Los 10 volcanes inactivos más peligrosos del mundo que podrían despertar (y causar desastres)

Aunque duermen bajo tierra, estos volcanes inactivos podrían despertar con furia. Conoce los 10 gigantes geológicos más peligrosos del mundo y por qué representan amenazas latentes para millones de personas.

A lo largo de la historia, los volcanes han sido sinónimo de destrucción, misterio y fascinación. Si bien muchos piensan que la amenaza proviene únicamente de los volcanes activos, la realidad es aún más inquietante: algunos volcanes considerados “inactivos” podrían despertar en cualquier momento. ¿Te imaginas vivir cerca de una de estas gigantes dormidas sin saber que podrían rugir de nuevo?

Los volcanes inactivos, lejos de ser completamente inofensivos, representan una amenaza latente para millones de personas. Su aparente calma puede ser engañosa, ya que muchos de ellos conservan una estructura geológica activa bajo tierra que podría reactivarse debido a movimientos tectónicos, acumulación de presión magmática o cambios ambientales. Exploraremos los 10 volcanes inactivos más peligrosos del mundo que podrían entrar en erupción en el futuro, alterando no solo su entorno inmediato, sino también el equilibrio climático y geológico del planeta.

Prepárate para descubrir gigantes dormidos que podrían cambiar el curso de la historia moderna si despertaran.

1. Monte Fuji, Japón

El Monte Fuji es mucho más que una postal japonesa. Aunque su última erupción ocurrió en 1707, los expertos no lo consideran completamente extinto. Japón es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo, y esta realidad geológica convierte al Fuji en un volcán potencialmente muy peligroso. Se estima que millones de personas podrían verse afectadas si llegara a erupcionar nuevamente.

Estudios recientes del Instituto de Investigación de Terremotos de la Universidad de Tokio han detectado actividad sísmica bajo la montaña, lo cual podría ser una señal de acumulación de presión magmática. Además, la presencia de fallas activas en la región aumenta las probabilidades de una reactivación repentina. Esta situación ha llevado al gobierno japonés a desarrollar planes de evacuación en las prefecturas circundantes.

Dado que Tokio se encuentra a solo 100 kilómetros del Monte Fuji, una erupción podría paralizar la economía del país y generar una crisis humanitaria. La ceniza volcánica, por ejemplo, podría afectar seriamente los sistemas de transporte, suministro de agua y redes eléctricas. El “gigante sagrado” de Japón, aunque inactivo en la superficie, sigue vivo en las entrañas de la Tierra.

2. Yellowstone, Estados Unidos

El supervolcán de Yellowstone no ha erupcionado en más de 640,000 años, pero eso no significa que esté dormido. De hecho, es uno de los sistemas volcánicos más monitoreados del planeta debido a su potencial destructivo. Si llegara a activarse, la erupción podría tener consecuencias globales: colapso de cosechas, alteración del clima y destrucción masiva de infraestructura en el oeste de EE. UU.

La caldera de Yellowstone está compuesta por un sistema magmático de más de 80 km de largo. Según estudios del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), hay señales de que el magma aún se mueve bajo la superficie. Se han registrado enjambres sísmicos y elevación del terreno, indicadores que preocupan a la comunidad científica.

Una erupción de este supervolcán arrojaría cientos de kilómetros cúbicos de ceniza, bloqueando la luz solar y disminuyendo la temperatura global durante años. Millones de personas serían desplazadas, y las pérdidas económicas serían incalculables. Aunque las probabilidades de una erupción en el corto plazo son bajas, el riesgo existe y no debe subestimarse.

3. Campi Flegrei, Italia

Campi Flegrei, o los «Campos Ardientes», es un sistema volcánico oculto bajo la ciudad de Nápoles. Aunque no ha tenido una erupción significativa desde 1538, en los últimos años ha mostrado signos alarmantes de actividad. La deformación del suelo y la emisión de gases sulfúricos son señales de que algo se está moviendo debajo de la superficie.

A diferencia de un volcán tradicional, Campi Flegrei es una caldera, lo que significa que una erupción podría ser mucho más explosiva y extensa. Una reactivación afectaría directamente a más de tres millones de personas que viven en la región, incluyendo las áreas metropolitanas de Nápoles y Pozzuoli. Sería una catástrofe sin precedentes en Europa moderna.

El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia ha elevado el nivel de alerta en varias ocasiones durante la última década. Algunos modelos predicen que una erupción podría tener una potencia superior a la del Vesubio en el año 79 d.C., lo que subraya el nivel de riesgo que representa este volcán inactivo.

4. Monte Taranaki, Nueva Zelanda

El Monte Taranaki, también llamado Egmont, ha permanecido inactivo desde el siglo XVIII, pero no debe ser subestimado. Este volcán cónico, considerado uno de los más simétricos del mundo, tiene un historial de erupciones cíclicas cada 300 a 500 años. Su reactivación es una cuestión de “cuándo”, no de “si”.

El volcán está ubicado en la Isla Norte de Nueva Zelanda, rodeado de comunidades agrícolas, zonas turísticas y centros urbanos. Si erupcionara, podría generar flujos piroclásticos, lahares (avalanchas de lodo volcánico) y una gran cantidad de ceniza. Esto pondría en riesgo la vida de miles de personas y comprometería la economía local, basada en el turismo y la agricultura.

