El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA ha actualizado los cálculos de probabilidad de impacto del asteroide 2024 YR4 con la Tierra, reduciéndolos significativamente al 0,28 %. Esta cifra representa una disminución importante desde el 3,1 % inicial, lo que subraya la importancia del monitoreo continuo de estos cuerpos celestes. Por su parte, la Agencia Espacial Europea (ESA) también ha ajustado su cálculo, llevándolo del 1,4 % al 0,16 %.
Un descenso en la Escala de Turín
La clasificación del asteroide 2024 YR4 en la Escala de Turín ha sido rebajada de 3 a 1. Esta escala mide el riesgo que representa un asteroide en una escala del 0 al 10, donde 0 indica que no hay peligro de impacto y 10 representa una colisión segura y de consecuencias catastróficas. Según la NASA, el nivel 1 significa que una colisión es extremadamente improbable y que futuras observaciones probablemente reducirán la categoría a nivel 0, descartando cualquier amenaza.
Características y trayectoria del asteroide
Descubierto el 27 de diciembre de 2024, el asteroide 2024 YR4 tiene un diámetro estimado entre 40 y 90 metros. Alcanzó una probabilidad de impacto sin precedentes para un objeto de más de 30 metros, con un pico del 2,8 % según la ESA, superando incluso el 2,7 % del asteroide Apophis registrado en 2004 antes de que su probabilidad de impacto cayera a cero.
El asteroide 2024 YR4 tendrá un paso cercano a la Tierra en diciembre de 2028, aunque podrá observarse desde la primavera de ese año. Esta será una oportunidad clave para refinar su trayectoria y descartar por completo cualquier posibilidad de impacto futuro.
Observaciones astronómicas y ajustes en la probabilidad de impacto
La reducción en la probabilidad de impacto con la Tierra se debe a observaciones astronómicas más precisas. Inicialmente, la NASA calculó un 3,1 % de posibilidad de colisión el 18 de febrero, el valor más alto registrado para un objeto de este tamaño. Sin embargo, después de una semana de visibilidad limitada por la luna llena, el cielo despejado permitió nuevas observaciones que redujeron la probabilidad al 1,5 %, y posteriormente al 0,28 %.
A pesar de la disminución del riesgo de impacto con la Tierra, la NASA ha aumentado ligeramente la probabilidad de impacto con la Luna, que pasó del 0,8 % al 1 %.
Importancia de la defensa planetaria
«Cada noche adicional de observaciones mejora nuestra comprensión de dónde podría estar el asteroide el 22 de diciembre de 2032 y subraya la importancia de recopilar suficientes datos para que nuestros expertos en defensa planetaria puedan determinar el riesgo futuro para la Tierra», explicó la NASA en su comunicado.
Para minimizar el riesgo de colisiones catastróficas, la comunidad científica ha desarrollado estrategias de defensa planetaria. En el caso del asteroide 2024 YR4, al cumplir con ciertos criterios de tamaño y probabilidad de impacto, ha sido incluido en el monitoreo de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), organismos avalados por la ONU.
Los expertos de la IAWN realizan seguimientos semanales, mientras que el SMPAG prevé una reunión en mayo para evaluar los datos recopilados antes de que el asteroide salga del rango de visibilidad de los telescopios terrestres. Posteriormente, el telescopio espacial James Webb será el encargado de continuar su monitoreo.
A pesar de las alarmas iniciales, el asteroide 2024 YR4 ha demostrado ser un caso más de cálculo de probabilidad variable que resalta la importancia de la observación astronómica continua. Con la probabilidad de impacto reduciéndose significativamente, la comunidad científica mantiene su compromiso con la seguridad planetaria mediante la vigilancia y el desarrollo de estrategias de mitigación de riesgos.
El próximo paso será seguir observando su trayectoria durante los próximos años para refinar su posición y descartar definitivamente cualquier posibilidad de impacto con la Tierra o la Luna. La colaboración internacional en defensa planetaria sigue siendo clave para enfrentar futuras amenazas provenientes del espacio.