En un avance revolucionario, investigadores de la Universidad de Columbia liderados por Vijay Yadav han descubierto que el déficit de taurina, un aminoácido producido en el organismo y presente en diversos alimentos, podría ser un factor clave en el envejecimiento humano. El estudio, publicado en la prestigiosa revista Science, revela que la ingesta de suplementos de taurina podría potencialmente favorecer una vida más larga y saludable, según experimentos en gusanos, ratones y monos.
La taurina, clasificada como un micronutriente semiesencial, es uno de los aminoácidos más abundantes en los animales y se encuentra naturalmente en alimentos como carne, pescado y productos lácteos. Además, está disponible como suplemento alimentario.
Los niveles de taurina en el torrente sanguíneo disminuyen sustancialmente con la edad, según revela el estudio. En humanos, los niveles en individuos de 60 años eran solo un tercio de los encontrados en niños de 5 años, señalando una correlación directa con el proceso de envejecimiento.
Los experimentos se llevaron a cabo con ratones de 14 meses (equivalentes a 45 años humanos), a los que se les administró diariamente taurina. Los resultados fueron asombrosos: la taurina aumentó la esperanza media de vida en un 12 % en hembras y un 10 % en machos, equivalente a tres a cuatro meses más de vida, aproximadamente siete u ocho años humanos.
Además de la longevidad, los ratones suplementados mostraron mejoras significativas en diversos aspectos de la salud. La taurina suprimió el aumento de peso asociado a la edad en ratones hembra, aumentó el gasto energético, mejoró la masa ósea y fortaleció la resistencia y fuerza muscular. A nivel celular, se observaron beneficios como la reducción de «células zombis» y el incremento de células madre en algunos tejidos.
Estos efectos positivos también se replicaron en monos rhesus de mediana edad tratados con taurina durante seis meses. Sin embargo, los investigadores advierten que aún no se puede afirmar con certeza que estos suplementos tengan el mismo impacto en humanos.
Dos estudios adicionales respaldan la investigación. Uno analizó la relación entre los niveles de taurina y la salud en 12 mil adultos europeos mayores de 60 años, encontrando asociaciones positivas con menos casos de diabetes tipo 2, niveles más bajos de obesidad, menor hipertensión y menos inflamación. El segundo estudio mostró un aumento significativo de taurina en atletas después de realizar ejercicio, sugiriendo que la taurina podría ser un factor clave para una vida más saludable.
Vijay Yadav, director del estudio, enfatiza la necesidad de ensayos clínicos en humanos para validar estos resultados. En un artículo de opinión, expertos de la Universidad de Pensilvania advierten sobre los posibles riesgos y la necesidad de ensayos de seguridad a largo plazo.
En resumen, la taurina emerge como un potencial elixir de vida, pero la cautela y la investigación adicional son imperativas antes de considerarla como un suplemento para mejorar la salud y la longevidad humanas. La ciencia ha abierto la puerta, pero aún queda un camino importante por recorrer.