El misterioso y seco paisaje de Marte sigue desvelando sus secretos, y la NASA, junto con científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha dado un paso más en la búsqueda de vida pasada en el planeta rojo. Un estudio reciente sugiere que las rocas marcianas recolectadas por el rover Perseverance en el Cráter Jezero muestran signos claros de haber estado en contacto con agua. Donde alguna vez hubo agua, existe la posibilidad de que haya habido vida. Este descubrimiento refuerza la teoría de que Marte, hace miles de millones de años, podría haber albergado ambientes habitables.
El Cráter Jezero: Un Antiguo Delta Marciano
En 2022, el rover Perseverance, en su misión de explorar Marte, recogió siete muestras de rocas de una región con forma de abanico en la pendiente occidental del Cráter Jezero. Esta región, compuesta por rocas sedimentarias en capas, es considerada por los científicos como el remanente de un antiguo delta fluvial, donde un río depositó sedimentos en un lecho de lago que ahora está completamente seco.
El equipo de la misión, compuesto por científicos de la NASA y del MIT, analizó las imágenes y los datos químicos de estas muestras, confirmando que contienen minerales que generalmente se forman en presencia de agua. Según Tanja Bosak, autora principal del estudio y profesora de geobiología en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias (EAPS) del MIT, «estas rocas confirman la presencia, al menos temporalmente, de ambientes habitables en Marte». Aunque el equipo aún no sabe cuánto tiempo estuvo presente el agua, es evidente que fue suficiente para crear grandes depósitos sedimentarios.
Carbonatos y Sulfatos: Claves para la Conservación de Vida
Entre los minerales identificados en las muestras, se destacan los carbonatos, compuestos que en la Tierra forman arrecifes y son materiales ideales para preservar fósiles de vida microbiana. La presencia de estos carbonatos sugiere que, en algún momento, el Cráter Jezero fue un ambiente acuático propicio para la vida. Además, el equipo de investigación encontró sulfatos, que se forman en aguas muy salinas, en algunas de las muestras recogidas en la base del delta.
El agua salada, aunque no es el entorno más favorable para la vida, puede ser un excelente conservante de materia orgánica. Bosak comenta que «si había vida que cayó en la capa salada, estaría muy bien preservada». Esto se debe a que el agua salada actúa como un agente conservante, similar al proceso de encurtido, protegiendo cualquier posible vida microbiana de la descomposición.
La Edad de las Rocas: Más Antiguas que la Vida en la Tierra
Lo que hace aún más emocionante este descubrimiento es la antigüedad de las rocas. Según Benjamin Weiss, coautor del estudio y profesor en el MIT, «estas son las rocas más antiguas que podrían haber sido depositadas por agua, que hemos tenido la oportunidad de estudiar». Se cree que estas rocas fueron depositadas en el antiguo lago del Cráter Jezero hace aproximadamente 3.500 millones de años, antes de que aparecieran los primeros indicios de vida en la Tierra.
Esta extraordinaria antigüedad sugiere que estas rocas podrían ser las más prometedoras para encontrar fósiles o firmas de vida antigua en Marte. La esperanza de los científicos es que estos minerales ricos en carbonatos y sulfatos puedan contener restos de vida microbiana que se conservó en las capas sedimentarias del cráter.
Los Desafíos de Detectar Materia Orgánica
A pesar de estas prometedoras señales, los instrumentos del rover Perseverance no han detectado evidencia concluyente de materia orgánica en estas muestras de rocas. Es importante señalar que la materia orgánica es comúnmente asociada con la vida, pero también puede formarse a través de procesos geológicos no biológicos. Los científicos no descartan la posibilidad de que la materia orgánica esté presente, pero puede estar por debajo del límite de detección de los instrumentos del rover.
En investigaciones anteriores, el instrumento SHERLOC de Perseverance detectó lo que parecían ser moléculas orgánicas en múltiples ubicaciones en el fondo del Cráter Jezero. Sin embargo, un análisis cuidadoso dirigido por Eva Scheller, investigadora del MIT, sugirió que los señales observadas podrían ser interpretadas de manera errónea como materia orgánica, cuando en realidad podrían ser metales de cerio incorporados en minerales, los cuales producen señales muy similares a las de la materia orgánica.
La Importancia de las Futuras Misiones
La misión de retorno de muestras de Marte, que se está planificando, es crucial para desvelar si estas rocas contienen realmente materia orgánica y, potencialmente, evidencia de vida pasada. En la Tierra, los laboratorios equipados con microscopios de resolución nanométrica y otros instrumentos avanzados, que no se pueden montar en un rover, permitirán a los científicos analizar estas muestras con una precisión sin precedentes.
«Una vez que tengamos las muestras en la Tierra, podremos buscar vida con más detalle», afirma Bosak. Esta futura investigación en la Tierra permitirá a los científicos explorar no solo la posible presencia de vida en Marte, sino también la historia geológica del planeta y su capacidad para haber albergado vida en el pasado.
El estudio de las rocas marcianas del Cráter Jezero representa un hito significativo en la búsqueda de vida en Marte. Si bien aún no se ha encontrado evidencia directa de vida, las señales de agua y los minerales preservados en estas rocas son indicadores prometedores de que Marte pudo haber sido un planeta habitable hace miles de millones de años. Con las futuras misiones que traerán estas muestras a la Tierra, la humanidad estará un paso más cerca de responder a una de las preguntas más fundamentales: ¿Estamos solos en el universo?