En los primeros estadios del intercambio comercial, el trueque era la forma más sencilla. Pablo, teniendo A y deseando B, intercambiaba con Pedro, quien tenía B y quería A. Sin embargo, con la evolución del proceso de división del trabajo, el trueque se volvía insuficiente y surgían dificultades. Imaginemos a un profesor de matemáticas que debe pagar sus alimentos con clases de matemáticas, complicando el proceso y haciendo imposible el desarrollo de una economía moderna.
Para superar estas dificultades, surge la necesidad de un elemento que las resuelva. Aquí es donde entra la mercancía D, un bien valorado por todos, que se convierte en el medio de intercambio general. Pablo cambia su mercancía A por la mercancía D, luego intercambia D por el bien B con Pedro, quien a su vez lo intercambia por el bien E con Juan. Este proceso demuestra la necesidad de una mercancía valorada por todos, es decir, el dinero.
El dinero se define científicamente como «medio de intercambio general», siendo una mercancía que todos valoran. El mercado, a través de un proceso de selección, decide qué mercancía será utilizada como dinero, como ocurrió con el oro y la plata en el siglo pasado. El dinero, por lo tanto, es un medio de intercambio que no se adquiere para el consumo o procesos productivos, sino para intercambiar por bienes que sí se utilizarán en futuros procesos de consumo o producción.
El intercambio con dinero constituye un cambio indirecto, es decir, mercancía x dinero x mercancía. Facilita la expresión de las relaciones de intercambio, permitiendo la aparición de precios en unidades monetarias. Estos precios posibilitan el cálculo económico, base fundamental para la economización de recursos en la sociedad. Los empresarios pueden observar los precios de los factores de producción, elegir métodos menos costosos y comparar costos con precios de venta para tomar decisiones eficientes.
El Valor del Dinero y su Evolución Histórica
En el ámbito económico, el valor del dinero se fundamenta en su utilidad marginal, determinando así el poder adquisitivo en diferentes contextos. Las fluctuaciones de precios están vinculadas a cambios en el valor del dinero, reflejando su impacto en transacciones comerciales.
Cuando la oferta monetaria aumenta, cada unidad tiende a devaluarse, reduciendo el poder adquisitivo y generando un aumento general de precios. Por el contrario, una disminución en la cantidad de dinero eleva el valor de cada unidad, permitiendo adquirir más bienes y servicios, lo que se traduce en una baja de precios. Estos principios se alinean con la ley de utilidad marginal.
Es esencial reconocer que la cantidad de dinero es relativa a la oferta de bienes y servicios. Por ejemplo, en un país con 100 manzanas y 100 unidades monetarias, cada unidad tiene un alto poder adquisitivo. Sin embargo, si el mismo país tiene solo 10 manzanas, el poder adquisitivo disminuye, ya que se requieren más unidades monetarias para adquirir un bien. Estos conceptos básicos facilitan el análisis de las causas, efectos y soluciones de la inflación.
Historia del Dinero: De trueque a transferencias bancarias
A lo largo de la historia, el dinero ha experimentado una transformación continua, desde el trueque hasta las modernas formas de dinero, como el papel moneda y las transferencias electrónicas. En las civilizaciones primitivas, el intercambio directo de mercancías era precario. Con la evolución, surgió la necesidad de un medio para facilitar el intercambio, dando inicio a la etapa del Dinero-mercancía, como la sal, el ganado o el oro.
Con el tiempo, ciertos metales preciosos se impusieron como dinero, destacándose por sus propiedades. La especialización y el aumento en la división del trabajo llevaron a la acuñación de monedas, inicialmente de forma privada. Posteriormente, algunos gobiernos tomaron control sobre la emisión de papel moneda respaldado por oro, surgiendo así el «Patrón Oro».
El sistema bimetalista, donde el oro y la plata coexistían como medios de intercambio, fue afectado por intervenciones estatales en la fijación de paridades. La emisión de papel moneda se originó por razones de comodidad y dio lugar a instituciones que emitían recibos de depósito como los primeros billetes, estableciendo sustitutos monetarios.
Con el tiempo, los gobiernos asumieron el control total de la emisión monetaria, llevando a la inflación mediante la emisión excesiva de dinero no respaldado por bienes. El ciclo económico inició con la emisión en el mercado de capitales, acentuándose en crisis como la de 1929. La estatización completa del sistema monetario perpetuó la inflación, resultando en una disminución del poder adquisitivo de la moneda.
