Razones por las que el Banco Mundial Advierte de la Peor Década Económica en 50 Años

El Banco Mundial alerta que el crecimiento global se desploma a un promedio anual de 2,3 % en la década 2020–2030, el ritmo más débil desde los años sesenta. Tensiones arancelarias, envejecimiento poblacional, deuda récord y estancamiento de productividad amenazan empleo, reducción de pobreza y estabilidad financiera en todo el mundo.

La economía mundial se encuentra en un punto de inflexión crítico. Tras décadas de expansión impulsada por la apertura comercial y la globalización, el Banco Mundial (BM) alerta que los próximos diez años podrían registrar el crecimiento económico más débil desde la década de 1960. Con un pronóstico de apenas 2,3 % de crecimiento global para 2025 y un “camino cuesta arriba” durante todo el decenio, el organismo internacional pone sobre la mesa los riesgos de un mundo sacudido por tensiones comerciales, riesgos geopolíticos y desaceleración estructural. Este artículo explora las razones detrás de estas proyecciones sombrías, sus implicaciones para el empleo y la reducción de la pobreza, y el impacto particular en regiones vulnerables como América Latina.


El diagnóstico del Banco Mundial

En su informe semestral Global Economic Prospects, publicado a comienzos de 2025, el Banco Mundial detalla que, tras una década de crecimiento global moderado (alrededor del 3 % anual), los próximos diez años podrían promediar menos del 2,5 %. Esto marcaría la peor década de crecimiento desde 1960, cuando las economías emergentes comenzaban su integración en los mercados mundiales.

  • Crecimiento global proyectado: 2,3 % en 2025, con caídas marginales en años posteriores.

  • Comparación histórica: La década de 1960 registró un crecimiento global anual promedio del 2,1 %, pero partiendo de niveles mucho más bajos; hoy, con un PIB mundial superior a 100 billones de dólares, un crecimiento débil implica una menor creación de riqueza.

  • Riesgo de colapso comercial: Según el BM, las tensiones arancelarias podrían detonar un “colapso de la confianza” y paralizar el comercio mundial en el segundo semestre de 2025.

Los economistas Indermit Gill y Ayhan Kose subrayan que las “certezas políticas” que sustentaron el “gran milagro económico” de las últimas décadas se han revertido. Sin intervenciones rápidas, advierten, la erosión del nivel de vida podría ser “profunda” y prolongada.


La batalla arancelaria de EE.UU. y su repercusión global

El giro proteccionista de Washington

Desde 2018, el gobierno de Donald Trump impuso un arancel universal del 10 % en todas las importaciones a EE.UU., junto con gravámenes más altos para productos de China (25 % al acero y 10 % al aluminio). Estas medidas han:

  • Dislocado cadenas globales de valor. Proveedores y fabricantes rediseñan redes logísticas para evitar desembolsos arancelarios.

  • Alargado plazos y encarecido insumos. Industrias como la automotriz y la electrónica sufrieron retrasos y mayores costos.

  • Provocado medidas de represalia. China, la UE y otros socios han gravado importaciones estadounidenses por cientos de miles de millones de dólares.

En mayo de 2025, una corte de comercio de EE.UU. declaró ilegales amplios segmentos de estos aranceles, pero una apelación en la Corte de Apelaciones del D.C. los mantuvo vigentes temporalmente. El resultado es un entorno de incertidumbre política que, según el BM, reduce la confianza de empresas e inversores.

Impacto sobre el comercio mundial

El informe del BM subraya que:

  • Un colapso en el comercio podría generarse en semanas si los países elevan barreras recíprocas.

  • La inversión extranjera directa (IED) comienza a estancarse, pues los inversores temen entornos inestables.

  • Mercados financieros, ya volátiles por la inflación y alzas de tasas de interés, reaccionan con episodios de estrés sistémico.


Un golpe histórico al crecimiento global

Durante las últimas cinco décadas:

  • PIB per cápita en países en desarrollo se cuadruplicó, sacando a 1 000 millones de personas de la pobreza extrema.

  • Integración comercial redujo precios al consumidor y fomentó la innovación.

  • Migración de trabajo permitió a economías avanzadas completar vacantes laborales y a trabajadores de economías emergentes enviar remesas a sus países de origen.

Sin embargo, la “gran disrupción” de la política comercial —encabezada por EE.UU.— ha invertido esas tendencias:

“Las disputas comerciales han trastocado muchas de las certezas políticas que ayudaron a reducir la pobreza extrema y expandir la prosperidad tras la Segunda Guerra Mundial”, escriben Gill y Kose.

El BM advierte que una década de crecimiento débil afectará:

  • Creación de empleo, especialmente en industrias de manufactura y exportación.

  • Reducción de la pobreza, frenada por menores ingresos en hogares vulnerables.

  • Desigualdad de ingresos, con riesgos de retrocesos en la movilidad social.


