Cuando se trata de café, existen innumerables tipos que despiertan pasiones, costumbres e historias alrededor del mundo. Desde los tipos clásicos que conocemos en las cafeterías hasta los tipos exóticos preparados con técnicas ancestrales, el universo del café ofrece una experiencia sensorial única. Conocer los distintos tipos no solo amplía tu paladar, sino que también te conecta con culturas lejanas y rituales de preparación que datan de siglos atrás.
Los tipos de café no son solo una cuestión de sabor, sino también de identidad. En cada rincón del planeta, las personas adoptan distintos tipos de café según el clima, la historia, la forma de vida y hasta la filosofía local. Desde el espresso italiano hasta el café turco, pasando por los tipos filtrados o prensados, cada uno aporta matices únicos. Por eso, comprender los tipos de café más populares no solo te hace un mejor consumidor, sino también un conocedor.
Descubrirás los 10 tipos de café más populares del mundo. Esta guía no solo clasifica los tipos por su fama, sino que también explica sus ingredientes, métodos de preparación y el contexto cultural que los hace especiales. Así, si eres amante del buen café o simplemente quieres probar nuevos tipos que rompan la rutina, aquí encontrarás la información ideal.
Prepárate para explorar un abanico de tipos que te inspirarán a vivir el café de una manera diferente. Porque más allá de lo cotidiano, existen tipos que no sabías que necesitabas. Y después de leer este ranking, seguramente agregarás nuevos tipos de café a tu lista de favoritos. Elige tus tipos preferidos, experimenta y permite que cada sorbo cuente una historia diferente.
1. Espresso: La base intensa del café italiano
El espresso es la esencia pura del café. Originario de Italia, se obtiene al pasar agua caliente a presión por café finamente molido, en un tiempo de extracción corto, lo que da como resultado una bebida fuerte, concentrada y aromática. Su sabor robusto lo ha convertido en el corazón de muchas otras preparaciones como el cappuccino, el macchiato o el latte.
Una de las razones por las que el espresso es uno de los tipos de café más populares del mundo es su versatilidad y rapidez. En apenas 30 segundos puedes disfrutar una dosis de energía pura. Además, contiene menos cafeína por volumen que otras preparaciones, aunque se consume en menor cantidad.
Los italianos lo toman de pie, en la barra, y sin azúcar. En otras partes del mundo se adapta al gusto local. Sea como sea, el espresso es un clásico infaltable en cualquier cultura cafetera.
2. Americano: Suavidad y volumen en cada sorbo
El café americano nació durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadounidenses diluían el espresso con agua caliente para suavizar su sabor. Esta preparación ganó popularidad rápidamente, convirtiéndose en una opción más ligera y menos intensa que el espresso.
Hoy en día, el americano es uno de los cafés más consumidos en cafeterías y oficinas. Su volumen permite disfrutarlo por más tiempo, lo que lo hace ideal para acompañar largas conversaciones, sesiones de trabajo o lectura matutina.
Su sabor puede personalizarse fácilmente: puedes tomarlo solo, con azúcar, con leche o incluso con jarabes aromatizados. Es perfecto para quienes buscan un café suave pero auténtico.
3. Cappuccino: El equilibrio perfecto entre café, leche y espuma
El cappuccino es una joya del desayuno italiano. Se prepara con un tercio de espresso, un tercio de leche caliente y un tercio de espuma de leche, logrando una textura cremosa y una armonía de sabores que encanta a millones de personas cada día.
Su nombre proviene del parecido de su color con el hábito de los monjes capuchinos. Hoy es una de las estrellas en cualquier menú de café, ideal para tomar por la mañana o en una pausa indulgente a media tarde.
Gracias a su equilibrio y textura, el cappuccino ha logrado posicionarse como uno de los tipos de café más populares del mundo, especialmente entre quienes disfrutan de una experiencia suave pero sofisticada.
4. Latte: El favorito de los amantes de la leche
El latte o café con leche es similar al cappuccino, pero con una proporción mayor de leche. Se elabora con un shot de espresso y una generosa cantidad de leche vaporizada, coronado con una fina capa de espuma.
