Vivimos inmersos en un universo que, a pesar de sus aparentes momentos de escasez, rebosa intrínsecamente de abundancia. Así como la oscuridad es simplemente la ausencia de luz, la escasez puede entenderse como la falta de suficiente presencia de abundancia. En nuestra rutina diaria, cuando falla un electrodoméstico, intuimos que otros podrían seguir, y al adquirir nuevos clientes, anticipamos la llegada de más en el futuro.
La vida, sin emitir juicios, nos llena de abundancia al alinearnos con la energía transmitida por nuestros pensamientos. Este concepto, aunque puede ser conocido, a menudo no se identifica conscientemente. La vida interpreta nuestros pensamientos como deseos, proporcionándonos abundancia de acuerdo con ellos. Reflexionar sobre esta premisa puede catalizar una transformación radical en nuestra existencia.
La tarea fundamental radica en sintonizar con la vibración adecuada. Conectarse con la energía de la abundancia garantiza que la vida, sin juzgar, ofrezca más de esa riqueza. Sin embargo, al alinearnos con la escasez, experimentamos más carestía, ya que la vida, en su generosidad, no evalúa la idoneidad de nuestros pensamientos. El universo, como un espejo gigante, refleja nuestros pensamientos en abundancia.
Este universo, incluso en momentos de aparente escasez, es inherentemente opulento. Al sintonizarnos con una energía específica, recibimos más de ella, independientemente de su naturaleza. Incluso cuando nos conectamos con la energía de la escasez, la vida responde proporcionándonos más escasez, pues, en su compasión, no juzga. Su función primordial es proporcionarnos lo que pensamos, ya sea deseo o no.
En este mundo, lleno de recursos como agua, oxígeno, alimentos y la posibilidad de interactuar con otros seres humanos, no hemos tenido que hacer nada para que todo esté disponible. Inventos, máquinas, alimentos, avances tecnológicos, personas y experiencias nos rodean sin requerir esfuerzo de nuestra parte. Contemplar y agradecer por esta abundancia se convierte en una profunda reflexión.
La escasez, como creación humana, distorsiona la inclinación natural de la vida hacia la abundancia. Inducir una vida cómoda, en línea con nuestro estilo elegido, revierte esta anomalía. Sin embargo, la familiaridad con la escasez puede haber llevado a considerarla como una parte ineludible de la existencia. Esto no es así, y su presencia debería parecernos extraña en cualquier manifestación.
Adoptar el hábito de sorprendernos ante la falta de abundancia en nuestras vidas rompe con la aceptación de la escasez como una posibilidad real. Identificar y reconocer la abundancia en el planeta asegura su presencia en nuestras vidas, ya que lo que enfocamos tiende a expandirse.
Al alinearnos con la energía de la abundancia, las circunstancias mejoran, mientras que al hacerlo con la energía de la escasez, empeoran. La abundancia, así como la escasez, es una elección, consciente o no. Este cambio de paradigma profundo requiere reflexión. La abundancia, al igual que la escasez, es una decisión. Tomémonos un momento para reflexionar sobre esta idea. El plan divino no nos destina a vivir en la escasez; por lo tanto, es una decisión, consciente o no.
En mi convicción de que la escasez es una decisión, me niego a respaldar la fantasía de la carestía de nadie. Muchos viven en una fantasía que se asemeja a una pesadilla, imponiéndose a sí mismos la escasez y creyendo injustamente que no pueden acceder a la abundancia. Al no estar de acuerdo con esa fantasía, no refuerzo algo en lo que no creo.
Es posible que en este momento no tengamos los recursos económicos, pero aquellos con una mentalidad abundante eventualmente encontrarán la manera de obtenerlos. La abundancia es la esencia de la naturaleza, y siendo parte de ella, nosotros también somos esencialmente abundantes. Cortar una rama de un pino no cambia la esencia de esa madera; de manera análoga, nosotros, como parte de este mundo abundante, somos esencialmente abundancia.
Si estamos de acuerdo en que la escasez no existe, experimentarla debe ser una fantasía que, como tal, engendra sufrimiento. Si estamos viviendo la escasez en algún aspecto de nuestra vida, es simplemente porque creemos que es posible vivir en esa situación, manteniendo aún la creencia en la escasez. Rompamos con esta creencia y abracemos la verdad innata de nuestra abundancia.
Principios para una Vida de abundancia:
- La Abundancia es la Naturaleza Fundamental: Reconoce que la profusión es la esencia intrínseca de la naturaleza y que la escasez es una anomalía.
- Reflejo de Pensamientos en la Realidad: Comprende que tus pensamientos se reflejan en tu realidad, ya que la vida responde a la energía con la que te alineas.
- Sintonización con la Vibración Adecuada: Tu tarea primordial es sintonizar con la energía de la abundancia, ya que, al hacerlo, la vida te proporcionará más de esa abundancia.
- Universo como Espejo: Considera el universo como un espejo que refleja tus pensamientos, ya sea en forma de abundancia o escasez.
- Reconocimiento de la Abundancia Cotidiana: Observa y siente gratitud por la abundancia cotidiana, desde recursos básicos hasta inventos y experiencias, sin requerir esfuerzo personal.
- Escasez como Creación Humana: Acepta que la escasez es una creación humana que altera la inclinación natural hacia la abundancia.
- Inversión de la Anomalía: Induce una vida cómoda, acorde con tu estilo elegido, para revertir la anomalía de la escasez.
- Asombro ante la Falta de Abundancia: Adopta el hábito de sorprenderte ante la falta de abundancia y rechaza aceptar la escasez como una posibilidad real.
- Enfoque que Expande: Identifica y reconoce la abundancia en el planeta, ya que aquello en lo que nos enfocamos tiende a expandirse.
- Decisiones Conscientes para una Vida Abundante: Reflexiona sobre la idea de que la abundancia, al igual que la escasez, es una decisión consciente y no un destino predeterminado.
- Rechazo a la Fantasía de la Escasez: No respaldes la fantasía de la escasez en los demás, ofreciendo soluciones y oportunidades para aquellos que creen carecer de recursos.
- Mentalidad Abundante como Motor: Cree en la posibilidad de obtener recursos económicos a pesar de las circunstancias actuales, ya que la mentalidad abundante eventualmente encuentra soluciones.
- Esencia Abundante en la Naturaleza: Reconoce que, como parte de la naturaleza, eres esencialmente abundante, y cortar una rama no cambia la esencia, al igual que tus circunstancias actuales no definen tu potencial.
- Escasez como Fantasía que Genera Sufrimiento: Comprende que vivir la escasez es una fantasía que engendra sufrimiento, y que cambiar la creencia en la escasez puede transformar la realidad.