En un emotivo y significativo reconocimiento, la Universidad de Bristol otorgó un doctorado honorífico en ciencias a la doctora Rosemary Fowler, una pionera en la física de partículas que realizó un descubrimiento fundamental hace 75 años. A sus 98 años, Fowler fue honrada en una ceremonia privada cerca de su hogar en Cambridge, rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos. Este artículo explora su vida, su trabajo y el impacto duradero de sus contribuciones a la física.
Un Descubrimiento Revolucionario
En 1948, Rosemary Fowler, entonces conocida como Rosemary Brown, era una joven estudiante de doctorado en la Universidad de Bristol. Trabajando bajo la supervisión del profesor Cecil Powell, un futuro laureado con el Premio Nobel, Fowler hizo un descubrimiento que cambiaría la física de partículas para siempre. Mientras revisaba una emulsión fotográfica expuesta a rayos cósmicos a gran altitud en Jungfraujoch, Suiza, notó una partícula que se desintegraba en tres piones, un tipo de partícula subatómica.
Este hallazgo, conocido como la partícula kaon o K mesón, desafió el concepto ampliamente aceptado de paridad en la física. La paridad sostenía que los procesos físicos deberían tener una simetría de espejo, pero la desintegración de la partícula observada por Fowler no cumplía con esta expectativa. La partícula K era la imagen especular de una partícula previamente observada por colegas en Manchester, pero mientras la partícula de Manchester se desintegraba en dos piones, la de Fowler se desintegraba en tres.
Este descubrimiento condujo a una revolución en la teoría de la física de partículas, ayudando a predecir partículas como el bosón de Higgs, descubierto en el CERN de Ginebra, Suiza, en 2012. Fowler publicó sus hallazgos en tres importantes artículos académicos y fue la primera autora en documentar este fenómeno.
La Vida Después del Descubrimiento
A pesar de su logro monumental, Fowler dejó la universidad un año después de su descubrimiento. En 1949, se casó con su compañero físico Peter Fowler y decidió dedicarse a su familia. En la Gran Bretaña de la posguerra, las condiciones eran difíciles y manejar una carrera y una familia simultáneamente era un desafío considerable. Fowler describió su decisión como pragmática y, aunque dejó la academia, su pasión por la física nunca disminuyó.
A lo largo de los años, Fowler se mantuvo conectada con la Universidad de Bristol a través de su esposo, quien tuvo una carrera distinguida en la academia. Su familia también siguió sus pasos científicos: sus tres hijos se dedicaron a estudiar ciencias, y su hija Mary Fowler tuvo una carrera académica en geofísica, siendo directora del Darwin College en Cambridge entre 2012 y 2020.
Reconocimiento y Legado
El reconocimiento de Fowler por parte de la Universidad de Bristol llega como un tributo a su contribución fundamental a la física y a su ejemplo inspirador como mujer en la ciencia. Sir Paul Nurse, canciller de la universidad y premio Nobel, elogió la rigurosidad intelectual y la curiosidad de Fowler, destacando que su trabajo allanó el camino para descubrimientos críticos que continúan dando forma al trabajo de los físicos de hoy y a nuestra comprensión del universo.
Fowler expresó sentirse «muy honrada», aunque añadió con humildad: «No he hecho nada desde entonces para merecer un respeto especial». Sin embargo, su legado perdura no solo en los avances científicos que ayudó a posibilitar, sino también en el premio Fowler de la Royal Astronomical Society, establecido en 2004 en honor a su familia.
Una Vida Dedicada a la Ciencia
Rosemary Fowler nació en Suffolk en 1926 y pasó su infancia en Malta, Portsmouth y Bath, siguiendo los destinos laborales de su padre, un ingeniero de la Marina Real. Durante la Segunda Guerra Mundial, su escuela se trasladó al campo para escapar de los bombardeos, y su hogar familiar cerca de Bath fue atacado por la Luftwaffe.
Desde joven, Fowler destacó en matemáticas y ciencias, aunque encontró un desafío en la redacción de ensayos. Fue la única niña de su año en ir a la universidad, y en 1948 se convirtió en una de las primeras mujeres en obtener un primer grado en física en la Universidad de Bristol. Su carrera universitaria no fue fácil, teniendo que tomar dos autobuses para llegar a la universidad durante su primer año de licenciatura.
El Impacto Duradero
El descubrimiento de Fowler de la partícula kaon sigue siendo una pieza fundamental en la teoría de la física de partículas. Su trabajo no solo contribuyó a la obtención del Premio Nobel por parte de Cecil Powell en 1950, sino que también estableció una base para futuros descubrimientos como el bosón de Higgs. Su legado es un testimonio del impacto duradero que una mente curiosa y rigurosa puede tener en la ciencia.
La historia de Rosemary Fowler es un recordatorio poderoso de cómo las decisiones pragmáticas en la vida personal no necesariamente disminuyen las contribuciones significativas al campo científico. Su descubrimiento revolucionario y su legado perduran, inspirando a futuras generaciones de científicos. La Universidad de Bristol ha reconocido adecuadamente su impacto duradero en la física con un doctorado honorífico, celebrando a una mujer cuya curiosidad e intelecto han dado forma a nuestra comprensión del universo.