En una serie de eventos inesperados, dos astronautas de la NASA, Suni Williams y Butch Wilmore, quienes se encontraban en la Estación Espacial Internacional (EEI) desde junio, ahora tienen un nuevo plan de regreso a la Tierra. Inicialmente, su misión era corta, pero debido a problemas técnicos con la nave espacial Boeing Starliner, su retorno fue aplazado. Ahora, su camino a casa ha sido asegurado gracias a la llegada de la cápsula Crew Dragon de SpaceX, en el marco de la misión Crew-9.
Un Comienzo Incierto
Todo comenzó en junio de este año, cuando Williams y Wilmore despegaron en una misión de prueba de la cápsula Starliner de Boeing. La misión debía durar solo ocho días, un tiempo más que suficiente para probar los sistemas de la nave y realizar los experimentos planeados en la EEI. Sin embargo, poco después del despegue, surgieron complicaciones que extendieron su estancia. Entre los problemas más graves estuvieron las fugas de helio, utilizado en el sistema de propulsión de la cápsula, así como fallos en los propulsores.
Estas fallas obligaron a los ingenieros de Boeing y la NASA a investigar durante varios meses para determinar si era seguro traer de vuelta a los astronautas a bordo de la Starliner. Finalmente, en agosto, la NASA decidió que la nave no estaba en condiciones de realizar el viaje de regreso, y el Starliner voló vacío de regreso a la Tierra el 6 de septiembre.
La Llegada de Crew Dragon
Ante esta situación, la NASA optó por una solución alternativa. En lugar de apresurarse a resolver los problemas del Starliner, decidieron reorganizar los planes de vuelo de SpaceX, asignando la cápsula Crew Dragon de la misión Crew-9 para traer de regreso a Williams y Wilmore. Esto significó desplazar a dos astronautas veteranas, Stephanie Wilson y Zena Cardman, de la tripulación original del Crew-9, para hacer espacio para los dos astronautas varados.
El sábado por la tarde, la cápsula Crew Dragon despegó desde la estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida, transportando a los astronautas de la NASA, Nick Hague, y el cosmonauta ruso Aleksandr Gorbunov, junto con dos asientos vacíos para Williams y Wilmore. Aunque la nave alcanzó su órbita sin contratiempos, SpaceX reveló que la segunda etapa del cohete Falcon 9, que impulsó la primera parte del viaje, experimentó un problema después de separarse de la cápsula.
Un Acoplamiento Crucial
A pesar de este inconveniente, la Crew Dragon llegó a la EEI el domingo, aproximadamente a las 5:30 p.m. ET, donde se acopló con éxito a la estación. El compartimiento fue abierto a las 7:04 p.m. ET, permitiendo a Hague y Gorbunov ingresar a la estación espacial, donde fueron recibidos por el resto de la tripulación, incluido el equipo original de la misión Crew-9.
Este momento marcó el inicio de una nueva fase en la misión de Williams y Wilmore. Aunque su regreso estaba inicialmente planeado para ser mucho más corto, ahora se unirán a la tripulación del Crew-9 y pasarán alrededor de cinco meses más en la EEI antes de regresar a la Tierra a principios del próximo año, no antes de febrero.
Una Decisión Estratégica
La decisión de extender la estancia de Williams y Wilmore no fue tomada a la ligera. Según Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, la disponibilidad de vehículos espaciales y las necesidades operativas de la EEI jugaron un papel crucial en la decisión.
“Cuando revisamos los vehículos disponibles y los vuelos programados, tenía más sentido que regresaran a la Tierra con la tripulación del Crew-9”, explicó Stich. Añadió que la próxima misión de la NASA a la EEI incluirá una cápsula nueva, programada para el marco temporal de febrero. “Queremos espaciar los vuelos de las cápsulas Dragon, y por eso hemos decidido que Butch y Suni permanezcan en la EEI un poco más”.
La Misión Crew-9 y el Contexto Internacional
La misión Crew-9 ha sido notable por la cooperación internacional que la sustenta. Junto a Hague y Gorbunov, la tripulación en la EEI también incluye a otros astronautas de diversas nacionalidades, como el cosmonauta ruso Ivan Vagner y el astronauta de la NASA Don Pettit. Este tipo de misiones compartidas entre la NASA y Roscosmos, la agencia espacial rusa, forman parte de un acuerdo de intercambio de asientos que busca maximizar la colaboración internacional en el espacio.
Este acuerdo no solo ha permitido a los astronautas de ambas naciones participar en misiones conjuntas, sino que también ha asegurado la continuidad de la presencia humana en la EEI en momentos cruciales, como cuando la NASA retiró su flota de transbordadores espaciales en 2011. Desde entonces, la NASA ha dependido en gran medida de las naves Soyuz de Rusia para llevar a sus astronautas a la EEI y traerlos de vuelta a la Tierra.
Sin embargo, con el tiempo, la NASA ha trabajado para diversificar sus opciones de transporte espacial, adjudicando contratos multimillonarios tanto a Boeing como a SpaceX en 2014. La meta de la agencia ha sido reducir la dependencia de las naves rusas y permitir que empresas estadounidenses lleven a cabo misiones tripuladas. SpaceX, bajo el liderazgo del multimillonario Elon Musk, ha logrado un éxito considerable en este campo, convirtiéndose en 2020 en la primera empresa privada en llevar astronautas a la EEI.
Mirando Hacia el Futuro
A pesar de los contratiempos, la misión Crew-9 continúa siendo un ejemplo destacado de la capacidad de recuperación y adaptación de las misiones espaciales modernas. La llegada de la cápsula Crew Dragon asegura que Williams y Wilmore finalmente podrán regresar a la Tierra, y marca un paso más en el avance del programa espacial comercial de la NASA.
En cuanto a la cápsula Starliner de Boeing, los ingenieros continúan investigando los problemas técnicos que surgieron durante la misión de junio. Aunque la nave ha enfrentado varios retrasos y contratiempos en su desarrollo, Boeing y la NASA siguen comprometidos con resolver estos problemas y llevar a cabo futuras misiones tripuladas con el Starliner.
Por ahora, el regreso de Williams y Wilmore en la Crew Dragon de SpaceX no solo resuelve una situación delicada, sino que también reafirma el papel de SpaceX como un actor clave en la exploración espacial moderna. Con la vista puesta en futuras misiones y una colaboración internacional sólida, el futuro de la exploración espacial parece tan brillante como siempre.