El GNS Science de Nueva Zelanda ha clasificado a Taranaki como una de las mayores amenazas geológicas del país. Los mapas de peligro muestran que una erupción afectaría un radio de más de 30 kilómetros, por lo que se están elaborando planes de emergencia en colaboración con las autoridades locales.

5. Mount Rainier, Estados Unidos

A primera vista, el Mount Rainier es una postal perfecta del estado de Washington, pero bajo su belleza se esconde un riesgo enorme. Aunque ha estado inactivo durante siglos, su capacidad de producir lahares devastadores lo convierte en uno de los volcanes inactivos más peligrosos del mundo. Su flanco está cubierto de glaciares que, al fundirse, podrían generar ríos de lodo capaces de sepultar ciudades enteras.

Seattle y Tacoma se encuentran dentro de su zona de impacto. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) considera al Mount Rainier una “bomba de tiempo geológica” debido a su historial y geografía. Incluso sin una gran erupción, deslizamientos de tierra o erupciones menores podrían desencadenar desastres.

Los científicos monitorean el volcán con equipos sísmicos, sensores de gases y satélites. Cualquier incremento en la actividad puede generar alertas de evacuación. El desafío es que muchas personas desconocen el peligro real, lo que podría dificultar una respuesta rápida y eficaz ante un evento súbito.

6. Teide, España (Islas Canarias)

El Teide, situado en la isla de Tenerife, es el tercer volcán más alto del mundo si se mide desde el fondo oceánico. Aunque su última erupción fue en 1909, su historia geológica está marcada por violentas explosiones. Un despertar de este volcán pondría en peligro a toda la isla y afectaría el tráfico aéreo en Europa y África.

El Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) ha reportado actividad sísmica leve y emisión de gases en los últimos años, señales que han encendido las alarmas. Además, su estructura volcánica submarina podría generar tsunamis si colapsara parte de la montaña hacia el mar.

Más de un millón de personas viven en Tenerife, y millones más la visitan cada año. Una erupción del Teide causaría una emergencia humanitaria, económica y ecológica. Los expertos coinciden en que es fundamental no confiarse por su apariencia inactiva y continuar con los esfuerzos de monitoreo.

7. Popocatépetl, México

El Popocatépetl, o “Don Goyo”, como lo llaman los locales, ha tenido una actividad intermitente en los últimos años. Aunque muchos lo catalogan como activo, ha tenido periodos prolongados de aparente inactividad. Su ubicación cercana a Ciudad de México lo convierte en una amenaza constante.

La acumulación de presión magmática, los constantes exhalaciones de gases y las explosiones menores son señales de que el volcán se encuentra en una fase de actividad latente. En una erupción mayor, la caída de ceniza podría afectar a más de 25 millones de personas, colapsar el tráfico aéreo y comprometer el suministro de agua potable.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) mantiene vigilancia constante sobre el Popocatépetl, pero la proximidad de poblaciones vulnerables dificulta una evacuación masiva eficiente. La educación ciudadana y la preparación comunitaria son claves para reducir los riesgos.

8. Monte Ararat, Turquía

El Monte Ararat es el pico más alto de Turquía y posee un gran valor simbólico y religioso. Sin embargo, su historia volcánica no debe ser ignorada. Aunque ha estado inactivo por siglos, investigaciones recientes han detectado actividad sísmica y termal en su interior.

La región en la que se encuentra es sísmicamente activa, lo que aumenta el riesgo de que un terremoto pueda desencadenar una reactivación. Además, la densidad poblacional ha aumentado en los últimos años, incrementando el riesgo humano en caso de un desastre natural.

Su reactivación podría afectar no solo a Turquía, sino también a las regiones fronterizas de Armenia e Irán. El Monte Ararat es un ejemplo claro de cómo la historia geológica puede permanecer dormida por siglos antes de despertar con consecuencias imprevisibles.

9. Edziza, Canadá

Poco conocido fuera de círculos científicos, el complejo volcánico Edziza se encuentra en la Columbia Británica. Aunque ha estado inactivo por más de 1,300 años, los geólogos han identificado reservas de magma a poca profundidad. Su ubicación remota ha contribuido a su bajo perfil mediático, pero el peligro sigue latente.

Una erupción del Edziza afectaría ecosistemas enteros, incluyendo áreas protegidas y comunidades indígenas. Además, el derretimiento de glaciares podría aumentar la magnitud de las avalanchas de lodo y deslizamientos de tierra.

El Servicio Geológico de Canadá continúa monitoreando la región, pero los recursos dedicados a su estudio son limitados debido a su lejanía. No obstante, los expertos advierten que incluso los volcanes más silenciosos pueden ser los más impredecibles.

10. Monte Paektu, Corea del Norte / China

El Monte Paektu es un volcán fronterizo entre Corea del Norte y China, y es considerado uno de los más subestimados del mundo. Su erupción en el año 946 fue una de las más grandes de la historia registrada, expulsando ceniza hasta Japón. Desde entonces, ha estado en aparente calma, pero eso podría cambiar.

En los últimos años, científicos chinos y norcoreanos han detectado temblores frecuentes, emisión de dióxido de azufre y deformaciones en la caldera. Estos signos podrían indicar una acumulación de presión magmática preocupante.

Una nueva erupción del Monte Paektu tendría implicaciones no solo geológicas, sino también políticas. La región es altamente sensible y densamente poblada, lo que haría que cualquier catástrofe natural se convierta también en una crisis diplomática internacional.

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