Políticas Monetarias e Inflación: Entendiendo las Decisiones Gubernamentales
En el ámbito económico, el aumento de la oferta monetaria puede derivar de diversas decisiones y políticas gubernamentales. A continuación, exploraremos y explicaremos algunas de ellas:
a) Emisión de Medios Fiduciarios: Esta práctica, llevada a cabo a través de los bancos centrales y la reducción del encaje bancario, introduce más circulante en el mercado de capitales, simulando una mayor tasa de ahorro. Este proceso, como veremos en el próximo capítulo, marca la primera fase del ciclo económico.
b) Incremento Artificial de Salarios: Cuando los salarios se elevan artificialmente por decreto estatal, sin un aumento correspondiente en la productividad, la relación bienes-dinero se ve alterada, generando más dinero que bienes. El resultado es la inflación, un efecto inevitable de poner papel moneda sin respaldo en manos de la población.
En el ámbito oficial, el aumento masivo de salarios forma parte del déficit financiero del presupuesto nacional, cubriendo el costo del trabajo con emisión monetaria o deuda pública.
Sin embargo, en el sector privado, la situación se complica. Aunque las empresas sienten el impulso de aumentar los precios debido al incremento artificial de salarios, no pueden hacerlo si ese era el precio que les permitía vender toda su producción; un precio más alto implicaría reducción de la demanda y pérdidas. La única opción, para evitar la quiebra, es despedir personal.
En algunos casos, el gobierno interviene proporcionando «crédito barato» a los empresarios para absorber el nuevo costo laboral. Este «crédito barato» no es más que una tasa de interés artificialmente reducida, que, como vimos, provoca inflación. Von Mises describe este proceso claramente, señalando que los aumentos salariales forzados por los sindicatos no generan inflación ni precios más altos, sino desempleo.
Círculo Vicioso del Déficit Financiero: La Inflación como Consecuencia
El aumento masivo de salarios como respuesta al desempleo provoca un círculo vicioso conocido. La inflación resultante, causada por la expansión monetaria para paliar el desempleo, eleva el costo de vida. Los gobiernos responden aumentando nuevamente los salarios, desencadenando más inflación, y así sucesivamente.
Como demostraremos en el capítulo V, un aumento generalizado en los salarios solo puede ocurrir, manteniendo constante la oferta de trabajo, con un aumento en la cantidad de capital, implicando un aumento en la producción. En este caso, aunque la gente tenga más ingresos monetarios, no habrá inflación, ya que no hay emisión de moneda por parte del gobierno.
c) Déficit Financiero del Presupuesto: Aunque no es una política monetaria en sí, es la causa más común del aumento de la oferta monetaria. Financiar los gastos estatales mediante la emisión monetaria, conocida como «deficit spending,» es una práctica recomendada por los keynesianos. Este enfoque implica financiar proyectos y empresas estatales con papel moneda sin respaldo, generando inflación.
Revisión de la Inflación y sus Efectos en la Economía
La inflación, más allá de causar preocupación al consumidor, desencadena efectos devastadores en la economía. En primer lugar, la descapitalización, que inhibe el crecimiento económico al desincentivar el ahorro, reduciendo así las inversiones y disminuyendo el capital disponible. Contrario a la teoría estructuralista, el subdesarrollo no causa la inflación, sino que esta provoca la falta de capitalización.
La inflación también distorsiona el cálculo económico, afectando la vital importancia de establecer precios y costos para los empresarios. El aumento acelerado de precios, junto con intervenciones gubernamentales en la fijación de precios, genera un caos económico al impedir el cálculo preciso y eficiente, desorganizando la economía.
Para combatir la inflación, es esencial reducir la emisión de moneda y crédito, aumentando así el poder adquisitivo de la moneda. Este proceso implica la necesidad de reducir los gastos públicos, privatizar empresas estatales y eliminar el déficit fiscal. Sin embargo, surge un desafío adicional: prevenir futuras emisiones descontroladas por parte del gobierno. Propuestas clásicas sugieren la vuelta a un mercado libre de monedas o la eliminación del curso forzoso gubernamental, ambas con la esperanza de establecer límites a la emisión de medios fiduciarios.
En conclusión, abordar la inflación requiere medidas drásticas, desde reducir la emisión de moneda hasta la privatización de empresas estatales. Además, se plantea la necesidad de implementar sistemas que limiten la capacidad del gobierno para inflar la moneda, con propuestas que van desde el retorno a un mercado libre de monedas hasta la eliminación del curso forzoso gubernamental.