En 1935, una expedición arqueológica liderada por el Museo Metropolitano de Nueva York desenterró uno de los hallazgos más intrigantes y enigmáticos de la historia egipcia en Deir El-Bahari, cerca de Luxor, la antigua Tebas. En la tumba de Senmut, arquitecto y supervisor de obras reales, se encontró una cámara funeraria adicional destinada a su madre, Hat-Nufer, y otros familiares no identificados. En esta cámara, los arqueólogos hicieron un descubrimiento inquietante: un ataúd de madera que contenía la momia de una mujer anciana, apodada «La Mujer Gritona» por su expresión facial congelada en un grito.
Un Hallazgo Inquietante
La momia de la Mujer Gritona fue hallada con una peluca negra y dos anillos de escarabajo en plata y oro. Su expresión, con la boca abierta en un grito, dejó perplejos a los arqueólogos. Este descubrimiento planteó muchas preguntas sobre su vida y las circunstancias de su muerte. Casi 2,500 años después de su entierro, investigadores de Egipto utilizaron técnicas científicas avanzadas para examinar a la Mujer Gritona y desentrañar su misteriosa historia. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista Frontiers in Medicine.
Materiales Costosos y Técnicas Avanzadas
El Dr. Sahar Saleem, profesor de radiología en el Hospital Kasr Al Ainy de la Universidad de El Cairo, señaló que la momia fue embalsamada con materiales costosos importados. Este hecho, junto con su estado de conservación, contradice la creencia tradicional de que la falta de extracción de los órganos internos implicaba una pobre momificación. Hasta 1998, la Mujer Gritona había sido estudiada en la Escuela de Medicina Kasr Al Ainy en El Cairo, y posteriormente fue trasladada al Museo Egipcio de El Cairo a petición del Ministerio de Antigüedades. Desde 1935, el ataúd y los anillos de la momia se exhiben en el Museo Metropolitano de Nueva York.
En el nuevo estudio, Saleem utilizó tomografías computarizadas (TC) para «diseccionar virtualmente» la momia, estimar su edad, identificar patologías y evaluar su estado de preservación. Junto con la Dra. Samia El-Merghani, emplearon técnicas avanzadas como la microscopía electrónica de barrido (SEM), la espectroscopía infrarroja por transformada de Fourier (FTIR) y el análisis de difracción de rayos X (XRD) para identificar los materiales utilizados en la momificación.
Estado de Conservación y Diagnósticos Médicos
A pesar de haber sido enterrada durante 2,500 años, la momia de la Mujer Gritona estaba en buenas condiciones. Las investigaciones revelaron que, al momento de su descubrimiento, la momia estaba extendida boca arriba, con las piernas estiradas y las manos cruzadas sobre la ingle. Carecía de varios dientes, probablemente perdidos antes de su muerte, como lo evidencian los signos de reabsorción ósea, y otros dientes estaban rotos o mostraban desgaste.
«Los dientes perdidos durante la vida pueden haber sido extraídos. La odontología se originó en el antiguo Egipto, con Hesy Re siendo el primer médico y dentista registrado en el mundo,» comentó Saleem.
Las imágenes de TC en 2D y 3D permitieron estimar que la Mujer Gritona medía 1.54 metros de altura en vida. La morfología de la articulación entre los huesos pélvicos, que se suaviza con la edad, indicó que tenía aproximadamente 48 años al momento de su muerte. Sufría de una leve artritis en la columna vertebral, evidenciada por la presencia de osteofitos o «espolones óseos» en las vértebras.
Técnicas de Embalsamamiento y Comercio Antiguo
No se encontró ninguna incisión de embalsamamiento en la momia, lo que coincidió con el descubrimiento de que el cerebro, el diafragma, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino estaban presentes. Esto fue una sorpresa, ya que el método clásico de momificación en el Nuevo Reino (1550-1069 a.C.) incluía la extracción de todos estos órganos, excepto el corazón.
El análisis FTIR de la piel mostró que la Mujer Gritona había sido embalsamada con enebro e incienso, materiales costosos que debían ser importados al Egipto desde el Mediterráneo oriental y África oriental o Arabia meridional, respectivamente. Además, su cabello natural había sido teñido con henna y enebro. La peluca larga, hecha de fibras de palma datilera, había sido tratada con cuarzo, magnetita y cristales de albita, probablemente para endurecer los mechones y darles el color negro que los egipcios antiguos favorecían porque representaba la juventud.
«Estos hallazgos apoyan el antiguo comercio de materiales de embalsamamiento en Egipto. La expedición liderada por la reina Hatshepsut trajo incienso de Punt (posiblemente Somalia en África). La tumba de Tutankhamón también contenía incienso y enebro,» explicó Saleem.
La Expresión de la Muerte: Espasmo Cadavérico
Pero, ¿qué había causado la inolvidable expresión de la momia? La rareza de los materiales de embalsamamiento parecía descartar que el proceso de momificación hubiera sido descuidado y que los embalsamadores simplemente hubieran olvidado cerrar su boca.
«La expresión facial gritando de la momia en este estudio podría interpretarse como un espasmo cadavérico, lo que implica que la mujer murió gritando de agonía o dolor,» hipotetizó Saleem.
El espasmo cadavérico es una forma rara de rigidez muscular, típicamente asociada con muertes violentas bajo condiciones físicas extremas y emociones intensas.
«La Mujer Gritona es una verdadera ‘cápsula del tiempo’ de la forma en que murió y fue momificada,» concluyó Saleem.
La historia de la Mujer Gritona de Deir El-Bahari sigue siendo uno de los misterios más fascinantes de la egiptología. Gracias a las técnicas científicas modernas, hemos podido aprender mucho sobre su vida, su salud y las prácticas de embalsamamiento de su tiempo. Sin embargo, su expresión final, congelada en un grito eterno, sigue siendo un recordatorio inquietante de los misterios aún no resueltos sobre la vida y la muerte en el antiguo Egipto.