El coloso oculto de Marte: NASA descubre un supervolcán más alto que el Everest gracias a la sonda Mars Odyssey

Un descubrimiento impresionante sacude el mundo científico: la NASA ha detectado un supervolcán en Marte que supera en tamaño al Monte Everest. Captado por la sonda Mars Odyssey, este hallazgo redefine la geología marciana, plantea preguntas sobre actividad volcánica pasada y renueva el interés por la exploración planetaria profunda.

Un gigante dormido en el corazón marciano

En un hallazgo que ha desatado el asombro de la comunidad científica internacional, la NASA ha anunciado el descubrimiento de un enorme volcán en Marte que supera en tamaño al Monte Everest, la montaña más alta de la Tierra. Este coloso geológico permanecía oculto a plena vista, camuflado por millones de años de erosión, polvo marciano y el paso del tiempo.

El descubrimiento fue posible gracias a los datos recopilados por la sonda Mars Odyssey, una misión de observación que lleva más de dos décadas orbitando el planeta rojo. A través de una combinación de imágenes térmicas, topografía satelital y modelado digital, los científicos han identificado lo que parece ser un supervolcán extinto de dimensiones colosales, que podría cambiar nuestra comprensión de la historia geológica de Marte.

Más alto que el Everest: dimensiones impresionantes

Según los cálculos preliminares, este volcán, aún sin nombre oficial, tendría una altura aproximada de 29 a 32 kilómetros desde su base hasta su cima, lo que lo convertiría en una estructura más alta que el Monte Everest (8.848 metros) y comparable incluso con el mítico Olympus Mons, el volcán más grande conocido del sistema solar.

Lo que lo diferencia es que este supervolcán no presenta una forma cónica típica ni una cima sobresaliente, sino una vasta meseta con una depresión central de gran tamaño, característica de los calderas volcánicas colapsadas. Esto explica por qué su estructura pasó inadvertida durante años, camuflada en una región de topografía irregular y cubierta por sedimentos.

¿Cómo pudo pasar desapercibido?

La superficie de Marte ha sido intensamente estudiada por orbitadores, rovers y telescopios, pero la gran cantidad de polvo, las tormentas marcianas y la erosión constante pueden ocultar estructuras masivas que no se aprecian a simple vista. En este caso, fue necesaria una combinación de datos térmicos y altimetría para detectar anomalías topográficas y térmicas que no concordaban con el entorno geológico.

El equipo científico utilizó imágenes infrarrojas captadas por el instrumento THEMIS de Mars Odyssey para analizar variaciones de temperatura en la superficie. Descubrieron que una gran región tenía una firma térmica distinta, compatible con materiales volcánicos antiguos. Al superponer estos datos con mapas topográficos de alta resolución, se delineó la estructura completa del volcán.

Un volcán con historia antigua

Los investigadores estiman que este supervolcán podría tener entre 3.000 y 3.500 millones de años de antigüedad, lo que lo ubica en el periodo Noeico, una era temprana de Marte caracterizada por una intensa actividad geológica y climática. Durante ese tiempo, los volcanes eran abundantes y activos, y podrían haber liberado grandes cantidades de gases, agua y calor a la atmósfera marciana.

Este nuevo descubrimiento sugiere que la actividad volcánica marciana fue aún más intensa de lo que se pensaba, y que podrían existir otras estructuras similares aún por descubrir. La caldera del volcán, una depresión de más de 100 kilómetros de diámetro, indica que en algún momento se produjo una erupción colosal que vació su cámara magmática y colapsó su cima.

¿Por qué es importante este hallazgo?

Más allá de su tamaño, este supervolcán puede contener información clave sobre el pasado térmico, atmosférico y geodinámico de Marte. Las erupciones volcánicas son procesos que alteran profundamente el entorno planetario: emiten gases que afectan el clima, distribuyen materiales ricos en minerales y crean condiciones que podrían haber favorecido la vida.