Su sabor es suave, lácteo y menos intenso que otros cafés, lo que lo convierte en el favorito de quienes recién se inician en el mundo cafetero. Además, permite la creación de arte latte, dibujos realizados con la espuma, que aportan un toque visual y artesanal.
Este café es uno de los más consumidos en cafeterías modernas y ha dado lugar a múltiples variantes, como el latte de vainilla, de caramelo o incluso con leche vegetal.
5. Macchiato: Un toque de leche sobre la intensidad
El macchiato es ideal para quienes aman el sabor fuerte del espresso pero desean un leve contraste con la suavidad de la leche. En italiano, «macchiato» significa «manchado», y hace referencia a ese toque sutil de leche vaporizada que se agrega al espresso.
Este tipo de café ofrece una experiencia intensa pero balanceada. La pequeña cantidad de leche no oculta el sabor del café, sino que lo redondea y le da una textura ligeramente cremosa.
En algunas versiones, como el caramel macchiato, se añaden sabores dulces, muy populares en cadenas internacionales. No cabe duda de que el macchiato ha conquistado el paladar moderno.
6. Flat White: El café australiano que desafía al latte
El flat white se originó en Australia o Nueva Zelanda, y es una mezcla entre espresso y leche vaporizada con poca espuma. A diferencia del latte, tiene una textura más uniforme y un sabor más intenso debido a la menor proporción de leche.
En los últimos años, el flat white ha ganado terreno en cafeterías de todo el mundo por su equilibrio y elegancia. Se sirve en tazas pequeñas, lo que intensifica su perfil aromático.
Es uno de los cafés más populares entre los baristas y expertos del rubro, ya que requiere precisión y técnica para conseguir la textura perfecta.
7. Mocha: El placer del chocolate y el café en una taza
El café mocha es la combinación ideal para los amantes del café y el chocolate. Mezcla espresso, leche vaporizada y jarabe de chocolate, creando una bebida dulce, cremosa y reconfortante.
Suele coronarse con crema batida o espuma de leche, y es uno de los cafés más solicitados en épocas frías o como postre líquido. Su nombre proviene de la ciudad portuaria de Mocha, en Yemen, famosa por exportar granos con sabor natural a cacao.
El mocha es un excelente punto de entrada para quienes desean explorar el mundo del café sin renunciar a sabores dulces.
8. Café Turco: Tradición y sabor en cada sedimento
El café turco se prepara en una pequeña olla llamada cezve y se sirve sin filtrar, lo que deja un sedimento característico en el fondo de la taza. Se hierve con azúcar (y a veces especias como cardamomo) hasta formar espuma, y se sirve sin remover.
Este café no solo es una bebida, sino una ceremonia cultural. En Turquía y otros países del Medio Oriente, representa hospitalidad, tradición y arte.
Es fuerte, espeso y con un aroma profundo. Tomarlo es toda una experiencia sensorial e histórica.
9. Cold Brew: El café frío que conquistó el verano
El cold brew o café en frío se obtiene al infusionar café molido en agua fría durante 12 a 24 horas. El resultado es una bebida suave, menos ácida y muy refrescante.
Es ideal para climas cálidos o como alternativa al café caliente tradicional. Puede tomarse solo, con hielo, con leche o con sabores añadidos como vainilla o coco.
Su creciente popularidad en cafeterías especializadas lo ha convertido en una de las tendencias más fuertes del café actual.
10. Café Irlandés: Un toque de whisky para cerrar el día
El café irlandés combina café caliente, azúcar, whisky irlandés y crema. Se sirve en capas, con la crema flotando sobre el café, sin mezclar.
Es una bebida sofisticada, ideal como digestivo o en eventos especiales. Su origen se remonta a los años 40, cuando se ofrecía a los viajeros para combatir el frío.
No es un café cotidiano, pero su mezcla única lo convierte en uno de los más emblemáticos del mundo.