Factores estructurales detrás de la desaceleración

Envejecimiento demográfico

En economías avanzadas y algunos emergentes, la baja natalidad y el envejecimiento de la población reducen la fuerza laboral y disminuyen la demanda agregada.

Deuda global elevada

Tras la pandemia de COVID‑19, el endeudamiento público y privado alcanzó récords:

  • Deuda pública global: supera el 95 % del PIB mundial.

  • Servir la deuda consume presupuesto público, limitando la inversión en infraestructura y salud.

Estancamiento de la productividad

La innovación tecnológica no ha traducido proporcionalmente en mejoras de productividad laboral en muchos sectores, lo que presiona los márgenes de ganancia y frena la inversión.


El auge de las renovables: un atisbo de esperanza

A pesar del panorama adverso, el BM reconoce que la transición energética ofrece un rayo de luz:

  • Inversión récord en renovables: desde 2010, China instaló más de la mitad de la nueva capacidad solar y eólica mundial.

  • Crecimiento de energías limpias: en los primeros cuatro meses de 2025, la generación renovable en China superó el 25 % de la matriz eléctrica.

  • Reducción en combustibles fósiles: la producción de carbón cayó 3,6 % en el mismo período.

La transición hacia combustibles 100 % sostenibles, impulsada por nuevas regulaciones de vehículos y motores a partir de 2026, podría dinamizar sectores de alta tecnología y generar empleo en energías limpias.


América Latina frente a la desaceleración global

Dependencia exportadora

Latinoamérica, tras una década de bajo crecimiento y golpes de la pandemia, depende de la demanda global de commodities:

  • Petróleo, minerales y alimentos conforman más de la mitad de las exportaciones.

  • Precios internacionales al alza en 2022–23 impulsaron ingresos fiscales, pero la guerra comercial amenaza con revertir esa bonanza.

Proyecciones del BM para 2025

  • Crecimiento regional: 2,3 % (por debajo del ritmo histórico del 3–4 %).

  • País más debilitado: México, con apenas 0,2 % de expansión debido a aranceles del 25 % a importaciones no cubiertas por el T‑MEC.

  • Otros grandes: Brasil, Chile y Perú crecerán menos que en 2024; Colombia y Argentina mostrarán leves mejoras.

Lecciones del pasado

Benjamin Gedan, del Wilson Center, advierte que EE.UU. está replicando errores de “industrialización por sustitución de importaciones” en Latinoamérica, una estrategia con “pésimo historial” de deterioro fiscal y baja productividad.


¿Se vislumbra una recuperación o un estancamiento?

El BM enfatiza que, aunque la probabilidad de una recesión global en 2025 es menor al 10 %, existen riesgos significativos:

  • Estancamiento prolongado: un “punto máximo” prematuro de emisiones o de crecimiento sin caída posterior sería insuficiente para cumplir metas climáticas y sociales.

  • Presión fiscal y social: con deuda creciente, los gobiernos tendrán menos margen para estímulos y redes de protección social.

El desenlace dependerá de políticas audaces, tanto de estabilización macroeconómica como de promoción de inversiones en tecnología limpia y educación.


Políticas clave para revertir la tendencia

Acuerdos comerciales multilaterales

Revertir el proteccionismo e impulsar rondas de liberalización (WTO o acuerdos bilaterales) para recuperar confianza e inversión.

Inversión en infraestructura verde

Destinar recursos públicos y privados a:

  • Redes eléctricas inteligentes.

  • Transporte público y movilidad limpia.

  • Requalificación laboral para empleos en economía decarbonizada.

Reformas estructurales

Mejorar la eficiencia del gasto público, simplificar regulaciones y fortalecer instituciones para atraer IED.


El papel de las finanzas y la innovación

La colaboración entre:

  • Bancos multilaterales (Banco Mundial, BID, IFC)

  • Mercados de capital verdes (bonos verdes, préstamos vinculados a sostenibilidad)

  • Startups tecnológicas (energía renovable, agritech, fintech)

puede acelerar la transformación productiva y crear cadenas de valor resilientes.


Conclusiones: un reto histórico y una oportunidad única

La advertencia del Banco Mundial es un llamado de atención: la próxima década decidirá si el planeta consolida un nuevo patrón de crecimiento inclusivo y bajo en carbono, o cae en un estancamiento prolongado con efectos adversos sobre el empleo, la pobreza y el bienestar. Para lograr el primer escenario, se requiere:

  1. Cooperación internacional para rebajar barreras y reformar el sistema comercial.

  2. Políticas públicas ambiciosas que apuesten por infraestructura verde y captación de IED.

  3. Innovación constante en tecnologías limpias y educación para el siglo XXI.

La peor década de crecimiento desde 1960 puede convertirse, si se actúa con premura, en el inicio de una nueva era de prosperidad sostenible. El reto está planteado; el tiempo, hoy más que nunca, apremia.

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