Este descubrimiento aporta evidencia sobre la posibilidad de que Marte haya tenido una atmósfera más densa y cálida en el pasado, sostenida en parte por la liberación de dióxido de carbono y vapor de agua desde volcanes como este. Además, los flujos de lava y los depósitos de ceniza podrían haber preservado compuestos orgánicos o señales de actividad biológica.

Potencial científico para futuras misiones

El hallazgo reaviva el interés por explorar regiones volcánicas en Marte como objetivos clave para misiones robóticas o humanas en el futuro. Las zonas alrededor de grandes volcanes suelen contener capas geológicas expuestas, minerales hidratados y estructuras subterráneas que pueden conservar registros del pasado marciano.

Además, los tubos de lava asociados a este tipo de volcanes podrían servir como refugios naturales contra la radiación para futuras bases humanas, una posibilidad que ha sido discutida por NASA y otras agencias espaciales. Explorar este coloso marciano podría abrir nuevas rutas para la exploración y la habitabilidad.

Mars Odyssey: un explorador incansable

La sonda Mars Odyssey, lanzada en 2001, continúa siendo uno de los mayores logros de la NASA en exploración planetaria. Aunque su misión original era de solo dos años, lleva más de dos décadas en operación, recopilando datos sobre la superficie, composición y clima de Marte.

Su instrumento THEMIS ha sido clave para este descubrimiento, al permitir observar la distribución de temperaturas en la superficie marciana. Esto ayuda a identificar materiales como roca basáltica, ceniza volcánica, hielo y minerales que absorben o reflejan calor de forma distinta.

Este nuevo volcán es un testimonio del valor de las misiones de larga duración: incluso después de más de 20 años, Mars Odyssey sigue haciendo descubrimientos que cambian nuestra visión del planeta rojo.

El coloso oculto de Marte NASA descubre un supervolcan mas alto que el Everest gracias a la sonda Mars Odyssey 1

¿Podría este volcán volver a activarse?

Es altamente improbable. Según los análisis de edad geológica, este volcán está completamente extinguido. No hay señales térmicas ni geoquímicas que indiquen actividad interna reciente. Sin embargo, su existencia sugiere que Marte fue mucho más activo geológicamente de lo que creíamos, y no se descarta que otras regiones más jóvenes con estructuras volcánicas puedan haber tenido actividad hasta hace unos cientos de millones de años.

Este hallazgo también invita a reconsiderar la posibilidad de que el interior de Marte aún conserve calor suficiente para generar actividad volcánica puntual en zonas específicas, algo que misiones como InSight ya han comenzado a investigar mediante el monitoreo de sismos marcianos.

Un planeta más dinámico de lo esperado

Con cada nueva misión y cada nuevo descubrimiento, Marte deja de ser un desierto estático para revelarse como un planeta dinámico, complejo y lleno de historia geológica. La existencia de este supervolcán demuestra que, en sus primeros mil millones de años, Marte fue un mundo en ebullición: con océanos, atmósfera, volcanes y tal vez, vida.

Este nuevo volcán no solo redefine el mapa físico de Marte, sino que reconfigura nuestra comprensión de su evolución y de su potencial habitabilidad en el pasado. Sus laderas y cráteres podrían contener los secretos de una era marciana activa, húmeda y quizás habitable.

El gigante marciano despierta la imaginación científica

El descubrimiento de un volcán marciano más grande que el Everest no es solo un dato curioso: es una puerta abierta al pasado profundo de Marte. Una estructura titánica que, tras permanecer millones de años oculta bajo la arena roja, hoy resurge como símbolo del potencial oculto del planeta rojo.

Gracias a la perseverancia de Mars Odyssey y al ingenio humano, seguimos desentrañando los misterios de Marte, paso a paso, roca a roca, cráter a cráter. Y si algo nos enseña este supervolcán, es que aún queda mucho por descubrir bajo la superficie del universo.

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