, la implementación podría tardar algunas semanas en hacerse efectiva, debido a que los aranceles no aplican a los productos que salieron de China antes de febrero. Esto brinda una ventana de oportunidad para los consumidores que buscan adquirir equipos a los precios actuales antes de la subida.
El anuncio de Acer es un reflejo del impacto continuo de la guerra comercial entre Estados Unidos y China en la industria tecnológica. A medida que las empresas buscan mitigar los efectos de los aranceles, los consumidores son los primeros en verse afectados por el incremento de precios.
Si bien la estrategia de diversificación de la producción puede reducir la dependencia de China a largo plazo, también podría generar costos más altos que impacten aún más los precios de los dispositivos electrónicos. En un escenario donde la competencia es feroz y la tecnología es esencial, Acer y otras compañías enfrentarán grandes desafíos para equilibrar costos, competitividad y satisfacción del consumidor.