El excampeón de artes marciales mixtas y estrella mundial del deporte, Conor McGregor, ha vuelto a sacudir la opinión pública. Esta vez, no lo ha hecho con sus puños ni con declaraciones altisonantes desde el octágono, sino con una bomba política: su intención de postularse a la presidencia de Irlanda en las elecciones previstas para noviembre de 2025.
Con su estilo provocador, McGregor ha lanzado una campaña cargada de mensajes patrióticos, críticas al gobierno y una fuerte oposición al Pacto Migratorio de la Unión Europea, tema que promete dominar el debate político de los próximos meses en Irlanda. ¿Es esta candidatura una realidad viable o solo una maniobra mediática más del polémico luchador?
Un anuncio que sacudió las redes: McGregor entra en la arena política
La noticia se hizo viral tras una publicación en la cuenta oficial de McGregor en X (antes Twitter), donde escribió:
“¡Se acabaron los días en que los hombres débiles destruían países! ¡Tengo el respaldo y apoyo total de toda la administración Trump! ¡Ellos son el Gobierno de la ACCIÓN! ¡Vamos Irlanda!”.
Con este mensaje, McGregor no solo expresó su deseo de postularse a la presidencia, sino que también reivindicó su alianza con figuras políticas como Donald Trump, con quien se reunió recientemente en la Casa Blanca durante la celebración del Día de San Patricio.
La figura de Trump, símbolo de un nacionalismo combativo y de discursos radicales contra la inmigración, parece haber influido en el nuevo rumbo político del luchador irlandés.
En el centro del debate: el Pacto Migratorio de la UE
Uno de los ejes centrales de la campaña de McGregor es su férrea oposición al Pacto Migratorio de la Unión Europea, que Irlanda debe implementar completamente antes del 2026. En sus propias palabras:
“Aunque me opongo fuertemente a este pacto, no es una decisión que deba tomar ni yo ni el gobierno. ¡Es la decisión del pueblo irlandés! ¡Siempre! ¡Ésta es una verdadera democracia!”.
El expeleador considera que las políticas migratorias actuales amenazan la identidad nacional irlandesa, y propone que su implementación sea sometida a referéndum popular. Este enfoque directo ha generado tanto apoyo como críticas, dividiendo a la opinión pública.
Obstáculos legales en el camino a la presidencia
Pese a su popularidad y gran visibilidad en redes, McGregor enfrenta serios obstáculos legales y administrativos para validar su candidatura. Según la legislación irlandesa, un aspirante presidencial necesita:
El respaldo de al menos 20 miembros del Oireachtas (el parlamento irlandés),
o el apoyo de cuatro autoridades locales.
De acuerdo con el profesor Gary Murphy, experto en política de la Universidad de Dublín:
“Ciertamente no hay 20 miembros del Oireachtas que votarían por él y los consejos del condado están dominados por Fianna Fáil, Fine Gael y la izquierda moderada, partidos que difícilmente lo respaldarían”.
Además, su historial judicial podría complicar aún más las cosas. En noviembre de 2024, fue condenado por lo civil a pagar una indemnización de 248,000 euros por una denuncia de agresión sexual y física presentada en 2018. Aunque su equipo legal ha anunciado una apelación, el caso podría empañar sus aspiraciones políticas y debilitar su legitimidad ante los votantes.
McGregor vs. el gobierno: un enfrentamiento abierto
En sus declaraciones públicas, McGregor ha mostrado un tono desafiante hacia el actual gobierno, encabezado por el primer ministro Micheál Martin. Criticó duramente las políticas migratorias del Ejecutivo, sugiriendo que se han impuesto sin consultar adecuadamente al pueblo irlandés.
“¿Quién más se enfrentará al Gobierno y se opondrá a este proyecto de ley? Cualquier otro candidato presidencial que intenten presentar no les ofrecerá ninguna resistencia. ¡Yo lo haré!”, afirmó en sus redes.
La respuesta del Taoiseach Martin no tardó en llegar. En una reciente entrevista, calificó las declaraciones de McGregor como falsas y contrarias al espíritu de San Patricio y los valores irlandeses.
El factor Trump y la internacionalización del mensaje
El reciente encuentro de McGregor con Donald Trump no fue meramente simbólico. En sus publicaciones, el irlandés destacó el “respaldo total” que recibió del expresidente estadounidense y lo presentó como un ejemplo de liderazgo eficaz.
Esta cercanía con Trump ha hecho que muchos analistas comiencen a hablar de una “trumpización” del discurso político de McGregor, con tintes nacionalistas, populistas y fuertemente críticos hacia la inmigración y las instituciones internacionales.
Su discurso conecta con sectores del electorado irlandés que se sienten desconectados del gobierno central y preocupados por el rumbo económico y cultural del país. En ese contexto, McGregor se presenta como el outsider capaz de decir lo que otros no se atreven.
¿Candidato real o espectáculo mediático?
Pese a su fuerte presencia mediática y su capacidad de movilizar seguidores, la viabilidad real de su candidatura sigue siendo incierta. A los requisitos legales y las barreras institucionales se suman las dudas sobre su preparación y su comportamiento público.
No obstante, el excampeón no se amilana. En otra de sus publicaciones, señaló:
“Todos los ciudadanos de Irlanda deben tener voz y voto sobre su futuro. Vota por mí como su presidente y salvaremos juntos Irlanda”.
Este tipo de mensajes, emocionalmente potentes y centrados en el empoderamiento ciudadano, pueden resonar especialmente en sectores desencantados con la política tradicional.
Reacciones políticas y sociales divididas
La entrada de McGregor en el mundo político ha generado reacciones encontradas. Mientras que algunos sectores lo ven como una figura disruptiva capaz de renovar la política irlandesa, otros lo consideran una amenaza a la estabilidad democrática y una distracción de los problemas reales del país.
Desde el punto de vista social, la polarización es evidente. Para muchos jóvenes, McGregor representa un símbolo de éxito y autenticidad. Para otros, especialmente en círculos académicos y políticos tradicionales, es un personaje problemático, sin la experiencia ni la integridad necesarias para un cargo presidencial.
¿El inicio de una nueva era política o una aventura efímera?
La candidatura presidencial de Conor McGregor en Irlanda plantea preguntas complejas sobre la relación entre fama, poder y democracia en la era digital. Con un discurso directo, un estilo provocador y un carisma innegable, ha logrado captar la atención del país y más allá.
Sin embargo, su camino está plagado de desafíos legales, políticos y éticos. De aquí a noviembre de 2025, la pregunta clave será si McGregor logrará transformar su popularidad en una candidatura formal, y si los votantes irlandeses estarán dispuestos a llevar al excampeón de la UFC a la presidencia.
Lo que es seguro es que, con su irrupción en la política, la campaña presidencial irlandesa será cualquier cosa menos convencional. Y en un tiempo de incertidumbre global, figuras como McGregor —polémicas pero influyentes— podrían redefinir los límites de lo posible en la política contemporánea.